Los medios y el campesino que plantaba perejil

Cloudfare es una empresa que hospeda webs y les presta servicios de control de su tráfico. Su consejero delegado ha anunciado que han desarrollado una aplicación capaz de bloquear los botes de inteligencia artificial que rastrean la red. Si uno de sus clientes lo desea, sus contenidos originales no servirán para entrenar a Grok, ChatGPT, Claude, Gemini y familia. La pregunta, claro, es si los medios se atreverán a dar ese paso.

Los humoristas Faemino y Cansado tenían un segmento en el que ironizaban sobre los campesinos que cultivan perejil. No entendían que, teniendo un campo fértil, te dedicaras a plantar una hierba que te la regalan en la pescadería. Una parte sustancial del sector de los medios se ha convertido en este campesino del chiste: crean artículos con el único fin de que las redes sociales y los buscadores los destaquen por poder monetizar entonces a unos pocos euros cada millar de apariciones en pantalla. Es un ingreso, sí, pero que devalúa absolutamente el producto, que debería ser la información de calidad (y no el clic). Con la IA es aún más sangrienta esta relación, porque en la inmensa mayoría de casos no hay trazabilidad y el chat de turno te devuelve una respuesta sin dirigirte al medio en cuestión, o al menos citarlo. Ahora bien, por muy bien intencionado que sea el consejero delegado de Cloudfare, me cuesta augurar un futuro prometedor en su artilugio en el mundo de los medios. Las tecnológicas tienen el sector acampado –les conviene, ya que han conseguido que les regalen su materia prima– y ya han empezado a realizar tímidos acuerdos compensatorios con algunos nombres fuertes del sector. O, lo que es lo mismo, han aplicado la máxima de "divide y vencerás" sabiendo que el hambre de un mendrugo particular impedirá la consecución del pan entero para todos.