Quien ama TV3 según Rosa Romà

El sábado por la noche, el Colapso entrevistó a la presidenta de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, Rosa Romà. Minutos antes, Jordi González expresaba su ilusión de hacerlo porque, por primera vez, se sentaba a una mujer presidenta frente a ella. No es habitual que TV3 entreviste los cargos de su propio ente más allá de razones estrictamente promocionales del medio, porque tiene implicaciones periodísticas que, como mínimo, son poco estéticas. Más aún cuando hay polémicas que afectan al ente que representa y las preguntas no tocan hueso. La finalidad de la entrevista era poco clara: no entendimos si Romano iba para responder a las críticas por los cambios de marca, para promocionar El Maratón o para que se le hiciera un perfil humano. El poti-poti contribuyó a que la entrevista de Jordi González resultara aún más injustificada y servil. Si se hacía por transparencia y potenciar la autoridad de la presidenta, la entrevista tratándola de ti y con la actitud complaciente del presentador sirvió para todo lo contrario. Más bien pareció una limpieza de imagen. ¿Que González empezara con un "Tú, de pequeña, mirabas la tele...?" ya era un indicativo de cómo iría la cosa.

"Esta noche no te escapas sin que nos quede claro todo esto del 3Cat, Cat Info...", le dijo el presentador, como si el lío fuera una dificultad de comprensión de la audiencia. Es una tendencia que se repite cada vez que los directivos se refieren a esta cuestión: lo plantean como un problema de la percepción de los espectadores y no como una mala gestión propia. De hecho, en ese mismo momento el rótulo de la pantalla presentaba a Rosa Romana como "Presidenta de 3Cat" y no de la CCMA. González preguntó con claridad si TV3 y Catalunya Ràdio "corren el riesgo de desaparecer", pero con un tono de exageración que daba por descontada la negativa de la interlocutora. Romano huyó de estudio en los preliminares para acabar argumentando que "existirán mientras haya personas que la amamos, que la vemos y que consigamos que sea un medio líder". Apelar a factores emocionales subjetivos es una falacia para interpretar las críticas como una falta de cariño o enemistad hacia el medio. Por otra parte, priorizar la necesidad del liderazgo antes que subrayar que el servicio público es un factor esencial para el buen funcionamiento de la democracia de un país delata ese "todo por la audiencia" que parecen buscar la parrilla y la plataforma.

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González mostró vacío argumental y condescendencia a la hora de poner en valor TV3, casi como si fuera una academia de catalán, porque la gente que viene de fuera "cada día aprenderán palabras".

Quizás habría que revisar los criterios profesionales sobre las entrevistas a cargos públicos y del mismo ente en el libro de estilo, y acotar que el objetivo sea el de rendir cuentas con la ciudadanía desde el rigor y la exigencia, más que participar del entretenimiento ligero, porque al final son más que responsabilidades que todavía tienen responsabilidades que todavía tienen.