El gran misterio de la foto de la niña del napalm

Hay una imagen que, sin duda, ha moldeado nuestra percepción de la guerra y, a pesar del paso del tiempo, se mantiene instalada en la memoria visual contemporánea. Es la fotografía de la niña corriendo desnuda con la piel quemada por el napalm a raíz de unos bombardeos sobre Trang Bang, a cincuenta kilómetros de Saigón, en junio de 1972. Al año siguiente, el fotógrafo Nick Út recibió el premio Pulitzer y el World Press Photo por esa instantánea que tuvo un impacto profundo en la sociedad. Concienció sobre la crueldad de la guerra en la población civil, espoleó el movimiento antibélico y hay grabadas conversaciones telefónicas de Nixon desde el Despacho Oval preocupado por el potencial político de la foto y el coste que podía suponer para la narrativa oficial sobre Vietnam. Durante cincuenta años, Nick Út ha recibido el reconocimiento público y ha explicado los detalles de cómo capturó la imagen y llevó a la niña al hospital.

Pero la historia de esta fotografía ha tenido un giro inesperado: es posible que la foto no la hiciera él sino otro compañero que estaba también en esa carretera de Trang Bang. Se explica y se demuestra en un magnífico documental que encontraréis en Netflix. Fotógrafo de guerra: el hombre que captó la imagen es el título traducido al español, que es más explicativo. El original, The stringer, hace referencia al nombre que recibían muchos fotógrafos freelance locales que como colaboradores externos aportaban su trabajo a cambio de varios dólares. La agencia Associated Press (AP) atribuyó a Nick Út la autoría porque era su fotógrafo en plantilla. Pero uno de los editores de fotografía de AP que trabajaba ese día en la delegación de Saigón recuerda cómo se borró de la historia el nombre de quien apretó de verdad el obturador de la cámara en ese preciso instante. Medio siglo después, los remordimientos no lo dejan vivir y contacta con el fotógrafo Gary Knight para que lo investigue y busque al autor verdadero. El documental, de hora y media, les gustará a los aficionados a la fotografía, a los interesados por los conflictos bélicos, a los fans de las buenas historias y a los devotos de las grandes investigaciones periodísticas. La producción, además, permite descubrir detalles de la guerra de Vietnam desde una perspectiva diferente. The stringer lo tiene todo. Incluso unos giros espléndidos en la trama. El documental gestiona muy bien la información, no solo para atrapar al espectador sino para explicar con rigor cada detalle. Las conclusiones de los técnicos forenses franceses que analizan las imágenes con la tecnología actual te dejan asombrado. El proceso de búsqueda del misterioso fotógrafo es apasionante y los protagonistas se posicionan con valentía a pesar de las presiones y consecuencias que puede tener cuestionar la autoría de una foto tan famosa y de una agencia tan prestigiosa. No os lo perdáis, porque es uno de esos documentales que tiene el valor de reescribir la historia con un final comprometido, contundente y fiable que acaba teniendo consecuencias.