El misterio de los despachos clonados: la obsesión enfermiza de Putin por la seguridad
Una investigación revela los detalles de uno de los sistemas del presidente ruso para esconder su ubicación real
MoscúLas crónicas oficiales aseguran que Vladimir Putin pasó los momentos más duros de la pandemia o en los días posteriores a la invasión de Ucrania en su residencia oficial de Novo-Ogariovo, a media hora en coche del Kremlin. El presidente ruso quiere proyectar la imagen de un líder que siempre está al pie del cañón, pero esa imagen es falsa. Una investigación del proyecto Sistema, la unidad de investigación de Radio Svoboda, ha demostrado por primera vez que Putin tiene tres despachos prácticamente calcados que utiliza para que todo el mundo crea que está en una ubicación cuando, en realidad, está en otra. Esta es sólo una de las tretas de un gobernante obsesionado con su seguridad hasta rayar la paranoia.
El despacho original de Novo-Ogariovo, construido en el 2015, tiene dos réplicas que se edificaron en los años siguientes: una en la residencia presidencial de Sochi, una ciudad de veraneo del mar Negro, y otra en Valdai, en otra mansión de estado no oficial en una zona bosque. Putin, a quien la pandemia volvió aún más hipocondríaco y solitario, pasó buena parte de la crisis de la cóvid entre estas dos residencias, alejado de la capital. En Sochi podía disfrutar de la brisa marina de una casa con vistas al mar, y en Valdai se refugiaba con su familia secreta: la exgimnasta Alina Kabayeva y los hijos de ambos.
La existencia de varias oficinas idénticas se publicó hace años, pero hasta ahora nadie había encontrado pruebas. El editor jefe de Sistema y autor de la investigación, Andrei Soshnikov, explica al ARA que la clave para averiguarlo está en los detalles. Tras revisar cientos de grabaciones de los últimos diez años, observaron que unos y otros despachos –de un beige anodino, austeros, prácticamente sin muebles– presentaban diferencias minúsculas. Por ejemplo, en uno de ellos el pomo de la puerta estaba situado ligeramente más arriba que en los demás, las juntas de los paneles de madera de las paredes no coincidían, las patas de los soportes del televisor no eran iguales o los agujeros de ventilación tenían más o menos rendijas dependiendo del despacho.
También comprobaron que las personas del entorno de Putin y los periodistas que le iban a entrevistar compraban billetes en estas localidades y reservaban hoteles cerca de las residencias. Además, les daban indicaciones expresas de que en los planes de viaje no se hiciera constar el destino real y que no se explicase a nadie. Es decir, se trata de una conjura a gran escala que incluye a cientos de trabajadores para ocultar esta realidad.
Una red secreta de trenes
Según el periodista Konstantin Gaase, a quien cita Sistema, Putin empezó a temer por su seguridad a raíz del asesinato del dictador libio Muamar Gadafi en el 2011, y tras la anexión de Crimea, en el 2014, se convenció de que un ataque con misiles a su residencia era totalmente. Desde entonces las medidas de protección del presidente ruso se han ido extremando cada vez más y recuerdan a las que empleaba Sadam Husein.
Un alto oficial de seguridad que había trabajado con él y que desertó en el 2022 explicó unos meses después de que en la comitiva de Putin hay incluso un catador de alimentos porque tiene un miedo "patológico" de enfermar. Según su relato, el presidente ruso se mueve con una red secreta de trenes, a menudo se organizan caravanas de coches falsos o aviones señuelo para despistar posibles amenazas, no dispone de teléfono móvil y solo se entera de lo que ocurre a través de los informes de los servicios secretos, lo que aún le aísla más.
"El Kremlin utiliza estos trucos para seguridad y comodidad. Ni siquiera sé cuál de los dos motivos es más importante", apunta Soshnikov. Uno de los clásicos casi diarios es la publicación de vídeos enlatados en los que Putin recibe personalidades en su despacho. Para fingir que corresponden al día que se difunden, se pide a los invitados que se vistan igual el día de la emisión, aunque a menudo se delatan con pequeños detalles como los complementos. Esto permite a Putin pasar más tiempo en Valdai, cerca de la familia.
Miedo a los drones ucranianos
El despacho de Sochi desapareció de las grabaciones a principios del 2024. El presidente ruso abandonó temporalmente esa residencia porque está demasiado expuesta a los drones ucranianos. En el último año sólo apareció una vez en Novo-Ogariovo, la única oficina que existe según el Kremlin. Tampoco ahí se siente protegido. En cambio, en los bosques de Valdai se han instalado catorce sistemas de defensa antiaérea (en Moscú, por ejemplo, donde viven veinte millones de personas, hay desplegados sesenta).
Pese a esta obsesión casi caricaturesca, Soshnikov está en contra de las teorías de la conspiración que afirman que Putin tiene dobles. "Estoy seguro de que no lo utiliza, no hay ninguna prueba", dice. Desde su punto de vista, la mitificación del oponente te debilita, ya que es necesario entender sus motivaciones. "Esta búsqueda es una manera de elevar el listón de cómo se puede investigar el Kremlin hoy en día, cuando es quizás menos transparente que nunca", concluye.