Autozancadillas feministas
El feminismo que conquista espacios es aquel que suma ideas, individuos y opiniones, no el que ataca
El feminismo actual vive un momento complejo. Las facciones más radicales acaparan titulares y la agresividad a la hora de establecer debates va in crescendo. Las redes sociales no ayudan. Twitter se ha convertido en una lucha de zascas con campañas de acoso orquestadas por la masa.
Yo estoy harta, pero lo diré una vez más: este es un movimiento plural, compuesto por muchas facciones diferentes. La única manera de avanzar es entendiendo el discurso de los otros, abriendo debates constructivos y entendiendo que, aunque hemos elegido caminos diferentes, todos queremos lo mismo. Acabar con el patriarcado.
Por eso cuando una conocida escritora española afirma que llamarme feminista es un insulto para el feminismo, a mí me duele. No por la afrenta, no por el insulto, sino porque una compañera de lucha me ha puesto una zancadilla pública que solo mina la sonoridad del colectivo. Y cuando me convertís en trending topic en Twitter con una cantidad de mensajes de acoso absolutamente inconcebible, a mí se me cae una lagrimita. No por el rechazo, no por la ofensa, sino porque estas no son las formas adecuadas de construir un movimiento ganador.
Podemos y debemos tener opiniones enfrentadas. Es esa pluralidad la que permite los debates ideológicos que enriquecen al colectivo y a cada uno de los individuos que lo forman. Pero también seamos responsables y consecuentes con la manera en la que hacemos públicos nuestros pareceres.
El feminismo que conquista espacios es aquel que suma ideas, individuos y opiniones, no el que ataca. No el que agrede.
Mientras seguimos enfrentándonos por matices ideológicos, recordemos una vez más que la lucha contra el patriarcado está ahí fuera. No entre nosotras.