¿Qué significa “un hombre normal”?
Una de las series más contundentes y reveladoras de esta temporada es El caso del Sambre, en Movistar+. Relata el caso real de un hombre que se mantuvo impune durante más de treinta años agrediendo sexualmente a unos sesenta mujeres de las localidades de la orilla del río Sambre, en Francia. La serie alerta de que más que reproducir los hechos con exactitud, quiere rendir homenaje a sus víctimas. Y lo hace transgrediendo la narrativa habitual de las ficciones sobre violadores en serie. Nunca vemos ninguna agresión y es a través de las denuncias de las mujeres que entendemos su forma de actuar. Cada uno de los seis episodios muestra una etapa distinta de la historia y algunos de sus protagonistas: la primera mujer que denunció la violación en 1988, la juez que abordó el caso en 1996 vinculando todas las agresiones, la alcaldesa que lo denuncia públicamente el 2003, la científica a la que recurren para la investigación en 2007, el comandante de la policía que, en 2012, asume la investigación y, finalmente, el violador y la última de sus víctimas en 2018.
El arranque de la serie puede resultar algo pesado porque nos sitúa en un contexto de gran dureza. El escenario de una violación y una comisaría francesa en la que ni siquiera saben identificar una agresión sexual. Pero a partir del segundo capítulo, queda atrapado. El foco narrativo no está puesto en la parte más violenta y sórdida sino al mostrar cómo, desde 1988, los protocolos policiales y el sistema judicial van fallando y el violador se mantiene impune. Juega a desesperarnos, aprovechando los conocimientos que tenemos actualmente sobre la violencia machista y contraponiéndolos a cómo se normalizaba en el pasado la violencia contra las mujeres, se las culpabilizaba y avergonzaba, cómo se archivaban las denuncias, la falta de esfuerzo por investigar y las negligencias en los procedimientos. El caso avanza a trompicones gracias a la mirada de las mujeres que entendían la gravedad y singularidad de la historia. Eran las únicas que luchaban contra unas estructuras de poder que funcionan por inercia y criterios machistas. El caso del Sambre retrata la impotencia femenina a distintos niveles y la importancia de su rol en todas las estructuras. Las fotografías policiales de las víctimas simbolizan el estatismo, la crueldad y la inoperancia del sistema. La serie tiene una estructura circular: la diferencia entre cómo la policía toma declaración a la primera víctima ya la última. Pero denuncia también la lentitud del sistema, los años que han tenido que pasar para que los protocolos evolucionen y funcionen como es debido. El caso del Sambre dibuja el proceso sobre la percepción que se ha ido teniendo del perfil de los violadores, negando la posibilidad de que se pueda tratar de un hombre “normal”, integrado socialmente, amparándose en fantasías de sátiros solitarios.
Pero lo más valioso y potente de la serie es que, más allá de basarse en el caso real del Sambre, cuenta las historias y las negligencias que han pasado en todas partes.