El ejército israelí prohíbe a los palestinos de Gaza acercarse al mar

BarcelonaAtrapados en el horror de los bombardeos indiscriminados, el hambre y la sed, los palestinos de Gaza sólo tenían un sitio donde encontrar algo de alivio: el mar. La Franja sigue una línea de costa de 40 km de longitud (muy parecida al Maresme) y allí podían al menos lavarse, refrescarse y, con muchísimas limitaciones, pescar. Pero el ejército israelí ha emitido este fin de semana una orden que les prohíbe acercarse al mar.

"Se han impuesto estrictas restricciones de seguridad en el área marítima adyacente a Gaza: la entrada al mar queda prohibida. Esto es un llamamiento a pescadores, nadadores y buceadores: evite entrar en el mar. Entrar en la playa y en las aguas a lo largo de todo Gaza pone en riesgo las suyas portavoz en árabe del ejército israelí.

La prohibición se estableció después del ataque palestino del 7 de octubre, pero hasta ahora se aplicaba sólo a los pescadores. Sin embargo, ahora se aplicará a cualquier civil. A nadie se le escapa la idoneidad del momento: ahora es cuando Gaza sufre las peores restricciones de agua, las temperaturas más extremas y el peor hacinamiento en campos de tiendas insalubres después de 21 meses de guerra en los que se han borrado todas las líneas rojas.

"Embarcaciones militares israelíes patrullan muy cerca de la costa y disparan a los pocos pescadores que desafían la prohibición", explica por whatsapp en el ARA Amaar Khouri, un obrero de la construcción desplazado con su familia en el campo de Al Shati, en la playa de Ga. "Muy poca gente se atreve a nadar en la playa por miedo a que le disparen, y también por la contaminación causada por el vertido de aguas residuales al mar, debido a la destrucción de las depuradoras", añade. "La gente necesita lavar las sábanas, la ropa y los platos con agua de mar, porque aquí llega muy poca agua dulce y la guardamos para beberla, pero ahora nadie se atreve a acercarse al agua", apunta el hombre.

Riesgo de enfermedades

El mar es también la única salida para las personas debido a la masificación resultante del desplazamiento de residentes de las regiones del norte y este de Gaza a la playa. El polvo y la suciedad resultantes del derribo de calles y los bombardeos de edificios también empujan a la gente a las playas de Gaza. Los ciudadanos de aquí dependen también del agua potable y para cocinar de los depósitos de agua proporcionados por algunas organizaciones y campañas de solidaridad con la gente de Gaza. Éstos contribuyen a aliviar sus necesidades de agua, pero no las satisfacen todas. Los habitantes de la Franja deben ducharse a diario debido al calor del verano, el polvo y la suciedad que llenan las calles, y las aguas residuales también inundan las carreteras. Esto no ocurre. Se duchan cada diez o más días. Tampoco se cambian de ropa en semanas por la falta de ropa de repuesto y la escasez de agua para lavarse. Esto ha provocado la propagación de enfermedades de la piel entre niños, mujeres y varones.

Según la ONU, aproximadamente el 90% de la población de Gaza ha sido desplazada por la fuerza con los bombardeos y las órdenes de evacuación dictadas por el ejército, y la mayoría han tenido que instalarse en campamentos de tiendas en lugares sin suministro de agua ni de electricidad. Las epidemias se esparcen por el hacinamiento, la falta de agua y de productos higiénicos, en una población al límite de sus fuerzas por el hambre. Los niños, las personas mayores y las mujeres embarazadas son los más vulnerables a los golpes de calor, deshidratación y enfermedades. Por eso bañarse en Gaza no es simplemente ocio, y el agua de mar se ha convertido en un recurso clave para lavar.

En la que la ONU ha descrito como la peor crisis de hambre del planeta, el mar era un recurso vital, aunque los barcos y lanchas de guerra israelíes que patrullan la costa se dedican a disparar contra los pescadores. Antes de que Israel lanzara su operación genocida contra Gaza, unos seis mil palestinos se dedicaban a la pesca. Desde el 7 de octubre, según la ONU, al menos 210 fueron asesinados por el ejército israelí.

Muertos en las colas del agua

Después de que el domingo el ejército israelí admitiera que había lanzado "por error" un misil contra un grupo de civiles que hacían cola para conseguir agua, que dejó al menos 10 fallecidos, la oficina de prensa del gobierno de Gaza ha denunciado que 700 palestinos han muerto en las mismas circunstancias. Hamás ha denunciado que Israel libra una "guerra sistemática de la sed", con más de 100 ataques a puntos de reparto de agua potable, y con la destrucción de 720 pozos, que han dejado a 1,2 millones de palestinos sin acceso a agua limpia. Asimismo el sistema de saneamiento de agua ha colapsado por el bloqueo israelí en la entrada de combustible, con el que funcionan las bombas que extraen el agua de los pozos, las depuradoras y los camiones de recogida de basura. Esto hace que el agua subterránea quede contaminada y que se esparzan las infecciones.

Este lunes al menos 28 palestinos han muerto en ataques israelíes en Gaza, según fuentes médicas.