El gran fracaso mediático de Feijóo
El PP ha terminado el congreso y el confeti todavía volea por el aire, pero es el eco triste de una euforia impostada. Los discursos han sido triunfalistas, como toca, pero un repaso a la prensa evidencia el talón de Aquiles de Alberto Núñez Feijóo. Él se esfuerza y se esfuerza por aparecer como un líder fuerte que rescatará a España de las hordas rojas y separatistas, pero la inmensa mayoría de titulares –incluidos los de la prensa más amiga– hablan de Vox. Es primero semiótica: si lo que más te define es la relación con otro, tu marca es débil. Y es cierto que ese mal afecta también al PSOE –que lo mejor que puede decir de sí mismo es que si ellos caen vienen los demás–, pero en el caso de Feijóo este efecto es más doloroso teniendo en cuenta todos los factores que le juegan a favor, incluido el de un panorama mediático que le rema a favor. De acuerdo con sus titulares, sus asesores de comunicación han intentado colocar el mensaje que aspira a gobernar solo. Mal negocio, porque implícitamente admite ya la debilidad y dependencia. A partir de ahí, no cerrar la puerta a Vox hace que el partido de Abascal se cuele en buena parte de la prensa: gracias por la publicidad, deben pensar los de la formación de ultraderecha.
Entre las excepciones, algunas que mueven a la sonrisa. Cómo La Voz de Galicia y su "Feijóo negociará con todos los partidos salvo con Bildu", que sutilmente coloca a Vox como una alianza más de muchas posibles, cuando todo hace pensar que será imprescindible para apuntalar su opción de gobierno. El Mundo, Abc y La Razón también le ahorran el trance, que por algo llevan años jugando a su favor, pero cuando sales de la M30 la inmensa mayoría lo tienen claro y centran en Vox las primeras páginas. Como decía el gran filósofo Josep Lluís Núñez, al socio no se le puede engañar. Y Abascal ya se frota las manos.