Israel y Hamás reanudarán las negociaciones el lunes, mientras el ejército sigue bombardeando Gaza
Trump advierte a Hamás de que no tolerará retrasos: "Debe actuar rápidamente, o si no, todo se perderá"
Enviada especial a Tel-AvivA las puertas del segundo aniversario de la guerra de Gaza, se aceleran los movimientos para un alto el fuego. Después de que Hamás anunciara la noche del viernes que está dispuesto a implementar el plan de Donald Trump ya entregar a todos los rehenes, el ejército israelí ha comunicado esta mañana que pausa las operaciones de conquista de Ciudad de Gaza, como había reclamado el presidente estadounidense el día anterior. Sin embargo, la pausa no se verifica sobre el terreno: ha habido bombardeos durante todo el día en Ciudad de Gaza, e incluso en la zona designada por el ejército israelí para concentrar a los palestinos, al sur de la Franja. Los equipos de Protección Civil reportan un ataque contra un edificio en el barrio de Jafa de Ciudad de Gaza, que ha dejado diecisiete muertos (entre ellos siete criaturas de entre dos y ocho años), cuarenta heridos y al menos quince personas enterradas entre los escombros. En los hospitales de la Franja se contabilizaron cincuenta y cuatro muertos este sábado desde la medianoche hasta las 18 h hora local.
Pese a la continuación de los bombardeos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha salido este sábado por la tarde a agradecer a su aliado israelí que haya hecho caso a su llamada de detener los ataques, y ha añadido presión sobre Hamás. "Hamás debe actuar rápidamente, o si no, todo se perderá", ha advertido el presidente en su red Truth Social. Y ha añadido: "No voy a tolerar retrasos, que muchos piensan que habrá, ni ningún resultado en el que Gaza vuelva a suponer una amenaza. Hagámoslo, rápido". En el mismo mensaje, quiso "agradecer que Israel haya detenido temporalmente los bombardeos para dar la oportunidad de completar la liberación de los rehenes y el acuerdo de paz". Las negociaciones (que literalmente habían saltado por los aires el mes pasado cuando Israel bombardeó el edificio de Doha donde la delegación de Hamás estudiaba el plan de Trump) se reanudarán el lunes en Egipto. El plan de Trump establece que la organización palestina tiene 72 horas para liberar a todos los rehenes (cuarenta y ocho continúan con vida y veinte se cree que están muertos).
Netanyahu había anunciado por la mañana que "Israel se prepara para la implementación inmediata de la primera fase del plan de Trump para la liberación de todos los rehenes". Y esta noche hizo una declaración televisada en la que dijo que espera poder anunciar el regreso de todos los rehenes en una sola fase, coincidiendo con la celebración de la fiesta judía del Sukkot, sin que sus tropas se hayan retirado de Gaza. "Como ha dicho Trump, no toleraremos retrasos", ha repetido. Y ha dicho que en la segunda fase "Hamás será desarmado y Gaza desmilitarizada, sea por la vía fácil o por la fuerza". Y ya ha presentado la aceptación de Hamás como una victoria propia: "En lugar de estar nosotros aislados, ahora lo está Hamás, bajo mayor presión militar y diplomática, y se han visto forzados a aceptar".
Pero esta misma noche, los dos ministros de ultraderecha del gobierno de Netanyahu se han expresado por primera vez. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, consideró un "error grave" la orden de detener los bombardeos. Y el de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, ha ido más allá e incluso ha amenazado con salir del gobierno "si después de la liberación de los rehenes Hamás sigue existiendo". "No formaremos parte de una derrota nacional que será una desgracia para los siglos y que se convertirá en una bomba de relojería para la próxima masacre", ha dicho Ben Gvir. Queda la duda, pues, de si Netanyahu se verá forzado a convocar nuevas elecciones antes de terminar su mandato a finales del próximo año. Mientras, en Tel Aviv, unas 200.000 personas se han manifestado para reclamar la liberación de los rehenes bajo el lema "O ahora o nunca".
Hamás se ha mostrado dispuesto a liberar a los rehenes, como establece el plan de Trump, aunque un alto cargo de la organización dijo el viernes que no era factible cumplir el plazo de 72 horas fijado. El plan estipula que, una vez ambas partes lo acuerden, "las fuerzas israelíes se retirarán hasta la línea pactada para preparar la liberación de los rehenes. Durante este tiempo, todas las operaciones militares, incluidos los bombardeos aéreos y de artillería, quedarán suspendidas, y las líneas de combate se mantendrán congeladas hasta que se cumplen".
Cuatro puntos críticos
Hay tres puntos críticos que han hecho descarrilar todos los acuerdos de alto el fuego hasta ahora. El primero es qué garantías puede obtener Hamás de que el día que libere al último rehén Netanyahu no volverá a reanudar los bombardeos indiscriminados. Los rehenes son la única carta negociadora de los palestinos y es difícil que renuncien a cambio de palabras. Al fin y al cabo, los Acuerdos de Oslo de los años 90, apoyados por Estados Unidos, las potencias europeas y los países árabes, nunca dieron lugar al prometido estado palestino.
El segundo punto es la retirada de las tropas israelíes de la Franja. Según el plan de Trump, el ejército israelí no estaría obligado a retirarse completamente de Gaza durante la primera y segunda fase, sino sólo en un momento indeterminado en el futuro, cuando Gaza "esté debidamente protegida de cualquier reactivación de la amenaza terrorista". Además, el plan prevé también que Israel mantenga tropas en el perímetro fronterizo, que tampoco concreta. Cabe recordar aquí la geografía: la Franja de Gaza no pasa de los 8 kilómetros de ancho.
El tercer punto es quien gobernará Gaza después de Hamás. Los islamistas llevan meses diciendo que aceptan ceder la administración a un organismo palestino independiente "en coordinación nacional y con apoyo árabe e islámico". Según el plan de Trump, la administración de Gaza durante el período de transición será confiada a un "comité palestino" supervisado por un organismo internacional, llamado junta de paz, presidido por el propio Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair. Es decir, por el principal aliado internacional de Israel hoy y un representante del que lo fue en su origen, en 1948. Después vendría una reforma de la Autoridad Palestina, un organismo sin ninguna garantía democrática y profundamente corrupto, que asumiría su control.
El último punto caliente es quien asumirá el control militar de Gaza. El plan de Trump dice que el ejército israelí irá transfiriendo progresivamente el territorio de Gaza que ocupa (no las zonas todavía bajo control de Hamás) a una Fuerza Internacional de Estabilización, que no se sabe por ahora por qué países estaría formada.