Reino Unido

Un independentismo "rebajado de tono" aspira a gobernar Gales

El apoyo creciente al Plaid Cymru, sobre todo entre los más jóvenes, abre la puerta a un "sotrac" político en Cardiff en el 2026

01/11/2025

LondresCon el objetivo puesto en el horizonte de las elecciones nacionales del próximo año en Gales, hace diez días el paisaje político del país sufrió un terremoto que puede anunciar otros más relevantes, y que incluso podría acabar teniendo un gran impacto no sólo en Cardiff, sino también en Westminster. El 23 de octubre el Plaid Cymru, el partido independentista galés, va conseguir una victoria histórica en un feudo tradicional del laborismo, en la elección parcial en el distrito de Caerphilly, a una veintena de kilómetros de la capital. A lo largo de un siglo de elecciones en Westminster, y desde 1999 en la Senedd (el Parlamento galés), la circunscripción había estado en manos laboristas.

Contra todo pronóstico, el Plaid Cymru se impuso con el 47% de los votos y casi 4.000 papeletas más que el Partido Reformista, que quedó en segundo lugar. El Plaid obtuvo 12.000 más que los laboristas, relegados a una humillante tercera posición. Los conservadores obtuvieron resultados aún más desastrosos.

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La victoria ha reforzado el liderazgo de Rhun ap Iorwerth, quien, según el profesor de historia política Marc Collison, de la Universidad de Bangor, ha "rebajado el tono" sobre la demanda independentista durante la campaña con el objetivo de ensanchar la base y llegar más allá de los territorios de apoyo tradicional del partido. "La independencia no sería una cuestión de que un gobierno del Plaid abordara después de unas elecciones, ni siquiera en el caso de que obtuviera la mayoría de escaños en la Senedd", dice al ARA.

La campaña, centrada en la financiación, el empleo y la sanidad, ha sabido capitalizar el desgaste del laborismo, al poder en Cardiff desde 1999, y presentarse como la alternativa progresista más sólida ante el ascenso del populista y xenófobo Nigel Farage y su Partido Reform. Esta formación lidera las encuestas en el ámbito de todo el Reino Unido y se consolida como una amenaza creciente para el histórico statu quo de Westminster, tradicionalmente dominado por conservadores y laboristas.

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¿Más apoyo a la independencia?

¿Pero puede leerse realmente la victoria Plaid Cymru como un síntoma de un creciente apoyo a la independencia? Una encuesta de abril, comisionada por YesCymru, un grupo pro independencia, mostraba que el 41% de los electores que tienen una opinión formada sobre la cuestión votarían a favor en un hipotético pero del todo improbable referéndum. En cualquier caso, el sociólogo Robin Mann, también profesor en la Universidad de Bangor, destaca que "la sorprendente conclusión [del sondeo] es que la cifra [de partidarios de la independencia] asciende al 72% entre los jóvenes de 25 a 34 años".

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Por el contrario, las generaciones mayores, especialmente las de 65 o más años, se mantendrían firmemente en el bando del "no", que recogería el 80% de estos votos. El dato indica, en todo caso, "un gran cambio en el estado de ánimo público" sobre la percepción del país, remacha Mann. Pero el sociólogo no cree que esto implique, necesariamente, "que Gales se esté volviendo más nacionalista". Quizás sí más pragmático, en tanto que "parte del apoyo a la independencia se centra en [la demanda de] una mayor devolución de competencias" a raíz del desencanto en relación con el laborismo. En ese mismo sentido, y de acuerdo con Collison, "es poco probable que la independencia haya tenido un papel significativo en el resultado" de Caerphilly.

Sea como fuere, el reto de Iorwerth y de los nacionalistas galeses es ahora mantener el impulso hasta las elecciones en la Senedd del 7 de mayo del 2026, que también coincidirán con el llamamiento a las urnas para renovar el parlamento de Holyrood, en Edimburgo, y las elecciones locales en Londres.

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El problema se llama Keir Starmer

Si el viento sigue siendo favorable al Plaid en Gales y los resultados en Escocia ratifican la hegemonía del SNP –o confirman el ascenso del Partido Reformista, un escenario que tampoco se puede descartar en las locales inglesas–, el liderazgo de Keir Starmer podría entrar en una fase de máxima fragilidad, "después de problemas en su primer año", en el gobierno de Westminster, según el profesor Collison.

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¿Es el primer ministro británico, pues, el culpable de la derrota laborista en Caerphilly, más que un deseo real de independencia de una parte de la población galesa? Consultadas por el ARA, fuentes muy cercanas a la ministra principal del País de Gales, la laborista Eluned Morgan, aseguran que ella cree que "el premier es el problema", lo que hace que "Eluned esté muy frustrada". Haga lo que haga, le resulta difícil despegarse de la "dinámica que marca Westminster", insisten. electores. En otras palabras, el Plaid se ha visto como la alternativa progresista al populismo de extrema derecha que representa a Farage. de lastre que es Starmer: “Eluned Morgan sigue disfrutando de una consideración bastante positiva. El problema es la marca laborista. Los electores culpan al partido de las listas de espera al NHS, de la escasez de vivienda y del estancamiento. Starmer tampoco parece ayudar, y no conecta bien con la cultura política más socialdemócrata de Gales". Un juicio que Collison también comparte cuando comenta: "La elección de Starmer en Westminster y las preocupaciones de medio mandato sobre el rendimiento de su gobierno (y la carencia de una mejora en la financiación de Gales) parecen haber afectado a la popularidad del gobierno de M~. se dispone en los próximos meses a cabalgar algunas contradicciones que evocan las que ya ha atravesado en Escocia el SNP. sociólogo.