Cumpleaños

¿El 'APM?' es "superfuerte": el programa celebra 20 años de humor en el Victoria

El teatro agota las localidades de la fiesta que conmemoraba dos décadas haciendo reír a los catalanes en TV3

BarcelonaTodo el mundo sabía que la ve en off saludaría con un “Buenas tardes, amigos míos todos”, pero quizá justamente porque lo sabíamos, cuando oímos las palabras mémicas estallamos con una risa idiotamente autorreferencial que saltaría con todos y cada uno de los cortes icónicos. El lugar fue el Teatro Victoria, también conocido como “el teatro que ha comprado el Mago Pop”, y el ambiente era de vodevil adrenalínico como corresponde al Paralelo en horas de previa del Apolo. El¿APM? celebró ayer los veinte años (aunque en septiembre hará treinta que Antoni Bassas y Xavier Bosch parieron la sección de Catalunya Ràdio de la que acabaría saliendo el programa de tele por impulso de Carles Capdevila, tres nombres que tan juntos deberían poner de pie a los lectores de estas páginas). Que no quedaran entradas se podría explicar sólo por la envergadura de las bambalinas de la cosa: detrás de los treinta minutos que dura cada episodio, y ya llevan 788, hay un equipo humano inusualmente numeroso, y ayer estaban todos, y de todas las épocas. Cuando Nerea Sanfe, actual reportera intrépida, bajó a platea a buscar un puñado de víctimas, enseguida apareció una voluntaria: Jaume Creixell cogió el micro y la gente estalló al oír la voz del tribunerismo nacional encarnado. No dijo "si no tengo razón, me la corto y me hago monja" porque todos lo habíamos dicho mentalmente en nuestras cabezas.

Si la gente se ríe tanto es porque se ríe de un humor que le pertenece. Ahora que Twitter ha convertido a todos los humoristas en sospechosos de hacer marca personal con cada chiste y todos los fenómenos virales parecen formulaicamente diseñados para serlo,¿APM? nos recuerda los viejos tiempos en los que la comunicación de masas era prometedora y creíamos en la participación y la espontaneidad. En un país en el que el asociacionismo y el anarquismo tienen una tradición honorable, el éxito de un programa de recortes que podría ser como tantos otros, pero que es mucho más que eso, hace mucho sentido histórico. ¿El sentimiento de coproducción nacional y de adhesión tragicómica hace pensar que todo hacen de la APM? lleva dentro un poco del legendario socio del español Quimet Canyellas, que, si no me equivoco, ha acabado siendo uno de los cortes eliminados de la rueda del programa por petición del implicado o de los familiares. El espectador del¿APM? se siente como un socio compromisario en la asamblea catalana que se conjura cada semana en su televisor, y ve en los reporteros maleducados un avatar ideal para decir todo lo que dice desde el sofá. ¿El público irredente del APM? representa a la catalanor simultáneamente harta y orgullosa de serlo que también queda muy bien resumida en el reportaje que Joel Díaz ha hecho para la ocasión: una visita a la Biblioteca Nacional de Madrid para descubrir los mems que la institución española ha inmortalizado por el su interés social, respondiendo de forma irrefutable a la pregunta que el APM? lleva tantos años haciendo a sus espectadores. Sí, pesados, la televisión es cultura.

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Recuerdo para Carles Capdevila

El momento institucional llegó cuando salió Antoni Bassas, que aparte de padre fundador del programa es productor ejecutivo. Bassas, tan alto y sutilmente socarrón como siempre, no rompió el ambiente de fiesta ni siquiera cuando decidió pedir un aplauso para el difunto Carles Capdevila, que también como siempre aparecía con una media sonrisa irónica en la foto y se llevó una ovación sentida mientras las cámaras enfocaban a Guillem Sans, director del¿APM? durante 18 años (y que ayer descubrimos que es la voz impostada que anuncia el podio de los mejores cortes de la semana). Como hubiera querido Capdevila, no hubo ni un minuto de violines tristes y la fiesta enseguida continuó con un montaje de todos los que han pasado por el equipo del programa a lo largo de los años, hasta la becaria que apenas hace un mes que ha llegado. Había productores, realizadores, reporteros y guionistas, pero toda la magia fue para la figura más representativa del programa: el visionador.

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La gracia es que pasó todo el mundo: desde el actual director, Aniol Florensa, hasta nombres tan grandes como David Verdaguer, que antes de ser uno de los mejores actores de Catalunya fue el reportero con bigote, pero que resulta que antes de ser reportero con bigote se pasaba ocho horas al día mirando la televisión para sacar cortes que hicieran reír. El verbo quitar es lo más preciso, porque los trabajadores del'APM? ocurren, pero los cortes que han sacado de la televisión quedan. De vez en cuando, la gente del público gritaba “No oigo na” o “Eso se roja”, ¿que son cortes que Cataluña ha sacado de la APM?

El paroxismo friki llegó a la apoteosis cuando Mari Àngels, la chica de las alpacas que gracias al programa no necesita presentación, irrumpió en el escenario con su risa entrañablemente psicopática y pidió al público que se pusieran la máscara de alpaca que tenían en la bolsa de regalo. Junto con la aparición estelar de Josmar a media actuación de los Figa Flawas, la fiesta de cumpleaños resumió esta válvula de escape que el país necesita una vez por semana, el humor con el que el televidente catalán se defiende engañifa de los de arriba.