Reino Unido, Canadá y Australia reconocen el estado palestino

Netanyahu responde acusando a los países de premiar a Hamás y dice que no lo permitirá

LondresManiobra de equilibrio entre la mala conciencia histórica, los intereses eternos del Reino Unido, más ligados que nunca a Estados Unidos, y una opinión pública cada vez más contestataria contra el sostenido genocidio israelí en la Franja de Gaza. El primer ministro, Keir Starmer, acaba de anunciar este domingo, formalmente, en un vídeo previamente grabado, el reconocimiento del estado de Palestina, un anuncio que ha hecho al tiempo que lo hacían sus homólogos de Australia y de Canadá, miembros de la Commonwealth. El anuncio se enmarca en una ola de pronunciamientos en el mismo sentido de aliados tradicionales de Israel, que pretende detener la política del gobierno israelí de Benjamin Netanyahu de borrar a los palestinos del mapa, al tiempo que busca aislar a Hamás y forzarlo a una rendición incondicional a Gaza. Actualmente 147 estados de miembros de la ONU, incluido España, reconocen a Palestina. Ahora se ha sumado a Portugal, y se añadirán también Francia (la otra ex potencia colonial de Oriente Próximo), Bélgica, Luxemburgo, Malta y posiblemente Nueva Zelanda y Liechtenstein.

Cargando
No hay anuncios

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha reaccionado con un comunicado desafiante: "No habrá sido palestino. La respuesta a este último intento de obligarnos a aceptar un estado terrorista en el corazón de nuestra tierra la daremos después de que yo vuelva de Estados Unidos". Netanyahu, cada día más aislado internacionalmente, acusa a los países que instan a reconocer a los palestinos de "premiar a los terroristas" y dice estar dispuesto a aguantar "las presiones internacionales y domésticas".

Cargando
No hay anuncios

Por su parte, Hamás ha dicho en un comunicado que "el reconocimiento es un paso importante para mantener el derecho de nuestro pueblo palestino en su tierra y en los lugares sagrados y en el establecimiento de un estado independiente con capital en Jerusalén", que califica del "resultado merecido por la resiliencia, la lucha y los sacrificios", referencia al derecho al regreso de los refugiados palestinos. También insta a que este gesto simbólico se acompañe de "medidas prácticas que lleven al paro inmediato del brutal genocidio contra nuestro pueblo de Gaza ya confrontar los planes de judaización y anexión de Cisjordania y Jerusalén". Reclaman una acción internacional coordinada para llevar a los responsables israelíes para que sean juzgados por crímenes de guerra y de lesa humanidad en los tribunales internacionales.

Los reconocimientos anglosajones preceden a los del resto de países que formalizarán su apoyo al estado palestino, en el marco de la conferencia patrocinada por Francia y Arabia Saudita sobre la solución de dos estados (un estado palestino junto al Estado de Israel), convocada en Nueva York el día antes que como Nueva York. El encuentro mundial estará marcado por la ausencia del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, a quien la administración de Donald Trump ha negado el visado para viajar a Estados Unidos. El viernes, en una votación en la Asamblea General, 145 países contra cinco votaron a favor de que Abbas pueda dirigirse al foro por videoconferencia. Lo interesante del discurso de Abbas será si da pistas sobre la reforma de la Autoridad Palestina, ahora marcada por la falta de garantías democráticas, la corrupción, el nepotismo y la colaboración con el empleo israelí. El plan del presidente francés, Emmanuel Macron, pretende que la Autoridad sustituya a Hamás en el control de Gaza, en el camino de la creación de este virtual estado palestino, que Netanyahu no tiene ninguna intención de aceptar.

Cargando
No hay anuncios

Starmer ha justificado la decisión –avanzada hace ya un par de meses, y condicionada a un cambio de actitud de la política israelí, que no se ha producido– como un paso necesario para "mantener viva la posibilidad de la paz y de una solución de dos estados". Londres aclara también que no se trata "en ningún caso de un premio para Hamás". Una afirmación con la que intenta rechazar la acusación que le ha hecho el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, desde que anunció que daría el paso poco antes de la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas, que comienza este lunes en Nueva York.

"Nuestro objetivo es un Israel seguro y un estado palestino viable, porque en estos momentos no tenemos ninguna de las dos cosas", ha dicho, olvidando que, hoy por hoy, y después de dos años de masacre continuada contra la Franja de Gaza, más la política colonial de Tel Aviv en los territorios ocupados de Cisjordania, lo que es todo. En todo caso, Starmer aseguró que israelíes y palestinos "merecen vivir en paz, reconstruir sus vidas, liberadas de la violencia y el sufrimiento", y remarcó que éste es también "el deseo profundo del pueblo británico".

Cargando
No hay anuncios

Londres llega a la decisión –con la que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el jueves que no estaba de acuerdo– arrastrando los pies, después de haber apoyado prácticamente incondicional en Tel Aviv a pesar de las atrocidades de la campaña militar de Netanyahu, hasta que sólo hace unos meses suspendió, parcialmente, el envío de algún tipo de armas a Israel.

La responsabilidad histórica británica

Pero la situación actual es de catástrofe, y la responsabilidad histórica del Reino Unido es máxima. Porque, de hecho, fue en 1917 cuando el gobierno de Su Majestad emitió la Declaración Balfour y prometió un "hogar nacional judío" en Palestina sin consultarlo a la mayoría árabe que vivía allí. En 1920 Londres recibió de la Sociedad de Naciones el mandato británico de Palestina, que le daba el control político y administrativo colonial del territorio. En tanto que metrópoli, Londres favoreció la inmigración judía, reprimió duramente las aspiraciones nacionales palestinas, como la llamada Gran Revuelta Árabe (1936-1939) y después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, atió aún más el asentamiento de los judíos en toda esta zona. La represión inglesa debilitó a la sociedad palestina. En 1948, Londres abandonó un territorio dividido étnica y religiosamente, y comenzó la guerra árabe-israelí(1948-1949), inmediatamente después de la proclamación del Estado de Israel. Algo que coincidió con Nakba, el exilio forzado de más de 700.000 palestinos. Muy posiblemente, la partición del territorio de Palestina entre un estado judío y un árabe (que nunca llegó a existir), impuesta por las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial en la ONU, no habría sido posible sin la anterior gestión colonial británica.

Cargando
No hay anuncios

Las palabras que han salido de Londres, de Ottawa o de Canberra no evitan la escalada de la destrucción ni de los asesinatos en Gaza, ni la aceleración de las colonias en Cisjordania. reconocimiento como un paso imprescindible para reabrir la vía hacia negociaciones serias. Israel queda más aislado, pero nadie le detiene.