Másters y posgrados

Formación especializada que incrementa los índices de empleo

La de máster es una formación que año tras año revalida su misión de ofrecer una formación más especializada al alumnado que lo cursa, que además puede elegir entre una oferta de más de 600 titulaciones sin salir de casa. En los procesos de selección, contar o no con un máster puede decantar la balanza, pero... ¿qué otros pluses comporta estudiar uno? ¿Qué motivaciones llevan a cursarlo?

Redacció
y Redacció

En el curso 2021-2022 (cuyo último el Instituto de Estadística de Cataluña recoge los datos), en las universidades catalanas había 51.568 alumnos matriculados en un máster. Quince años antes, apenas rozaban los 4.400 –en concreto, había 4.393–. Sin embargo, no hace falta irnos tan lejos para darnos cuenta de la proyección que la formación de máster ha alcanzado en los últimos años. De hecho, si nos detenemos en una fecha más cercana, por ejemplo el curso 2016-2017, la cifra (39.985) es todavía notablemente inferior a la de este año. Tal y como recogía un reciente informe de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (Acup), en estos cinco años, el número de personas matriculadas de máster en nuestro país había aumentado un 22%. Para María Valdés, vicerrectora de Estudios y de Innovación Docente de la UAB, uno de los indicadores que más llama la atención del informe es el incremento de la matrícula de máster (22%) respecto a la de grado ( 9%), lo que invierte la tendencia que se había visto en los anteriores informes. Para Valdés, una parte de este incremento "se explica por el aumento de la misma oferta formativa: en este período las universidades públicas catalanas han programado 13 grados nuevos y casi el triple (38) de másteres nuevos". Lo que muestran estas cifras a su juicio es que los másteres “se han consolidado como parte del recorrido de los estudiantes en su fase de formación reglada”.

Nuevos artefactos académicos

Valdés recuerda cómo, con la adaptación de los estudios universitarios al Espacio Europeo de Educación Superior (el conocido como plan Bolonia), los másteres “aparecieron como nuevos artefactos académicos y durante unos años las universidades sufrimos porque la matrícula en nuestra oferta de masters, con algunas excepciones como la de los habilitantes, era baja”. En estos momentos, celebra, “los estudiantes ya han asumido que los grados les ofrecen una formación más generalista y el máster una más especializada que mejora sus oportunidades de empleabilidad”. En el caso de Catalunya, matiza, "también ha contribuido a que los precios por crédito de los másteres, que eran mucho más altos en la etapa de la crisis, se han ido equiparando a los de los precios por crédito de los grados".

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Asimismo, la especialización que aporta un máster “puede ser diferenciadora en un proceso de selección de recursos humanos y de captación de talento por parte de las empresas”, apunta Valdés. Y es que las transformaciones que se están produciendo en el mercado laboral abocan a las universidades “a un diseño más personalizado del itinerario formativo”. Por eso, insiste, "productos como los másteres y, más recientemente, las microcredenciales, son especialmente atractivos para las empresas y los empleadores en general", por lo que, según el último estudio de AQU Catalunya, la tasa de paro entre los titulados de máster actualmente es del 4,2%, lo que marca un mínimo histórico. Otro factor que convence a los reclutadores a la hora de contratar a un titulado de máster es la cantidad de competencias clave que estos estudios ayudan a consolidar, más si cabe en el contexto actual, tan volátil. Entre estas competencias, la vicerrectora de Estudios y de Innovación Docente de la UAB destacasoft skillscomo "la capacidad de aprendizaje y el aprendizaje autónomo, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la expresión oral".

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Perfiles y motivaciones diversos

"Para los estudiantes que buscan especializarse o ampliar el bagaje en un determinado contexto profesional, el valor añadido de un máster es, sin duda, el de la adquisición y consolidación de las competencias profesionales específicas de ese contexto." Así se pronuncia Santiago Albert, director de la Escuela de Postgrado de Elisava. En este sentido, a su juicio, un programa de máster debe responder claramente a la pregunta “¿qué oportunidades profesionales tendré, una vez terminado el máster, por haberlo cursado?”. Aún así, apunta, "cada vez más, encontramos estudiantes que se cuestionan la profesión, que desean entender y redefinir su rol como profesionales y su encaje en un entorno en constante cambio". Para todos ellos, señala Albert, "el valor añadido de un máster es sustancialmente diferente" y debe responder a preguntas del tipo "me permite este programa explorar nuevas perspectivas, tensar los límites, las fronteras profesionales y hacerme reflexionar sobre mi rol como agente del cambio?”. Todas estas reflexiones conducen irremediablemente "a diferentes enfoques de los propios programas de máster", explica, con lo que "difícilmente encontraremos un programa que responda claramente a ambas preguntas". Lo que sí puede ocurrir, como es el caso de Elisava, es contar con una oferta que prevea programas de acuerdo con los dos enfoques “en los que trabajamos unas categorías internas que llamamos Pro, para programas de carácter profesionalizador, y Beyond, para programas de carácter exploratorio y reflexivo”, afirma Albert.

