El Tribunal Supremo del Reino Unido sentencia que la definición legal de una mujer se basa sólo en el sexo biológico
La sentencia ratifica las tesis de determinados grupos feministas que quieren espacio de protección sólo para mujeres nacidas como tales
LondresEl gobierno escocés ha perdido una compleja batalla política y legal con muchas implicaciones. sexo en el citado marco jurídico –mujer u hombre– deja claro que se basa en el sexo biológico. Por tanto, un certificado de reconocimiento de género no cambia el sexo de alguien, que está asociado a la condición en el momento del nacimiento, si bien puede cambiar la identidad de género y puede ser un símbolo de esa identidad. La decisión fue tomada por unanimidad de los cinco jueces.
La sentencia del tribunal respondía a una larga batalla legal entre la organización feminista For Women Scotland (FWS) y el gobierno escocés por la definición de mujer a partir de lo que se establecía en una ley aprobada en el Parlamento de Holyrood en 2018, y que tenía como objetivo garantizar el equilibrio de género en las empresas. Una mujer trans con un certificado podía ser considerada legalmente mujer. Pero FWS se opuso y llevó el caso al Supremo en el 2022.
La escritora JK Rowling, defensora de FWS, ha celebrado el pronunciamiento del tribunal desde la red X: "Se han necesitado tres mujeres escocesas extraordinarias y tenaces con un ejército casero detrás, las mujeres han protegido a las mujeres y niñas en todo el Reino Unido", ha escrito.
Con todo, el juez Patrick Stewart Hodge, vicepresidente del tribunal, en la lectura del veredicto ha afirmado que "las personas trans no han perdido protección legal en virtud de nuestra ley de igualdad; están protegidas tanto por su sexo biológico como por lo que la ley llama "transición de género"". Sin embargo, la protección legal se basa en el sexo biológico, no en el sexo relacionado con la identidad adquirida. Sin embargo, el tribunal sostiene que estas protecciones no otorgan el derecho a utilizar servicios diferenciados por sexo. Y aunque no lo menciona específicamente los lavabos, sí habla de espacios unisex, como vestuarios y albergues para mujeres que han sufrido violencia doméstica. La implicación es que estos sitios se reservarán sólo para mujeres biológicas.
El magistrado también ha recordado que la ley de igualdad de 2010 ofrece protección a las personas transgénero contra la discriminación directa, la discriminación indirecta y el acoso en su género adquirido.
A las puertas del tribunal, miembros de FWS han celebrado el dictamen como una verdadera victoria. Susan Smith, una de las líderes de FWS, ha asegurado: "No estamos en contra de ningún grupo en concreto. Creemos que la ley de igualdad protege a todo el mundo según las características definidas por la ley de 2010". Pero entre el colectivo trans hay razones para que se extienda cierta preocupación. Porque el veredicto hará que sea más probable que las personas que han cambiado de género sean excluidas de determinados espacios –justamente lo que querían las activistas– de seguridad y privados, reservados exclusivamente a las mujeres nacidas como tales.
El jurista de la Universidad de Glasgow Michael Foran, que ha escrito sobradamente sobre la materia en los últimos años, ha destacado que "la claridad [que el Supremo ha establecido para la ley de igualdad de 2010] afectará a áreas del derecho que habían estado funcionando bajo supuestos erróneos sobre qué decía la ley".
Repercusiones políticas
En cuanto a las repercusiones políticas, algunos de los actores implicados en el pulso han respirado aliviados. La sentencia es una derrota contundente para el gobierno escocés y su interpretación legal, pero sobre todo lo es para la ex primera ministra, Nicola Sturgeon, que en 2018 impulsó el texto ahora rechazado y que tenía como objetivo garantizar el equilibrio de género en las juntas de administración de las empresas del sector público. A partir de esta fórmula se incluía explícitamente a las mujeres transgénero que hubieran obtenido el certificado de reconocimiento de género.
Posteriormente, en 2022, la cámara nacional escocesa aprobó la ley de reforma del reconocimiento de género de Escocia, pero no llegó a entrar en vigor porque el gobierno británico la bloqueó. Downing Street argumentó que la reforma propuesta podría tener un impacto adverso sobre la ley de igualdad de 2010, una legislación de ámbito estatal que protege los derechos basados en el sexo biológico, según ha ratificado este miércoles el Supremo.
El recurso presentado por el gobierno escocés en el Supremo contra el bloqueo no prosperó y en mayo de 2024 el primer ministro escocés y sustituto de Sturgeon, John Swinney, anunció que su gobierno abandonaba los planes de reforma de la ley de autodeterminación de género. Desde entonces, Swinney ha intentado alejarse de este tema sugiriendo –implícitamente– que era más una preocupación de sus predecesores, sobre todo de Sturgeon, que suya.
Tanto el gobierno escocés como el de Westminster han afirmado que hay que sentarse y ver exactamente qué supone la sentencia. El foco se centra en cómo se aplicará en el día a día en varios entornos. Sin embargo, algunos espacios han quedado claro que sólo serán de uso posible para las mujeres nacidas como tales.