Patrimonio de agua dulce

¿Dónde va a parar el acueducto que pasa por encima de la AP-7 en Figueres?

La catedral del agua del castillo de Sant Ferran

19/08/2025

Es una fortaleza inmensa. ¿Ha sido inexpugnable? No. El ejército de Napoleón logró entrar. Estoy en el castillo de Sant Ferran, en Figueres, que a lo largo de la historia ha acogido personas tan diversas como Salvador Dalí –como recluta– y Antonio Tejero –el artífice del 23-F– como preso.

Hace un calor asfixiante, hoy, en el castillo de Sant Ferran, situado en una colina, como corresponde a todo castillo. De momento no veo agua por ninguna parte. El mar está bastante lejos. Con un grupo de diez personas subo a un jeep que recorrerá el foso. Si le visitáramos caminando tan sólo veríamos una pequeñísima parte. Así, al menos, vemos una pequeña parte. No hay ni una gota de agua, ni ha habido nunca, en el foso. Ni en el lugar donde residían los soldados (dormían en camas calientes: en la misma cama, tres soldados repartiendo las 24 horas del día). No se duchaban ni una vez a la semana ni una vez al mes... Nunca se duchaban.

Cargando
No hay anuncios

Pero hay agua, y millones de litros. Como en todo castillo, el agua para beber era un elemento fundamental para aguantar un sitio. Aquí se mantiene lleno un depósito que se encuentra bajo el gran patio de armas, rodeado por un conjunto de edificios en los que vivían los oficiales. Cuatro pozos –uno en cada esquina– son la única pista que dice que debajo del patio de armas hay agua.

El agua es la guinda de la visita. Antes hemos dado la vuelta con el jeep –y nos hemos desorientado completamente–. Hemos bajado del vehículo tan sólo una vez para entrar en una contramina. ¡Qué fresca hacía!

Cargando
No hay anuncios

Una escalera bastante estrecha nos lleva finalmente a mi objetivo de hoy: lo que llaman la Catedral del Agua. Se calcula que esta cuba contiene unos 8 millones de litros de agua. Hacemos dos grupos de cuatro para navegar por la cisterna. Dos personas mayores –y entusiastas– han renunciado a navegar, después de que la guía nos haya dicho que necesitaremos estar muy acurrucados en la barca y bajar mucho la cabeza en algún punto.

Primero subimos por una escalera de aluminio bastante larga, completamente vertical, como las de las piscinas. Cristina, nuestra guía, nos invita a quitarnos los zapatos. Es una medida de precaución para que no se pinche la barca, que es de goma. Y después a ponernos el casco.

Cargando
No hay anuncios

Navegamos por una de las cuatro cisternas que conforman el gran depósito. Están separadas. Si una se contamina, las demás quedan preservadas. Cristina hace avanzar la barca con gran habilidad. Consigue que el remo no nos salpique ni gota. No es fácil conducir una pequeña barca con un solo remo, como los gondolieri venecianos. "Lo que más cuesta es tener el remo a un lado de la barca, para no levantarlo y no molestaros", nos dice mientras yo pongo una mano en el agua: es bien fresquita. "¿Y de dónde venía el agua?", le pregunto. "De un manantial del pueblo de Llers. Llegaba a través de un acueducto. Se pasa por debajo de ese acueducto cuando se circula por la AP-7. Justo por donde pasan los coches es un canal moderno, pero al lado se ven muy bien los arcos. Con el coche se pasa tan rápido que muchos ni se fijan." Hace años que lo lleva. Así pues, esta agua de la cisterna del castillo lleva almacenada años y cerraduras... ¡Y se ve tan limpia!

Cuando pasamos por debajo de un respirador, Cristina levanta la mirada para hacernos notar que está tapado. No llega ningún rayo de sol en la cisterna. Tan sólo el tiempo en el que pasan las barcas como la nuestra es cuando recibe algo de luz (la guía tiene abierta una pequeña lote). Habitualmente, pues, la Catedral del Agua se encuentra completamente a oscuras. No hay algas ni peces: no puede vivir ningún ser vivo.

Cargando
No hay anuncios

NOTA: Hice esta visita hace unas semanas y este mes de julio ha cambiado la empresa que organiza las actividades en el castillo de Sant Ferran. Ahora el recorrido ya no se hace en jeep sino en bicicleta. En breve también se podrá hacer con pequeños buses.

Probablemente la mayor fortaleza moderna de Europa

El castillo de Sant Ferran es una fortaleza baluardada de grandes dimensiones construida durante el siglo XVIII siguiendo el proyecto del ingeniero Juan Martín Cermeño. El castillo tenía capacidad para 4.000 hombres. Es uno de los monumentos de dimensiones más grandes de Cataluña y probablemente la mayor fortaleza de época moderna de Europa.

Los republicanos hicieron estallar los dos polvorines del castillo cuando ya se había perdido la guerra, para evitar que los nacionales se quedaran documentos, armamento... Saltaron piedras hasta la Rambla de Figueres.

Cargando
No hay anuncios