Europa

Máxima alerta terrorista en Francia por una "atmósfera de yihadismo evidente"

El gobierno de Macron despliega 7.000 soldados adicionales y desaloja el Louvre y Versalles

ParísTras el atentado yihadista del viernes en un instituto público de Arras, en el norte del país, en el que un profesor murió apuñalado, Francia ha reforzado la seguridad. El gobierno ha elevado al nivel máximo la alerta terrorista y ha desplegado 7.000 soldados adicionales. Según el ministerio del Interior francés, los servicios de inteligencia no detectaron una amenaza terrorista concreta, pero la situación en Israel y Palestina multiplica las posibilidades de nuevos atentados. El titular de Interior, Gérald Darmanin, ha hablado este sábado de una "atmósfera de yihadismo evidente".

Durante el inicio del fin de semana ha habido varios incidentes, como la detención de un hombre fichado por la policía como islamista radical que amenazaba a viajeros en el metro de París con un trozo de madera puntiagudo. También han tenido que desalojarse por amenaza de bomba –que ha resultado ser falsa– dos de los lugares más visitados en Francia, el Museo del Louvre y el Palacio de Versalles. Las evacuaciones de los miles de visitantes se han llevado a cabo sin incidentes, pese a la preocupación de algunos turistas, tal y como se ha visto en imágenes difundidas en X (ex-Twitter). La Gare de Lyon también ha sido desalojada, en este caso por una maleta abandonada.

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Francia también ha reforzado la vigilancia policial en los espacios de culto judíos, así como en escuelas e institutos. Además, durante el fin de semana ha desplegado a 3.000 agentes para evitar incidentes durante los partidos de la Copa del Mundo de rugby, que se está jugando en Francia y que mueve a miles de personas.

Bajo el radar policial

Ante las críticas políticas, especialmente de la extrema derecha, por no haber evitado el asalto del viernes en el instituto de Arras, el ministro del Interior ha afirmado que "no ha habido errores de los servicios de inteligencia". El presunto terrorista, un joven islamista radical de 20 años nacido en la provincia rusa de Ingushetia, estaba bajo el radar policial, con escuchas telefónicas incluidas, pero el seguimiento no permitió evitar el atentado.

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Su familia, en territorio francés desde 2008, había pedido el asilo a Francia, pero se le había denegado. Sin embargo, la expulsión no se había hecho efectiva, aunque buena parte de la familia está fichada por su radicalización. El hermano mayor del presunto terrorista está incluso en prisión, condenado por preparar un atentado. El viernes la policía detuvo a otras once personas relacionadas con el atentado, entre ellas otros dos hermanos del autor de los apuñalamientos, su madre y su tío. Darmanin ha explicado que, desde 2017, 800 extranjeros radicalizados han sido expulsados de Francia.