Jaume Valls: "El valor añadido de un máster va asociado a las habilidades que proporciona esta formación especializada"

Hace unas semanas el informe “Indicadores de formación y docencia de las universidades públicas catalanas”, a cargo de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (Acup), ponía de manifiesto cómo el número de personas matriculadas en estudios de máster en las universidades públicas catalanas ha aumentado un 22% en los últimos cinco cursos. Hablamos con el director de AQU Catalunya, Jaume Valls, de las fortalezas que este tipo de formación tiene en el contexto actual.

¿Qué factores hacen que la formación de máster siga revalidando su reputación año tras año?

Con el paso de los años, las personas que buscan mejorar su inserción laboral han ido viendo cada vez más que los másteres universitarios –es decir, los que tienen reconocimiento oficial de las universidades del sistema universitario de Cataluña– eran una buena opción de especialización . Los datos de nuestra encuesta de inserción laboral evidencian una evolución muy positiva tanto del crecimiento del porcentaje de personas que habiendo cursado un máster encuentran trabajo como del de los que acaban trabajando en un trabajo relacionado con la formación realizada.

El 56% de los estudiantes de máster en el sistema universitario público catalán son mujeres. ¿Existe algún motivo que responda a esta feminización?

No creo que haya una respuesta fácil a esa pregunta. La presencia de las mujeres en cuanto al peso dentro del alumnado universitario se ha normalizado hace años y los másters no son una excepción.

Muchas de las nuevas titulaciones responden a los nuevos retos que plantea el entorno VUCA en el que nos encontramos cada vez más digitalizado, globalizado y automatizado. ¿Qué retos comporta este contexto para las universidades?

Los másteres, por su duración y por el hecho de que no acuden a la preinscripción universitaria como los grados, se pueden planificar con mayor rapidez y también se pueden actualizar con mayor facilidad dada la duración a la que me refería. Si comparáramos la oferta de másteres universitarios de hace diez años con la de ahora constataríamos esta adaptación al entorno VUCA de las formaciones disponibles. Desde mi punto de vista, las universidades han sabido dar respuesta a cambios a menudo gracias a propuestas de másteres de carácter interuniversitario. Esta opción supone el 20% de másteres oficiales y permite sumar complementariedades y experiencias entre universidades y ofrecer programas muy atractivos para los estudiantes. En estos casos, los partenariados son múltiples: entre universidades de Cataluña, con universidades del resto de España o de otros países de todo el mundo.

¿Qué valor añadido representa cursar un master en términos de empleo? ¿De qué habilidades dota a los alumnos para desarrollarse mejor en el actual mercado laboral?

Al inicio de la entrevista, cuando me preguntaba por los factores que hacen subir la reputación, yo he mencionado que el de la inserción laboral es uno de ellos. El tema de las habilidades más destacadas que aportan los másteres no es generalizable, dada la diversidad de másteres existentes: más de 600. Yo creo que el valor añadido va asociado a las habilidades que proporciona esta formación especializada y que, en sentido amplio, las datos evidencian que son valorados de forma positiva por el mercado de trabajo.

El pasado mes de septiembre, AQU Catalunya publicó un nuevo estudio de inserción laboral, en el que, aunque el 71% de los titulados de máster encuestados volverían a repetir la titulación que eligieron, existe un importante déficit formativo en cuanto a las competencias comunicativas que solicita este mercado laboral. También en cuanto a otras habilidades como la planificación y organización, la resolución de problemas y las competencias digitales. Como es necesario que las universidades de nuestro país se reflejen más en este mercado para reducir elgap¿entre formación universitaria y competencias que requiere este mercado laboral?

La encuesta de inserción laboral es un proyecto conjunto entre AQU y las Universidades del sistema universitario de Cataluña. Y dentro de las universidades, con un apoyo importante de los consejos sociales para que pueda llevarse a cabo. Los datos que se obtienen son analizados posteriormente para poder tomar decisiones que sirvan para ir avanzando en la reducción delgapque mencionaba. Estos ajustes son lentos, pero los avances son positivos.

En este sentido, las formaciones microcredenciales que las universidades de nuestro país incorporan cada vez más a su oferta pueden acortar distancias. ¿Qué las hace especialmente atractivas? ¿Para qué perfiles serían más adecuados?

Los grados, másteres y doctorados tienen una función bien definida. La formación permanente en sentido amplio complementa y debe hacer posible una actualización permanente, como su nombre indica, en temas que, además, se caracterizan por tener un carácter marcadamente profesionalizador.

Quisiera hacer una aclaración: los programas de corta duración (PCD) oshort learning programmes(SLP) se identifican simplificadamente con el términomicrocredencial. Pero estrictamente la microcredencial es la prueba de los resultados de aprendizaje que un alumno o alumna ha logrado después de cursar un programa de corta duración. Se trata de programas que deben responder a necesidades específicas de la sociedad y que pueden formar parte de mayores titulaciones. Se pueden llevar a cabo por cualquier tipo de perfil y aportarán valor añadido al currículo de las personas trabajadoras de cara a mejorar su inserción laboral. Esto les hace atractivos, pero también el hecho de que deben estar comprendidos en un marco que asegure de su calidad, lo que facilita el reconocimiento del programa, también a nivel internacional.