De 'Todas las criaturas grandes y pequeñas' a 'Superstore', seis series que nos hacen felices

Encontrar una serie divertida, entretenida y que, además, nos haga sentir bien puede ser tan difícil como buscar una aguja en un pajar. Por norma general, los catálogos de las plataformas están llenos de dramas de alta intensidad, a menudo los productos más promocionados por los servicios de streaming. El éxito de Ted Lasso o de Starstruck, conseguido sobre todo por el boca-oreja, es una demostración de que el público también aprecia las series ligeras pero bien hechas.

Filmin estrena este martes la segunda temporada de esta serie británica, que es uno de los mejores ejemplos de cómo una ficción se puede convertir en un lugar feliz: prados verdes, gente agradable y buena, y animales. Basada en las novelas autobiográficas del escritor y veterinario James Herriot, la serie sigue las vivencias de un joven veterinario escocés que en esta segunda temporada recibirá una importante oferta de trabajo. Si la acepta tendrá que dejar atrás a Helen, la mujer de la que está enamorado, y también Yorkshire, que ya considera su casa. Todas las criaturas grandes y pequeñas es la quintaesencia del costumbrismo británico de época.

Si el mundo rural británico os pone los pelos de punta y preferís historias más urbanas, es el momento de descubrir The other two, que se estrena este martes en el canal Comedy Central (disponible en operadoras como Movistar+ o Vodafone TV). Surgida de la mente de dos guionistas de Saturday Night Live, Chris Kelly y Sarah Schneider, y, por lo tanto, con bastante más mala leche que Todas las criaturas grandes y pequeñas, se centra en dos hermanos, Cary (Drew Tarver) y Brooke (Heléne Yorke), con carreras artísticas infructuosas. Por si su fracaso no fuera suficiente, tienen que aceptar y digerir el éxito de su hermano pequeño, Chase, que con solo trece años se ha convertido en el cantante de moda. A pesar de que la desastrosa vida de los protagonistas no es precisamente una alegría, los dos se hacen querer desde el primer minuto que aparecen en pantalla. En Estados Unidos ha conseguido la etiqueta de comedia de culto.

Hacer humor de los entornos laborales es una de las tradiciones más extendidas dentro del género de la comedia. The office (Netflix y Amazon), Brooklyn Nine-Nine (Netflix y Movistar+) y Parks and recreation (desde aquí una petición para que alguien la recupere después de su desaparición de Amazon) son tres de los ejemplos más populares de esta tendencia. Superstore también pertenece a esta categoría de series, a pesar de que en su caso le ha costado algo más llegar al gran público. La comedia sigue el día a día desencantado de un grupo de trabajadores de un gran supermercado en St. Louis (Misuri): ninguno de ellos siente especial devoción por su trabajo, pero el contacto diario hace que entre todos se establezca una amistad y un aprecio que los acabará convirtiendo en una familia. Si necesitáis un refugio donde esconderos de series petulantes y cargadas de dramatismo, podéis recurrir a las seis temporadas de esta comedia protagonizada por America Ferrera y Ben Feldman.

En su momento New girl tuvo que soportar la losa de las comparaciones con Friends (es cierto que en la primera temporada hay más de un paralelismo) y con el hecho de que su actriz protagonista, Zooey Deschanel, genera opiniones muy enfrentadas, o la odias o la adoras. Superados estos dos detalles, New girl es la comedia que puede hacerte olvidar un día horroroso en el trabajo o subirte el ánimo cuando no estás de buen humor. Deschanel interpreta a Jess, una maestra de escuela con afición a cantar sus pensamientos y capaz de montar un taller de manualidades en cualquier momento. Después de una traumática ruptura, empezará a compartir piso con tres chicos a los que no conoce de nada pero con los que acabará forjando una amistad para toda la vida. Escrita por Elizabeth Meriwether, New girl es una comedia de humor surrealista y que te hace tener ganas de llamar a tus amigos para decirles que los quieres.

Dejando de lado el eterno debate de si tiene sentido o no hacer remakes cambiando el género de los protagonistas, la adaptación televisiva de Alta fidelidad, la novela de Nick Hornby y posterior película, es una buena comedia romántica que tuvo mala suerte (fue cancelada después de la primera temporada). La actriz Zoë Kravitz, vista en Big little lies, da vida a Rob, la propietaria de una tienda de discos obsesionada con la cultura pop y las listas de éxitos. Toda su existencia gira alrededor de la música, incluso su vida sentimental, que repasa cogiendo como referencia las canciones que compartió con sus parejas.

Si sentís nostalgia de las conversaciones rápidas y llenas de referencias pop de Las chicas Gilmore, echad un vistazo a La vida sexual de las universitarias, la nueva serie de Mindy Kaling, que la ha escrito con Justin Noble. Las protagonistas son cuatro chicas de orígenes muy diversos que acaban de aterrizar en una universidad de Vermont –prácticamente un Hogwarts yanqui– y que comparten habitación en una residencia. Bela, americana de origen indio, sueña con convertirse en cómica y guionista de Saturday Night Live (es imposible no pensar en ella como alter ego de Kaling); Kimberly proviene de la ciudad más blanca y pequeña de Arizona; Leighton es una pija que no ha salido del armario y que tiene un estilo que recuerda poderosamente a la Cher de Fuera de Onda; y Whitney es una estrella del fútbol que tiene que aguantar el peso de ser hija de una senadora que aspira a ser la primera presidenta negra de los Estados Unidos. Amores, desamores y amistades improbables son el caldo de cultivo de esta comedia que os hará pasar un buen rato.