Tecnología

Nuevo iOS: a los iPhones se les pone cara de Android

Los usuarios ya pueden empezar a utilizar la versión 17.4, que llega con cambios importantes para los clientes europeos

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El nuevo iPhone15

BarcelonaApple ha empezado a distribuir este miércoles la versión 17.4 de sus sistemas operativos iOS para iPhones e iPadOS para iPads. En el resto del mundo las grandes novedades de esta actualización son que incluye un nuevo emoji del champiñón y que la aplicación de podcasts ahora puede transcribir el contenido de los programas. En cambio, en Europa incluye cuatro cambios de gran importancia que afectarán sustancialmente a la experiencia de los clientes de la marca. En cumplimiento de la directiva europea de mercados digitales (DMA), a partir de ahora se podrán descargar aplicaciones desde tiendas de terceros, poniendo fin al actual monopolio de la App Store. Por otra parte, las compras de aplicaciones y de contenido relacionado se podrán pagar mediante plataformas de pago distintas a la de Apple, que probablemente ofrecerán condiciones más favorables a los desarrolladores. Además, cualquier título podrá acceder a la antena NFC de los iPhones, hasta ahora reservada a los aplios de Apple. Así, por ejemplo, se podrá virtualizar por completo la tarjeta de transporte T-Mobilitat y utilizar el teléfono para viajar, o utilizar aplis de pago diferentes de Apple Pay. Por último, iOS 17.4 propone al usuario una larga lista de navegadores web alternativos en el Safari incorporado. De hecho, ya se podían instalar, pero todos debían utilizar el motor interno de Safari, mientras que a partir de ahora podrán usar otros, como Chromium.

Está por ver qué recorrido práctico tendrá todo: Apple pretende cobrar igualmente a los desarrolladores por esquivar su plataforma de pago; no está teniendo nada de vergüenza a la hora de meter el miedo en el cuerpo de los usuarios que se atrevan a optar por las alternativas, y las aplicaciones web con iconos de acceso directo que muchos usuarios preferimos siguen abriéndose con Safari. Pero la tranquilidad supervisada de la que disfrutaban hasta ahora los clientes europeos de Apple empieza a resquebrajarse.

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