Reino Unido

El Reino Unido propone inyecciones para adelgazar los obesos y mejorar la productividad del país

El ministro de Sanidad lanza una polémica propuesta que los especialistas han recibido frunciendo la nariz

LondresEl laborismo no solo amenaza con subir las cuotas de la seguridad social a los trabajadores –prometió durante la campaña electoral que no lo haría–, sino que ahora plantea ideas más controvertidas. Un ejemplo de esto es la instauración de lo que algunos críticos ya llaman la medicamentocracia, o la medicalización de la sociedad para resolver problemas estructurales extremadamente complejos. Problemas de salud y culturales, en primer lugar, y no económicos. O que sólo lo son en tanto que los más afectados son, en general, los más pobres. En ese caso, la obesidad.

El ministro de Sanidad ha decidido remover las ondas y acaparar a los titulares este martes a cuenta de los gordos, tratándolos más bien como una carga económica que como enfermos. Y así, Downing Street puede lanzar salvas y evitar el ruido de explosiones más graves –como las cuotas de la seguridad social–, y que cuestionan la credibilidad del gobierno, cuando apenas se han cumplido cien días del triunfo electoral. El primer ministro, Keir Starmer lo resumió con la idea de que el ejecutivo debe "pensar de forma diferente" para aliviar la presión financiera sobre el sistema sanitario, quien, admitió, necesita más dinero.

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Las palabras de Starmer tenían como trasfondo un artículo que ha publicado hoy en The Daily Telegraph el titular del departamento de Sanidad, Wes Streeting, en el que sugería que población en paro con problemas de obesidad podrían recibir inyecciones para adelgazar para que así pudieran volver al trabajo. Dos o incluso tres gorriones por el mismo rasgo: se acaba o se reduce el problema de la obesidad, se aumenta la productividad del país porque hay menos bajas laborales y se reduce la factura del NHS porque caen las enfermedades asociadas al exceso de peso.

"La expansión de nuestras cinturas también está suponiendo una carga importante para nuestro servicio de salud, porque cuestan al NHS 11.000 millones de libras al año, incluso más que el tabaquismo, y está frenando nuestra economía. Las enfermedades causadas por la obesidad hacen que la gente coja, de media, cuatro días de baja laboral más al año, mientras que otros muchos se ven obligados a dejar de trabajar totalmente", ha argumentado en su tribuna.

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Inversión farmacéutica

Tras una cumbre internacional para inversores celebrada este lunes en Londres, Streeting ha anunciado que la farmacéutica Lilly, la mayor del mundo, destinará 280 millones de libras para el "desarrollo de nuevos medicamentos y formas de proporcionar tratamiento" contra el obesidad. Los planes incluirán "el primer ensayo en el mundo real sobre el efecto de los medicamentos en el desempleo, la productividad y la dependencia del NHS". Se trata de las pruebas con el fármaco Mounjaro, de la propia farmacéutica. Unas 250.000 personas podrían recibir la inyección en los próximos tres años.

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Datos oficiales del gobierno indican que entre 2022 y 2023, el 64% de los adultos de 18 años o más de Inglaterra tenían sobrepeso o eran obesos. Desde 2015 ha habido una tendencia al alza. De ese 64%, el 26,2% son directamente obesos. La prevalencia de la obesidad aumenta con la edad hasta los 64 años, llegando al máximo en el grupo 55-64. Los más afectados son los adultos negros (33,1%) y la incidencia es mayor en 14 puntos en las zonas más deprimidas económicamente. El hecho de que el 30% de los niños del país vivan en la pobreza, y que el 15% de los niños entre 2 y 15 años sean obesos, y que el 21,3% de los niños de 4 a 5 años y el 36, 6% de los de 10 a 11 años tengan sobrepeso tampoco son casualidades.

Pero el especialista en políticas de obesidad, la doctora Dolly van Tulleken, ya ha rechazado la idea, que encuentra poco realista. La población elegible para este plan era "de millones" de personas, pero los servicios especializados en gestión de control de peso sólo son capaces de tratar a 49.000 al año. Por otra parte, la idea de incentivar a los parados obesos no era nueva y hasta ahora ha funcionado muy mal, según las declaraciones que ha hecho en el programa Today, de BBC Radio4. Que se hable de las personas a partir de "su valor económico potencial" en vez de sus necesidades de salud es un planteamiento erróneo, también ha dicho.

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Otros investigadores sostienen ideas similares. "Intentar curar la obesidad con inyecciones está abocado al fracaso, y si el objetivo es aumentar el rendimiento laboral, aún peor. No se considera la dimensión psicológica del problema, que es importante. Los nuevos fármacos contra la obesidad son muy efectivos, pero como parte de un tratamiento más amplio y [que requiere] la adecuada motivación. El planteamiento es totalmente incorrecto, tanto desde el punto de visto ético como médico", ha comentado al diario ARA Salvador Macip, catedrático de medicina molecular de la Universidad de Leicester y de la Universidad Abierta de Cataluña.

Algunos medicamentos para perder peso ya están prescritos por el sistema Nacional de Salud del Reino Unido. Entre otros, la marca Wegovy, que se utiliza para tratar la obesidad, y Ozempic, para la diabetes, que se presenta en forma de inyección e imita a la hormona GLP-1, haciendo que quien lo recibe se sienta más lleno y tenga menos hambre.

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