Kosovo acude a las urnas en medio de la tensión con Serbia y los recortes de Trump

PristinaKosovo elegirá este domingo un nuevo Parlamento en las novenas elecciones desde la independencia, en el 2008, con la perspectiva de la reelección de los nacionalistas albaneses que permanecen en el poder desde hace cuatro años. "Votaremos al Vetëvendosje porque es lo menos malo", dicen Diellza y Drita, dos jóvenes de treinta años residentes en Pristina. El Vetëvendosje (VV) -Autodeterminación- del primer ministro Albin Kurti, se destaca como el favorito aunque ha perdido apoyo en comparación con las del 2021, y no está claro si conseguirá superar el umbral del 50% para poder formar gobierno. Los principales rivales del VV son el Partido Democrático de Kosovo (PDK) y la Liga Democrática de Kosovo (LDK) que se alternaron al poder en la joven independencia, pero Kurti fue el primero que pudo terminar su mandato. Los otros partidos que concurren en estas elecciones son la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), también de centroderecha, y la Lista Sprka, el mayor partido que representa a los serbios de Kosovo.

Tensiones con Serbia

El mandato de Albin Kurti ha destacado por el aumento de las tensiones en el norte con la crisis de las placas de matrícula, que llevó, incluso, a la dimisión en bloque del personal serbio en las instituciones nacionales. Una crisis que se resolvió con mediación de Bruselas y en la que se acordó "de palabra" el reconocimiento de facto de Kosovo por parte de Belgrado, y la creación de la Asociación de Municipios Serbios (AMS) por parte del gobierno de Pristina. Nada se ha cumplido, y Kosovo fue sancionado por Bruselas y perdió 500 millones de euros de fondos comunitarios.

El gobierno de Kurti ha encontrado más problemas. El último, la victoria de Donald Trump. Y es que su partido nunca ha sido bien visto en Washington –WikiLeaks filtró documentos que revelaban cómo Estados Unidos se congratulaba del encarcelamiento de su líder 2007–. En este sentido, el nuevo presidente estadounidense ha suspendido la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos, USAID, que había comprometido 209 millones de dólares en proyectos activos en Kosovo el pasado año. De ellos, 83 millones han sido congelados, lo que afecta de forma directa a una parte importante de la población, que se ha quedado sin trabajo.

Por otra parte, en el continente europeo Kosovo sigue sin avanzar en el camino hacia la UE y la OTAN, que suponen las principales prioridades del país a nivel internacional. En este sentido, las tensiones con Serbia han complicado la ya de por sí lejana pertenencia al club de la UE. Kosovo figura como candidato potencial, pero no deja de ver vetado cualquier avance por parte de los cinco socios europeos que aún no reconocen al joven país balcánico: España, Grecia, Rumanía, Chipre y Eslovaquia. Sin embargo, también es cierto que Kosovo logró la aprobación de su solicitud para entrar en el Consejo de Europa en el 2023, aunque todavía no se ha materializado.

"Votaré al PDK. En las anteriores voté al VV y no ha cumplido nada de lo que prometió" explica Ernera, una joven de veinticinco años de Gjilán, en el sureste del país. Una crítica que han sabido señalar a los partidos de la oposición. Y es que el VV no ha podido resolver los problemas más acuciantes para la gente: la tasa de paro es del 11,8% y, según el Banco Mundial, la economía sumergida ronda el 35%. Además, Kosovo es el único país de la región que no cuenta con un sistema de seguridad social gratuito, lo que fuerza a los ciudadanos a depender de una sanidad privada. El gobierno se ha centrado únicamente en el régimen de asistencia social, y se ha limitado a aumentar las subvenciones estatales. Por otro lado, el crimen organizado sigue siendo un problema en el país: incluso hubo un complot para asesinar a Kurti para negarse a jugar con las viejas reglas establecidas por la élite mafiosa apoyada por los magnates del país.