¿Cuál es la mejor plaza para hacer castillos?
La inclinación y pavimentación del suelo, junto con la morfología de la plaza, son algunos de los elementos clave
A lo largo de la temporada, cientos de plazas de Catalunya acogen actuaciones castelleras. ¿Pero cuál es la mejor para hacer castillos? La inclinación y pavimentación del suelo, junto con la morfología de la plaza, son algunos de los elementos clave. Asimismo, juegan otros factores como el espacio existente para grupos y público, la superficie cubierta por sombra o las características de los edificios de la plaza. Es así como el casteller y arquitecto Arnau Montoya desarrolló su trabajo final de máster en la cátedra de la Universidad Rovira Virgili para el Estudio del Hecho Casteller sobre el paisaje cultural de la plaza castellera, que más tarde fue ampliado y reajustado en el volumen de la Enciclopèdia Castellera dedicado a las plazas.
De esta forma, Montoya valora las características de las plazas en cinco aspectos diferentes: el suelo, el entorno, el espacio, el clima y los edificios. La primera tiene un valor del 30% sobre la puntuación final, que va descendiendo hasta el 10% en la última. Esta división está diseñada partiendo de los resultados en la encuesta que realizó a más de 400 castellers, que eligieron qué características les parecían más importantes. En el primer trabajo de master también se incluyó la importancia histórica de la plaza y los registros alcanzados, pero en el segundo se limitó a los aspectos arquitectónicos y de espacio.
La plaza de la Villa de Vilanova y la Geltrú, la más puntuada
Tras el análisis de todas las características, la que obtiene la puntuación más alta es la plaza Vila de Vilanova y la Geltrú, con un 4,33 sobre 5. De cerca la siguen el Raval de Montserrat en Terrassa (4,3) y la plaza Vila de l'Arboç (4,24). Las otras cuatro plazas que superan los cuatro puntos son la plaza Santa Ana de Mataró, la plaza Vella de El Vendrell, la plaza de la Villa de Torredembarra y la plaza del Vino de Girona. En el caso de la plaza del Garraf, en todas sus características obtiene un cuatro o un cinco. La única excepción es la disposición de las calles adyacentes a la zona de actuación, que sólo recibe un 1.
La plaza de las Cols, en la cola
En la cola de las 17 plazas analizadas, en cambio, se encuentra la plaza de las Cols de Tarragona, con un 2,85. Ésta está reservada para las cuatro colles de la ciudad y destaca por el poco espacio que tienen para actuar, por lo que deben ir rotando su situación en la plaza. Así es como, ya de entrada, tiene un 1 y un 2 en los dos elementos más valorados: el pavimento y la inclinación.
En el resultado del estudio, la plaza tarraconense se encuentra lejos de las otras dos en la cola de la clasificación, que son la calle del Doctor Robert de la Bisbal (3,54) y la plaza Sant Jaume de Barcelona (3,66).
La magia de los intangibles
El estudio final se centra en aquellos aspectos arquitectónicos que pueden llegar a ser cuantificables. Sin embargo, en los castells es evidente que también entran en juego otros elementos más emocionales, identitarios e intangibles que hacen que cada plaza sea única. Es así como, a muchos tarraconenses, actuar en la plaza de les Cols les aporta un plus que no viven en ningún otro sitio. Incluso, las circunstancias de una plaza arquitectónicamente complicada hacen que aún les una un vínculo más fuerte.