Sarkozy entra en prisión: "Se cierra un inocente"

ParísEl expresidente de la República Francesa Nicolas Sarkozy ya está en prisión. Condenado a cinco años por el delito de asociación ilícita en el caso de la financiación de su campaña presidencial de 2007, el dirigente conservador se ha convertido este martes en el primer exjefe de estado francés que ingresa en un centro penitenciario, el de la Santé, situado en el 14º distrito de París.

Sarkozy, de 70 años, pasará su condena al módulo de aislamiento de la cárcel, no como castigo sino por cuestiones de seguridad. Se quiere evitar el contacto con otros presos y evitar que le hagan fotografías. Su celda mide unos 10 m² y dispone de un pequeño televisor, baño y un escritorio. El expresidente, como el resto de presos, no podrá tener teléfono móvil. Según la prensa francesa, se ha llevado a prisión dos libros: El conde de Montecristo, un clásico de Alexandre Dumas, y una biografía de Jesús. En una entrevista en Le Figaro, Sarkozy ha explicado que aprovechará el tiempo que esté en prisión para escribir un libro.

El exinquilino del Elíseo ha salido de su casa, en el distrito 16º de París, a primera hora de la mañana vestido de oscuro, serio, y acompañado de su esposa, Carla Bruni. En la calle le esperaban cientos de personas, convocadas a través de las redes sociales por su hijo Louis, para mostrarle su apoyo. Los seguidores, muchos de ellos con banderas de Francia, han aplaudido a Sarkozy y han cantado La Marsellesa. El expresidente ha dado un breve abrazo a Bruni y ha subido al coche saludando a la gente, primero desde fuera el vehículo y después desde dentro, a través de la ventana, en una puesta en escena muy estudiada para dar la imagen de mártir, con el pueblo a su lado. "¡Liberad a Nicolas!", gritaba la multitud.

Estrategia mediática

Después se ha dirigido a la Santé, escoltado por vehículos policiales y de medios de comunicación que han emitido en directo todo el trayecto, como suele hacerse cuando un político gana las elecciones presidenciales. Todo formaba parte de su estrategia mediática orientada a presentarse como víctima de una injusticia. Desde el inicio del juicio, Sarkozy ha basado su defensa en atacar a la justicia francesa.

Antes de entrar en prisión, Nicolas Sarkozy ha publicado un mensaje en X para denunciar un "escándalo judicial" e insistir en su inocencia, pese a que en el juicio quedó probado que personas de su entorno más cercano recibieron dinero del régimen libio de Moamar Gadafi para financiar la campaña. "No es un expresidente de la República quien cierran esta mañana, sino un inocente", clamó.

Con todo, la sentencia concluyó que Sarkozy había negociado la financiación de su campaña con Gadafi y su entorno había recibido el dinero, pero no había pruebas suficientes para asegurar que se utilizaran para la campaña –el rastro del dinero se pierde cuando se envían a paraísos fiscales–. De ahí que fue condenado por asociación ilícita, pero fue absuelto de los cargos de corrupción, financiación ilegal de campaña electoral y malversación de fondos públicos. La sentencia le condenó a cinco años de cárcel, a una multa de 100.000 euros ya cinco años de inhabilitación para cargo público.

A pesar de la condena y su ingreso en prisión, Sarkozy podría salir en cuestión de semanas. Sus abogados ya han solicitado la libertad condicional y, dado que la condena no es firme, que es difícil que reincida y su edad, es muy probable que se le conceda. La justicia deberá pronunciarse antes de dos meses. "Nuestro objetivo es sacarle de prisión", ha asegurado este martes uno de sus abogados, Christophe Ingrain. El expresidente podría comerse las uvas en su casa.

Recibido por Macron en el Elíseo

Cuatro días antes de entrar en prisión, el presidente de la República, Emmanuel Macron, invitó a Sarkozy al Elíseo, un gesto que ha sorprendido y que puede poner en riesgo la separación de poderes. "He expresado siempre públicamente con mucha claridad mi respeto por la independencia de la autoridad judicial en el papel que me corresponde", aseveró Macron. El jefe de estado se ha defendido asegurando que es "normal, desde el punto de vista humano", recibir a Sarkozy en el palacio presidencial.

Un sindicato de magistrados también ha cuestionado la voluntad del ministro de Justicia, Gérald Darmanin, de visitar a Sarkozy en prisión. Darmanin, procedente de la derecha y amigo personal del expresidente, ha anunciado que irá a Santé como titular de Justicia: "Iré a verle a la cárcel y, como ministro de Justicia, me preocuparé por sus condiciones de seguridad". Para el procurador general del Tribunal de Apelación, Rémy Heitz, la visita "podría atentar contra la independencia de los magistrados".