Trump compara el ataque a Irán con las bombas de Hiroshima y Nagasaki: "Ha puesto fin a la guerra"

El presidente menosprecia los informes que hablan de daños limitados al programa nuclear y dice que, si es necesario, volverá a atacar a Teherán

La Haya / LondresDonald Trump sigue defendiendo el ataque de Estados Unidos a Irán, hasta el punto de utilizar argumentos surrealistas. Aunque aseguró que no quería compararlo, finalmente dijo que las bombas nucleares que EEUU lanzó contra Japón en 1945 y la ofensiva estadounidense contra el país persa "son esencialmente la misma cosa". "No quiero utilizar el ejemplo de Hiroshima y Nagasaki, pero son esencialmente lo mismo. Han puesto fin a la guerra", ha afirmado el dirigente estadounidense en una rueda de prensa en la cumbre de la OTAN de La Haya. En este sentido, el magnate neoyorquino ha insistido en que, si EEUU "no hubiera desmantelado" las instalaciones nucleares iraníes, "aún estarían luchando".

Posteriormente, cuando ha finalizado la cumbre y ha comparecido de nuevo ante la prensa, en este caso secundado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el de Defensa, Peter Hegseth, ha vuelto a utilizar el mismo paralelismo.

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De esta forma, Trump se ha reafirmado también este miércoles en una de las ideas que repite desde el ataque del sábado. Y es que el programa nuclear de Irán ha quedado "anorreado por completo". "El sitio de enriquecimiento de Fordow ha quedado completamente inoperativo", ha dicho, y la infraestructura crítica de la planta ha sido destruida. El presidente de Estados Unidos ha citado informes de la Agencia de Energía Atómica de Israel, pero también informes del propio régimen de los ayatolás. Todo ello habría provocado un retroceso de "varios años" en la capacidad de Irán para adquirir armamento nuclear.

Las contundentes afirmaciones han sido cuestionadas por voces expertas e informes de inteligencia de la propia administración estadounidense. Pero el presidente ha cargado contra los medios de comunicación -CNN y The New York Times, entre otros– que los han difundido; unos informes que ha calificado de "preliminares". "Noticias falsas", ha repetido, también. Y Hegseth, a su vez, ha destacado igualmente que "hacían caso porque es una manera de meterse con el presidente". Pero que haciéndolo, lo que "ponían en cuestión era el trabajo" de los pilotos que habían arriesgado su vida en la operación. En todo caso, Hegseth aseguró que "todas las pruebas [de la destrucción de las instalaciones de Fordow] están enterradas bajo una montaña, devastadas y obliteradas. Y si quieres hacer una evaluación de lo que pasó en Fordow, es mejor que cojas una pala muy grande y cavis bien hondo, porque el programa nuclear del I".

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La confianza que ha mostrado Trump en la acción que ordenó la semana pasada le ha hecho afirmar que "da igual" si Irán quiere negociar o no un acuerdo, dejando entrever que no tiene ninguna capacidad ni ningún elemento de disuasión para hacerlo. "Quizá firmemos un acuerdo. Para mí, no creo que sea necesario. Han tenido una guerra, han luchado, y ahora vuelven a su mundo. A mí no me importa si llegamos a un acuerdo o no. Hemos destruido el programa nuclear. Ha estallado en mil pedazos, así que no me preocupa especialmente... Nos reuniremos con ellos, de hecho." Y ha remachado: "Podría conseguir una declaración en la que digan que no se convertirán en una potencia nuclear; probablemente lo pediremos. Pero no lo harán de todos modos. ¡Ya han tenido suficiente!"

Precisión milimétrica

Sobre las características del ataque, Trump ha subrayado también que el bombardeo se hizo con una coordinación milimétrica y una potencia de fuego sin precedentes, incluyendo "misiles lanzados desde submarinos a cientos de kilómetros de distancia" y una operación aérea que implicó a B-2, F-22, F-35 y más de 50. nueve pulgadas [unos 22 cm] del objetivo asignado", dijo.

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Trump, pues, ha reiterado en la clausura de la cumbre de la OTAN que "el ataque [sobre Irán] fue devastador" y que Irán "no volverá a tener acceso a material nuclear". que "han terminado" con su programa nuclear, después de veinte años de intentos. Ha defendido que esta acción refuerza la disuasión norteamericana y ha remarcado que el objetivo siempre ha sido evitar que Teherán se convierta en una potencia nuclear. bombardeos no hubieran tenido un impacto estructural, el régimen de Teherán no habría aceptado un alto el fuego con Israel. El presidente ha ido aún más allá al asegurar que "lo ocurrido servirá para desatascar las negociaciones para un acuerdo de paz en Gaza". Y también no ha dudado en afirmar, ante Rutte, en este caso, que, si fuera necesario, volvería a ordenar un ataque, en caso de que Teherán retomara el programa de enriquecimiento nuclear.

Mientras tanto, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, sigue en silencio. Aunque el gobierno iraní confirmó el acuerdo de tregua con Israel, Jamenei no apareció en público desde el 13 de junio, cuando Israel lanzó su propio ataque contra territorio iraní. Su última aparición en directo se remonta al 11 de junio en una reunión con el Parlament.

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El escenario geopolítico, sin embargo, se mantiene frágil. Irán mantiene su objetivo declarado de destruir a Israel, y sus actividades nucleares –que incluyen enriquecimiento de uranio hasta el 60% de pureza, muy cerca del nivel para fabricar un arma– siguen generando alarma internacional. Israel, por su parte, asegura que Teherán ha hecho avances hacia la militarización del programa.