Lula presenta la vía brasileña para acabar la guerra de Ucrania: "Necesitamos aire fresco"
El presidente, que niega armas a Zelenski, quiere que China, Turquía y la India fuercen la vía multilateral para poner paz
São PauloBrasil, con el retorno de Lula da Silva al poder, pretende recuperar el papel de liderazgo en el multilateralismo, que es la solución que quiere aplicar para desencallar y poner punto final a la guerra de Ucrania. El veterano dirigente, de 77 años, ha aprovechado la visita en Brasilia del canciller alemán, Olaf Scholz, el 30 de enero, para proponer una tercera vía, que pasaría por la creación de un grupo de países capaces de negociar un acuerdo de paz entre los dos estados beligerantes.
“Esta no es una guerra europea sino que es una violación flagrante de los derechos internacionales y del orden que acordamos conjuntamente. Lo que hay que hacer es constituir una alianza con fuerza suficiente para hacerse respetar en una mesa de negociación y sentarnos con las dos partes”, ha expuesto Lula, que pretende aglutinar a países como China, la India o Indonesia. “Nuestros amigos chinos –ha remarcado– tienen un papel crucial. Ha llegado la hora de que China ponga manos a la obra”.
El modelo que defiende el gobierno brasileño pasa por la creación de un grupo parecido al del G-20, que se puso en marcha para hacer frente a la crisis económica del 2008. Lula está dispuesto a ser el gran articulador de esta nueva alianza, que ya ha planteado telefónicamente al presidente francés, Emmanuel Macron, y ahora, personalmente en Brasilia, al canciller alemán.
Los próximos pasos serán intentar convencer a las dos superpotencias. Lula visitará la Casa Blanca el 10 de marzo para encontrarse con Joe Biden, con el que mantiene una relación especial que va más allá de las cuestiones generacionales, ya que los une haber derrotado en las urnas a la amenaza de un segundo gobierno con derivas totalitarias: uno, Donald Trump, y el otro, su aliado, Jair Bolsonaro.
El nuevo ejecutivo ha reafirmado la negativa a enviar armamento a Zelenski, después de que el gobierno alemán le solicitara que hiciera llegar munición para los tanques de guerra ucranianos. “Brasil es un país de paz y no tenemos ningún deseo de participar, ni siquiera indirectamente, en esta guerra”, ha sentenciado Lula, que quiere aprovechar la solución del conflicto como un ejemplo de la nueva gobernanza global que desea aplicar al funcionamiento de las Naciones Unidas. "Necesitamos aire fresco. No podemos tener solo a los Estados Unidos y la Unión Europea en un lado y Rusia al otro", ha llegado a decir el presidente, que de alguna manera ha criticado el envío masivo de armas de Occidente hacia Kiev.
Viaje a Pekín
Lula también hará una visita oficial a China, todavía sin fecha, para encontrarse con Xi Jinping e incluir en la agenda el enfoque multilateral para acabar con la guerra en el este de Europa. Paralelamente, el Itamaraty (como se conoce la diplomacia brasileña) ya ha iniciado los contactos con la India y también se espera contar con el apoyo de la Turquía de Erdogan.
Tanto con Jair Bolsonaro como con Lula da Silva, que están en las antípodas ideológicas, Brasil ha mantenido una posición de neutralidad en relación con la invasión rusa. Lo ha condenado en la ONU, pero se abstiene habitualmente en otras votaciones sobre el conflicto. Además, el gigante sudamericano no se ha adherido a las sanciones comerciales contra Rusia, puesto que es clave para el PIB del país mantener abierto el canal de importación de fertilizantes. Brasil es la cuarta potencia mundial en exportación de productos agropecuarios, solo superado por el bloque de la Unión Europea, Estados Unidos y China.