Los demócratas arrasan en la alcaldía de Nueva York pero pueden perder el gobernador de Virginia
El resultado en el estado del sur es un mal augurio de cara a las legislativas del año que viene
WashingtonBatacazo demócrata en la jornada electoral de este martes, con una más que probable derrota indeseada y dolorosa en la gobernación de Virginia. El tropiezo, en caso de confirmarse, sería doble: no solo se perdería el poder en un estado donde el presidente Joe Biden ganó hace exactamente un año por más de diez puntos de diferencia, sino que también consolida los malos presagios que tienen los demócratas de cara a las elecciones legislativas de 2022.
Es habitual que el partido en la Casa Blanca, fruto del desgaste del poder y el toque de atención habitual del electorado, pierda fuelle la primera vez que se enfrenta a las urnas. Sin embargo, las elecciones de este martes eran algo más que unas elecciones regionales: todo el mundo las veía como una reválida de los primeros meses de Biden como mandatario, y una prueba de cómo tienen que ser las campañas electorales de la era del posttrumpismo.
Una derrota en Virginia sería sonada. Los demócratas habían apostado por TerryMcAuliffe, que ya había sido gobernador del estado hace cuatro años y que aspiraba a repetir en el cargo haciendo valer su experiencia y un discurso muy centrado en temáticas de nivel nacional y la animadversión todavía permanente a todo lo que recuerde a Trump.
La táctica no ha funcionado. Tampoco ha ayudado que los demócratas, a pesar de tener el poder de la Casa Blanca y el control del Congreso, todavía no hayan aprobado los paquetes multimillonarios de reforma de gasto social e infraestructura, promesas básicas hace un año.
En este contexto, el empresario republicano Glenn Youngkin –desconocido hasta hace unas semanas– y en una remontada meteórica, lo tiene todo de cara para conseguir una victoria basada en un juego de equilibrismo magistral entre la distancia con el trumpismo y mantener el apoyo de los seguidores fieles del expresidente.
La receta para el éxito: potenciar controversias como los derechos de los transexuales, las medidas anticovid y la polémica sobre la necesidad de enseñar historia del racismo en las escuelas, temas que se han colocado entre las prioridades de los sectores más conservadores, y situarlos al frente de las preocupaciones de carácter más local.
Si se confirma su victoria será el primer gobernador republicano en el estado en los últimos ocho años. A los demócratas ahora les toca hacer balance de los porqués de la derrota e intentar resolver errores si no quieren perder las mayorías en el Congreso dentro de un año.
En Nueva Jersey, el otro estado donde también estaba en juego la gobernación, el actual gobernador demócrata, Phil Murphy, tiene más opciones de repetir mandato, a pesar de que su carrera es más ajustada de lo que se preveía en un inicio.
Elecciones históricas en Nueva York y Boston
Por otro lado, no ha habido discusión en la victoria sin contemplaciones del también demócrata Eric Adams a la alcaldía de Nueva York. Adams, expolicia del ala moderada del partido, que ganó por la mínima en las primarias de hace unos meses derrotando a bastantes candidatos del alma progresista, relevará al polémico Bill de Blasio y se convertirá en el segundo alcalde afroamericano de la historia de la ciudad.
También hace historia Michelle Wu, primera mujer y la primera persona no blanca en convertirse en alcaldesa de Boston, una ciudad que en toda su historia solo ha tenido como alcaldes a hombres blancos.
Fuera de las elecciones a cargos electos, toda la atención ha estado en Minneapolis. En las papeletas se presentaba la opción de reformular el cuerpo policial y convertirlo en un departamento de seguridad pública más amplio y no tan punitivo, como respuesta a las críticas surgidas después del asesinato de George Floyd y en un intento de cuidar un estamento policial totalmente desacreditado. Los votantes han rechazado la propuesta, y toda la estructura de seguridad ciudadana quedará como ahora.