FELIZMENTE, MUJERES

"Los derechos culturales son derechos fundamentales aún por conquistar"

Rut Martínez, periodista y programadora cultural

NOEMÍ VILASECA
y NOEMÍ VILASECA

PeriodistaDesde el pequeño núcleo segarrenco del Llor, enturonado en medio del ascético granero de Cataluña, se cocina cada año un festival que es Premio Nacional de Cultura, se ha diseñado el ambicioso programa del Milenario de Sant Pere de Ponts, es trabaja para otros proyectos culturales a nivel nacional y se han editado más de cincuenta discos en diez años. El nombre propio detrás de este horno en constante combustión es el de la periodista y gestora cultural Rut Martínez i Ribot.

Nacida en Calella en 1977, tiene formación musical, estudió historia y periodismo y se siente, por encima de todo, comunicadora. Como periodista tiene sus orígenes en medios locales como Radio Calella, Radio Marina o El Punt. Su trayectoria le ha llevado a trabajar para la Fundación Centro Internacional de Música Antigua (CIMA), las prestigiosas hermanas Labèque, la Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc), el Taller de Músicos, la Sinfónica de Galicia, el departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña... Actualmente se dedica principalmente al Dansàneu, Festival de Culturas del Pirineo, que dirige desde 2015, ya la empresa discográfica, de management y comunicación artística integral Seed Music.

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En 2017 Rut Martínez decidió establecerse con su pareja en la Segarra aprovechando la oportunidad que les brindaba una casa de veraneo familiar. "La intendencia del día a día aquí es más amable", dice, y valora especialmente el espacio para trabajar y vivir y la prerrogativa de poder "esparcir la niebla caminando entre campos a los treinta segundos de salir de la oficina". El precio que paga son las horas y los kilómetros de coche arriba y abajo a lo largo de la semana pero no se arrepiente. Ha seleccionado con bisturí los proyectos que le interesan y se vierte en cuerpo y alma. "Y si eso significa tener que levantarme a las cinco de la mañana cuatro veces por semana para ser puntual en Barcelona, ​​lo hago".

Se ha dedicado muchos años a proyectos "con purpurina", como dice ella, pero ahora está convencida de que el futuro reside en "el micro, aquellas iniciativas abarcables de las que puedes captar el impacto directo". Es el caso del Dansàneu, el festival que cada verano desde hace treinta y tres ediciones sitúa en el mapa la subcomarca de los Valles de Àneu (Pallars Sobirà) a partir de la tríada que conforman la música, la danza y el patrimonio y el diálogo entre las raíces de la tradición y el horizonte de la contemporaneidad. Para su directora, tiene sentido lo que hace cuando los vecinos crean un grupo de WhatsApp para salir a ayudar como hormigas cuando se acerca la fecha, y cuando las madrinas de Gavàs se acercan a Cerbi y las de Cerbi a Gavàs, y dejan la iglesia pulida y acomodada para la actuación que debe acoger. “Los derechos culturales son universales y fundamentales, y sólo los consolidaremos ejerciéndolos. Son derechos que aún están por conquistar”, sentencia Rut Martínez, que recuerda que este lugar del país es huérfano de equipamientos escénicos y, por tanto, de una programación estable. El Dansàneu, en cambio, hace posible que también allí arriba se pueda disfrutar de Maria Hein, Maria del Mar Bonet o Las bacantes de Eurípides. Es un grito de reivindicación geográfica. “El concepto de territorio como país significa su gente, y son jóvenes y mayores que reclaman ese derecho”, señala con vehemencia.

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Lo que enriquece la vida

También espera haber inoculado el mismo virus en Ponts (la Noguera) con la programación a raíz del milenario de la colegiata de Sant Pere –ya a finales–. A lo largo del año se han dado conciertos de un nivel que poco habrían imaginado los vecinos de la localidad. Dentro de su emblemático monumento ha reavivado el orgullo puentesicano con la música del maestro Jordi Savall, Alba Ventura o Roger Mas y la Cobla Sant Jordi, por citar algunos. El público tiene a los artistas en casa, con espectáculos a precios populares y, al acabar, puede conversar con ellos. "Son las cosas que enriquecen la vida", dice.

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Paralelamente, desde Seed Music, Rut Martínez ofrece un acompañamiento 360 a jóvenes intérpretes de clásica, jazz y world music. Llevan su sello, por ejemplo, las celebradas Lucia Fumero, instrumentista inaugural del último Mercado de Música Viva de Vic, y la prometedora pianista Emma Stratton, que el mes pasado abrió el ciclo Palau Piano en el Palau de la Música. ¡Toda una proeza, sobrevivir como discográfica independiente con dos autónomas que publican cuatro trabajos al año! De ahí que su alma mater tenga que realizar un replanteamiento de futuro. Pero esta mujer incansable se queda con el trabajo realizado durante una década de trabajo intenso. "Debemos asumir que estamos de paso en todo, con los trabajos también, aunque lleven una parte de nosotros".