Periodismo

Muere Lluís Permanyer, cronista entrañable de la Barcelona que se desvanece

El periodista ha sufrido un infarto a los 86 años

BarcelonaQuería ser diplomático para huir de la Barcelona oprimida por el franquismo y acabó convirtiéndose en su más ilustre cronista. Lluís Permanyer ha fallecido este miércoles, víctima de un infarto, a los 86 años. Autor de más de ochenta libros sobre la capital catalana, deja un inmenso legado de investigación y divulgación, aparte del recuerdo amable de su característica figura –siempre elegante– paseando con mirada atenta por plazas y calles. Sus frondosos bigotes, que empezó a peinar mirando hacia arriba tras la muerte del dictador, formaban parte del paisaje humano barcelonés.

Después de foguearse en Destino, donde popularizó el Cuestionario Proust en sus entrevistas, ingresó en la redacción de La Vanguardia en 1966. Lo hizo, sin embargo, no en la sección de local, sino de internacional. "Me quedé 22 años. Era la mejor sección, porque no había censura", explicaba hace unos años, en entrevista en el ARA. "Podías escribir unos artículos violentísimos sobre los americanos y Vietnam y no pasaba nada. En cambio, aquí hacías la crítica de una calle y enseguida llamaba al Ayuntamiento. También podías viajar, comprar libros prohibidos, entrevistarte con gente de las democracias... Era una forma de respirar".

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Con el fin del franquismo, llega a la convicción de que puede ser más útil –el oficio como servicio– haciendo crónica de Barcelona que hablando de los conflictos remotos. Se convierte en un lector voraz de libros sobre la ciudad, varios cientos, que vacía febrilmente en fichas para poder hablar no sólo desde las convicciones personales sino desde el conocimiento y el dato. Sin embargo, su estilo nunca fue devorado por la erudición: a lo largo de miles de crónicas buscó siempre la parte didáctica, el valor de la anécdota que explica la categoría y aquel chorrito irónico que le permitía ir soltándolas.

Entre sus libros, destacan la monografía El paseo de Gràcia. 200 años de un espacio burgués, El Eixample desaparecido, Barcelona nocturna, Vidas privadas de la Barcelona burguesa y volúmenes dedicados a artistas como Miró: historia de una pasión, Recuerdos de Brossa por Brossa o Dalí hablado. Uno de los volúmenes más célebres, y más dolorosamente divertido, fue La Barcelona fea, que recogía algunos de los edificios de la ciudad que más ofendían la vista. Le constaba que fue motor de más de una reforma e incluso algunos le consultaron de qué color debían pintar la nueva fachada. Su dedicación a Barcelona quedó plasmada también en una serie de ocho documentales en TV3, aparte de otras producciones audiovisuales.

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Permanyer recibió también numerosos premios, como el Nacional de Periodismo de Cataluña (2008), el Nacional de Periodismo Cultural del ministerio (2022), el Luca de Tena (1969) o el Ciudad de Barcelona de periodismo (1987). No habrá velatorio ni funeral, ya que la vocación de servicio la ha mantenido incluso una vez se le ha ido la vida: Permanyer ha dado el cuerpo a la ciencia.