El acuerdo final de la COP28: ¿éxito o fracaso?

El texto final de la cumbre de Dubai apuesta por una "transición que nos aleje" de los combustibles fósiles

BarcelonaTras una larga noche de negociaciones, los representantes de los casi 200 países reunidos en la Cumbre del Clima de Dubai, la COP28, han llegado a un acuerdo que pide una "transición para alejarse" de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Éste ha sido la solución de compromiso que ha conseguido el consenso, después deun primer borrador muy decepcionante el día antes. El texto final llama a los países a "hacer una transición para alejarse de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos [transitioning away from fosil fuels in energy systems], de una manera justa, ordenada y equitativa, y acelerar las acciones en esta década crítica (antes de 2030), para llegar al cero neto en 2050". La mención a la década actual supone también una mejora respecto a la anterior borrador, que sólo mencionaba el plazo de 2050 que ya está incluido en el Acuerdo de París.

Muchos países y observadores de la cumbre ven el acuerdo como una "señal" que marca "el principio del fin de los combustibles fósiles" , pero otros remarcan que todavía es muy insuficiente para el planeta.El documento no incluye finalmente ninguna petición a "abandonar" o "eliminar progresivamente" los combustibles fósiles, palabras que sí aparecían en borradores anteriores de la cumbre y que muchos gobiernos reclamaban , especialmente los más vulnerables a los impactos de la emergencia climática.También el secretario general de la ONU, António Guterres, había pedido que se incluyera "la eliminación progresiva" (phase out) de los hidrocarburos.

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En cambio, el acuerdo final pide "reducir progresivamente" (phase down) –pero no eliminar– la producción de carbón, y no toda, sino la del carbón que no cuenta con una tecnología de captura de carbono. Lo que sí pide eliminar son los subsidios "ineficientes" a los combustibles fósiles. El acuerdo incluye también "triplicar la capacidad de energía renovable" global y duplicar la eficiencia energética en 2030. Pero sigue haciendo énfasis en las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS, en inglés), la nuclear y "l' hidrógeno bajo en emisiones", unas herramientas que sitúa al mismo nivel que las renovables en esta futura transición energética, como tecnologías que se pueden utilizar"inter alia", dice. Ahora bien, esta vez sí menciona que la tecnología del CCS se aplicaría "particularmente a los sectores que son difíciles" de descontaminar, como el acero o el cemento.

Es una mención histórica, pero insuficiente

Si bien es la primera vez en la historia que un acuerdo de la Cumbre del Clima de la ONU pide alejarse de todos los combustibles fósiles, la contundencia queda lejos de lo que reclamaban muchos países, ONGs y organizaciones científicas. De hecho, el texto se ha aprobado en el plenario de este miércoles por la mañana con un pequeño reparo de los pequeños estados insulares agrupados en la asociación AOSIS, los más vulnerables ante la emergencia climática porque son los primeros que desaparecerán bajo el mar si superamos los 1,5 °C de calentamiento global.

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La representante de Samoa ha tomado la palabra después de que el presidente de la COP28 diera por aprobado el acuerdo con su martillazo y recibiera un fuerte aplauso del plenario. "No queríamos interrumpir la ovación, pero estamos confundidos", ha dicho, y ha expresado sus dudas sobre el texto acordado porque "la corrección a realizar [en las políticas mundiales] no está asegurada". "No basta con hacer referencia a la ciencia y entonces ignorar lo que la ciencia nos dice que debemos hacer", apuntaba. El texto final, de hecho, "reconoce" que limitar el calentamiento global a 1,5 °C requiere reducciones "profundas, rápidas y sostenidas" de las emisiones, con una rebaja del 43% para 2030 y del 60% para el 2035 respecto a 2019.

Sin embargo, como las decisiones en las cumbres climáticas de la ONU se toman por consenso y la oposición de cualquier país las puede detener, los representantes de los estados insulares han desistido de vetar el texto. "Este acuerdo no les satisface porque no garantiza en modo alguno que logremos el objetivo de quedarnos por debajo del 1,5 °C de calentamiento global", apunta Olga Alcaraz, del grupo de Gobernanza Climática de la UPC, que admite que este objetivo "es cada vez más difícil porque no se está poniendo toda la voluntad política que haría falta".

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"Un mensaje claro en los mercados"

Sin embargo, Alcaraz, como otros muchos observadores de la cumbre, considera que el acuerdo final "da un mensaje bastante claro a los inversores ya los mercados de que la era de los combustibles fósiles ha terminado". La experta también destaca la petición que hace para que esta transición sea "equitativa, lo que significa que los países desarrollados debemos liderar esto y dar financiación" para que los estados más pobres "puedan hacer también su transición, adaptarse a los impactos climáticos y afrontar las pérdidas y daños". "Si vemos cambios significativos en los patrones de inversión en la economía fósil en los próximos 2-3 años, la COP habrá cumplido con su papel", decía también Marta Torres, del think tank francés IDDRI.

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Con el foco puesto en el tema de los hidrocarburos, que ha sido el debate clave de la cumbre de Dubai –presidida por el líder de una gran petrolera–, otras cuestiones han quedado aparcadas. Después de un gran acuerdo inicial para poner en marcha el nuevo fondo de Pérdidas y Daños, que ayudará a los países pobres que sufran catástrofes climáticas, los temas de la financiación climática en general y de las políticas de adaptación a la crisis –cuestiones también claves para los más pobres– no han podido alcanzar ningún acuerdo importante en esta COP. Eso sí, el Balance Global del Acuerdo de París que se ha aprobado "pone cifras a las necesidades de financiación de los países pobres y dice que son 5,8-5,9 billones anuales", apunta Alcaraz. Como ejemplo, destaca que en 2021 los subsidios a los combustibles fósiles sumaron un billón.

"Después de tres décadas de negociaciones climáticas en la ONU, los países finalmente han desviado el foco hacia los combustibles fósiles contaminantes que generan la crisis climática", decía el responsable de Energía y Clima Global de WWF, Manuel Pulgar-Vidal. Consideraba una mejora el nuevo texto, pero remarcaba que todavía "queda corto" respecto a lo que hay que hacer y destacaba como especialmente negativo que todavía esté la palabra "unabated", para referirse al carbón que no tiene captura de carbono en su producción como el único a reducir.

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“Está claro que la era de los combustibles fósiles se acerca a su final. Quizás no hemos puesto todavía el último clavo en el ataúd en esta COP28, pero se acerca el final para la energía sucia", resumía Joab Okanda, de Christian Aid. Por su parte, la jefa de delegación de Greenpeace Internacional, Kaisa Kosonen, cree que el acuerdo es "la señal que temía a la industria fósil: poner fin a la era de los combustibles fósiles". Como en todas las cumbres climáticas de la ONU, el vaso medio lleno o medio vacío depende de quien lo mire.