Laia Sanz: "Laia Sanz niña no se creería todo lo que he conseguido"
Piloto del Dakar
BarcelonaPoca gente puede decirlo: 14 participaciones en el Dakar y 14 ediciones terminadas. Así es Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985). Una mujer siempre competitiva. Convertida ya en uno de los nombres más importantes del motor catalán, Sanz vuelve a las arenas saudíes este enero en la cuarta edición del Dakar en la que participa con un coche. Las primeras 11 se fue con una moto y después saltó al coche, donde el año pasado ya estuvo entre los 15 primeros de la general. Pese a sus metas (fue 11 veces la mejor mujer en motos), Laia Sanz sigue sin poder encontrar un coche en un equipo oficial, por lo que debe trabajar fuerte para poder ir al Dakar. Nada la detiene, sin embargo. Nunca le ha detenido nada.
¿Cuál es el secreto para poder acabar el Dakar siempre?
— Un poco de suerte [sonríe]. Esta prueba es muy dura y la suerte desempeña un papel importante. Supongo que la clave es hacer cómo toca todo lo que dependa de ti. Hacer el trabajo físico y mental, ser frío cuando toca... He visto a compañeros sufriendo accidentes y caídas. Así que no le pierdo el respeto al Dakar. Me preocupa dosificar los neumáticos, evitar los pinchazos... Espero no romper la estadística, ya que he terminado y normalmente con buenos resultados, quedando entre los 20 primeros. Cuando dejamos de competir con las motos para pasar a competir con coches fue duro, pero el año pasado creo que ya dimos un paso adelante [fue decimoquinta al general].
Ahora ya tienes experiencia, más que la mayor parte de los participantes, con estas 14 ediciones...
— Yo me siento joven, todavía. Supongo que el hecho de haber participado por primera vez con 24 años ayuda. Llevo media vida, yendo. Dakar es parte de mi vida. Ahora miro hacia el pasado y da un poco de vértigo. Pero como por medio he cambiado las motos por los coches, también tengo la sensación de haber empezado de nuevo.
Cuando no eras ni mayor de edad, ya le dijiste al mítico Jordi Arcarons que querías ir al Dakar. Entonces los hombres te miraban con cara de no entender nada, costaba imaginar a una mujer terminando en motos. Años después Jordi te ayudó para debutar. Cuando miras al pasado, ¿qué sientes?
— Dakar es parte de mi vida. Ahora miro hacia el pasado y me siento orgullosa. Si Laia Sanz niña viera que he terminado 14 veces, que he terminado novena en motos, no lo creería. A veces es necesario mirar hacia tu pasado para animarte. La primera vez que fui fue a América del Sur, era diferente. También veo que cada vez tenemos más mujeres, no sólo pilotos. También ingenieras, en la organización... Es algo que se agradece, ha cambiado el ambiente en el vivac, tenemos muy buen rollo entre nosotros y gusta ver cada vez a más mujeres competitivas en el Dakar. También creo en el nivel de los pilotos, las marcas cada vez apuestan más. Cuando era niña yo soñaba con acabar en el lago Rosa de Dakar, habría sido bonito conocer el Dakar africano. Dakar siempre ha estado en mi cabeza.
¿Cansa ser siempre una pionera? ¿Tener que abrir siempre camino, sin las ayudas que ahora reciben otras mujeres más jóvenes?
— Desgasta, sí. A veces cansa. Fácil no lo ha sido, pero te llena de orgullo. Ahora puedo decir que fui la mujer con el mejor resultado en motos, puesto que fui novena, es increíble. A veces cansa tener que trabajar tan fuerte por tener oportunidades. Desde fuera quizás parece hermoso, pero no lo es. Pero al final te da una satisfacción muy grande ver que tú has ayudado a otras mujeres abriendo este camino. A veces te encuentras con padres que te dicen que han tenido hijas y les han puesto el nombre de Laia por mí y no lo creo, es muy bonito.
¿Cómo es posible que no formes parte de un equipo oficial siendo tan fiable? ¿Qué hacer?
— Pues supongo que estoy donde toca. Es como un pez que se muerde la cola: si quieres oportunidades debes tener resultados. Y para tener buenos resultados son necesarios recursos. Yo tengo que hacerlo lo mejor posible, porque a veces hay un punto de suerte. Estar en el sitio en el momento adecuado. Espero que poco a poco más mujeres entren en equipos oficiales, ya que en la última prueba de Extreme E, compitiendo con los mismos coches, se veía cómo muchas de las mujeres estábamos ganando a muchos de los hombres. Es un poco lo que ocurrió cuando empecé con las motos. Primero no me querían en los equipos oficiales y al final lo conseguí. Haber pasado por ahí antes me ayuda a llevarlo mejor, ya que el paso a coches ha sido como volver a empezar. Sin embargo, hay una diferencia: los coches son más caros y requieren más recursos. Creo que lo que dependía de mí se ha hecho. He rodado fuerte, he sido la mujer más rápida en muchas carreras, soy fiable... cabe esperar.
Este año has rodado menos que otros, ¿verdad?
— He hecho lo que he podido. Si no estás en un equipo oficial, la cosa cuesta. He hecho el Extreme Eque se suspendió después de las primeras etapas y el rally de Granada el pasado octubre. He hecho lo que he podido... Lo que quiere un piloto y lo que hacen los 40 primeros clasificados del Dakar es hacer kilómetros. , ya lo viví con motos y me espabilé Nunca lo he tenido fácil. Es lo que te hace más fuerte y te prepara.
En el Dakar vemos cómo hombres como Carlos Sainz compiten y ganan con 60. ¿Tienes cuerda por rato?
— ¡Sí, claro! En motos es diferente, el cuerpo ya no aguanta como antes, pero con los coches veo que puedo estar muchos años. No tengo claro esto de llegar a los 60 como Carlos, pero si hablamos de coches, todavía soy muy joven. Me siento competitiva, con ganas, así que seguiremos trabajando para ir al Dakar si el cuerpo aguanta así.
¿Cuál es el objetivo este año?
— Llego con muchas ganas. El año pasado fue bien, así que es necesario ir más lejos; conozco el coche, con el copiloto Maurizio Gerini ya nos conocemos más... El objetivo este año es intentar ganar la categoría T1.2, la de dos ruedas motrices, lo que quizás significaría estar entre los 20 primeros en categoría absoluta de coches .