La mafia italiana cambia las armas por la corbata

MilàUna mañana de agosto de 2013 los transeúntes de la calle Mac Mahon, en pleno barrio chino de Milán, observaron incrédulos como tres mujeres asiáticas completamente desnudas, con las manos y los pies parcialmente ligados, saltaban desde un balcón. Explicaron que habían sido secuestradas durante 24 horas en un apartamento, al cual habían acudido atraídas por un supuesto trabajo. Fue el penúltimo episodio de una guerra entre grupos rivales de la temida mafia china.

Con raíces muy asentadas al tejido empresarial de Roma, Milán y, sobre todo, Prato, cerca de Florencia, la Dirección Investigativa Antimafia (DIA) la considera "la quinta mafia italiana". Como en otros países, se inició con el negocio de la inmigración ilegal, la prostitución y las falsificaciones, y ha acabado haciendo fortuna expandiendo sus tentáculos hasta el blanqueo de capitales y el tráfico de residuos tóxicos, actividades originalmente desarrolladas por las mafias italianas.

Introducirse en un país con una fuerte presencia de criminalidad organizada como es Italia no ha sido complicado, según los expertos, porque los mafiosos chinos han evitado el enfrentamiento con las organizaciones autóctonas y colaboran con ellas, especialmente con la Camorra, como confesó el capo  Salvatore Giuliano, quién confirmó la existencia de un pacto entre la mafia napolitana y La Tríada, la histórica organización criminal originaria de Hong Kong. Pero en Italia, los grandes padrinos de la mafia no hablan (todavía) ninguna lengua extranjera: 'Ndrangheta, Camorra, Cosa Nostra y La Società foggiana mantienen el monopolio y se reparten el territorio, incluso más allá de las fronteras nacionales. La más internacional es la 'Ndrangheta, que desde la región de Calabria, al sur de la península, ha conseguido desplegar una red de alianzas con los cárteles de América Latina hasta convertirse en "una multinacional del narcotráfico", que controla el mercado de la cocaína en Europa.

Según el último informe de la DIA, en su intento de pasar desapercibida y adaptarse a contextos cambiantes -como la pandemia -, las mafias italianas están evolucionando sustituyendo "el uso de la violencia, cada vez más residual, por la infiltración silenciosa". A la práctica, sostienen los expertos, se están transformando en empresas, que en conjunto suman un volumen de negocio equivalente al 7% del PIB italiano, según estimaciones. "Durante la emergencia del coronavirus, cuando la economía entró en crisis, las organizaciones criminales prosperaron", apunta el informe.

La masacre de Duisburg

"La violencia ha existido siempre, pero la mafia no. La mafia nace cuando la delincuencia organizada transforma la violencia en poder. Esto no ha pasado en todo el mundo, pero sí en Italia, donde los mafiosos han sido legitimados y utilizados por las clases dirigentes", explica al ARA el escritor Antonio Nicaso, uno de los mayores expertos en crímenes organizados. "No necesitan poner bombas porque tienen el poder de la intimidación. Minimizan la violencia porque crea alarma social y han aprendido de la masacre de Duisburg". El año 2007 la 'Ndrangheta asesinó a disparos a seis italianos en un ajuste de cuentas en esta localidad alemana.

Era la primera vez que lo echaba del territorio italiano y fue un punto de inflexión. "Antes de estos asesinatos, la 'Ndrangheta era conocida solo en algunos países, después les dio una notoriedad que se les giró en contra porque el trabajo de las mafias se ve favorecida por la desatención de la que disfrutan".

También ha abandonado la lupara (un clásico fusil siciliano) la Cosa Nostra. La mafia siciliana es la que se encuentra con más dificultades de todas, puesto que la cúpula de la organización no consiguió ser reconstruida después de la caída de los históricos capos, Totò Riina y Bernardo Provenzano. Y la Camorra napolitana tampoco ha logrado, según los expertos de la DIA, hacer sombra a la 'Ndrangheta en el tráfico de estupefacientes -una de sus especialidades junto con los residuos tóxicos, mucho más rentables -, ni organizar una estructura jerárquica al estilo de la vieja Cosa Nostra. Los clanes son muchos, a veces enfrentados entre si, aunque están muy organizados a la hora de dividirse el territorio.

Aún así, es quizás el crimen organizado en la meridional región de la Pulla lo que más preocupa a los investigadores por la rapidez con la cual se está difundiendo. "La mafia foggiana se ha convertido en el primer enemigo del Estado", advirtió el fiscal nacional antimafia, Federico Caifero De Raho. Gracias a su asociación con la mafia albanesa y al monopolio en el tráfico de drogas y la usura, La Società, que opera en las provinciales de Foggia y San Severo, se ha convertido en la más violenta, llegando a disparar a la cara de sus víctimas para desfigurar su rostro, pero representa una excepción en la amplia galaxia de mafias italianas.