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A su vez, Eduard Prats, coordinador de Desarrollo de Políticas Corporativas y director de la Escuela de Postgrado de la UVic, el actual entorno VUCA (volátil, incierto, cambiante y ambiguo, según las siglas inglesas) ha generado “ una motivación adicional” para cursar estudios de master. Y añade “De hecho, algunos expertos van un paso más allá y hablan de entorno TUNA (turbulento, incierto, novato y ambiguo), que genera la predisposición necesaria para adquirir habilidades y conocimientos especializados de cara a afrontar los desafíos cotidianos del mundo laboral”. Aún así, si bien el contexto ayuda a tomar la decisión de formarse, existen otros factores que influyen en esta decisión “y que están estrechamente relacionados con la situación personal y profesional de cada uno”, matiza Prats, para quien "es evidente que hay una tendencia creciente a buscar la actualización a lo largo de toda la vida laboral". Y es que, concluye, “vivimos en una sociedad con profesionales hiperpreparados, que tienen una o más de una carrera universitaria y, por tanto, la diferenciación no está sólo en las habilidades, sino también en la actualización que tanto brindan las formaciones de posgrado como los programas de corta duración (microlearning) que ofrecemos desde las universidades”.

Transformar conocimiento en impacto: así trabaja la IEF - Barcelona Finance School

Durante los últimos 30 años, la Barcelona Finance School ha abierto las puertas del mundo financiero a más de 120.000 alumnos. Es la escuela del Instituto de Estudios Financieros (IEF) y se ha convertido en una de las entidades de referencia en la formación de talento para el sector financiero. Detrás existen instituciones económicas financieras nacionales e internacionales de primer nivel, como el Banco Sabadell, el Santander, Caja de Ingenieros, CaixaBank, el Instituto Catalán de Finanzas o el departamento de Economía y Hacienda de la Generalitat de Catalunya.

Con un equipo de 200 docentes ofrece un catálogo con más de 40 programas formativos. "Elaboramos y transferimos los conocimientos sobre finanzas y los aplicamos, de forma efectiva y significativa, para lograr resultados tangibles, positivos y beneficiosos", explica la IEF-BFS. Entre los cursos con mayor demanda se encuentran el Bachelor - Grado europeo en Finanzas BBA-Finance, el Máster Online en IA en Finanzas o el curso de controller 4.0, un nuevo perfil profesional imprescindible en el mundo financiero.


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Formación cada vez más feminizada

El reciente informe “Indicadores de formación y docencia de las universidades públicas catalanas” del Acup también hacía énfasis en que el 56% de los estudiantes de máster en el sistema universitario público catalán son mujeres. María Valdés, vicerrectora de Estudios y de Innovación Docente de la UAB, puntualiza que esta feminización no se produce sólo en el caso de los másteres, sino que "el porcentaje de mujeres que cursan grados también es superior que el de los hombres". Y apunta cómo, en el mismo informe, se puede apreciar cómo en el curso 2021-2022, a las universidades públicas presenciales accedieron un 57,2% de mujeres frente al 42,8% de hombres, y en la UOC, única universidad online de nuestro sistema, a la que acceden estudiantes de más edad, entre los 21 y los 44 años, se mantenía esta distribución: 53,1% de mujeres vs. 46,9% de hombres. Para Valdés, se trata de una tendencia que se ha mantenido estable desde hace más de una década: “Hay más mujeres que hombres en la mayoría de estudios universitarios, de cualquier tipo (grado, máster y doctorado) y de cualquier rama de conocimiento, con la única excepción de la rama de la ingeniería y la arquitectura”. Y no sólo eso, “sino que el abandono de los estudios es mayor entre los hombres que entre las mujeres, incluso en esta rama cursada mayoritariamente por hombres”.

Los másteres habilitantes

Dentro de los másteres universitarios oficiales existen los llamados 'másteres habilitantes', que habilitan para el ejercicio de una profesión regulada, como la de abogado, arquitecto, capitán de la marina mercante, ingeniero aeronáutico o agrónomo, profesor de ESO , bachillerato o escuela de idiomas o psicólogo general sanitario, entre otros. Al ser obligatorios para ejercer, su coste (18,46€ por crédito) es ligeramente inferior al resto (27,67€ por crédito si el alumno se matricula por primera vez en una universidad pública). Aquí tiene un listado de las profesiones reguladas que requieren uno de estos másteres habilitantes y qué titulación se necesita para ejercer cada una de ellas.

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