¿Quién quiere dirigir un grupo casteller? ¿Es demasiado exigente?
Los grupos se encuentran a menudo con dificultad para encontrar relevos en cargos de responsabilidad
Pertenecer a un grupo y participar en su día a día de ensayos y actuaciones comporta un grado de compromiso. El sacrificio aumenta mucho más si se toma un cargo de responsabilidad, al que deben sumarse reuniones, llamadas y horas de planificación. Este hecho, sumando que se trata de una actividad altruista, comporta que a menudo cueste encontrar relieves en estas posiciones. De esta manera, nos encontramos como a menudo hay antiguos cabezas de grupo que vuelven a coger el cargo. Esta temporada, por ejemplo, cuatro de los nueve grupos que el año pasado hicieron castillos de 9 tienen esta circunstancia. Todos hombres, por cierto. Éste es el caso de Albert Pérez de los Minyons de Terrassa o de Francesc Xavier Ramon de la Colla Jóvenes Niños de Valls.
Después de vivir unas grandes temporadas 2018/19, Ramon ha vuelto a coger el cargo de cabeza de grupo de los rojos. "Tenía ganas de volverme a presentar porque veía que podíamos aportar muchas cosas al grupo en el momento que estábamos", expone. Además está satisfecho de haber podido formar un equipo con tiempo y crear la estructura desde arriba.
El caso del jefe de grupo egarense, en cambio, es diferente. Los Minyons celebraron una asamblea en la que no se presentó ninguna candidatura y Pérez –que ya fue cabeza de grupo en el 2012 y el 2016– cogió el cargo con la temporada comenzada. "No estaba en mis intenciones iniciales", asegura.
La experiencia es un grado
Ponerse al frente de un grupo es un gran reto. Ramon asegura que "la primera vez como cabeza de grupo en grupos tan grandes es imposible controlarlo todo". Así pues, cree que al haber cogido perspectiva en estos últimos años "hay muchas oportunidades para ver cosas que cambiar". De esta forma, afirma que en este segundo mandato ha mejorado especialmente en la relación personal con los castellers.
Ambos, además, tienen el aval de que en sus anteriores mandatos su grupo obtuvo grandes resultados, lo que Ramón considera que “te ayuda más que te presiona”. Pérez también manifiesta que esto le beneficia, porque “tienes algo más de margen de confianza de la gente del grupo para hacer las actuaciones que crees que debes hacer”.
Quedarse al margen
En los grupos, así como en cualquier grupo de personas, siempre hay opiniones para todos los gustos. Los jefes de grupo, cuando dejan su cargo, suelen ser un casteller más del grupo y la gestión a veces no es fácil. "Intenté apartarme para que ellos hicieran el trabajo", explica Ramon. Por el contrario, Pérez dice que en su caso es más proactivo y le gusta dar su opinión. Sin embargo, apunta que "cuando has tenido un cargo de responsabilidad debes vigilar qué haces para no influir excesivamente".
Potenciar la juventud
Una de las claves para encontrar el relevo es preparar a los castellers más jóvenes para tomar responsabilidades. "Hemos creado un equipo joven para que se puedan presentar como cabezas de grupo en el futuro", comenta Ramon. Por su parte, Pérez también cree que cuando una persona joven toma un cargo "enseguida está sujeto a críticas" y, por tanto, sostiene que se les debería ayudar más al defender sus decisiones. Por otra parte, opina que últimamente puede costar más encontrar relieves porque, mientras años atrás centralizaban todo su ocio en el grupo, ahora la juventud "tiene muchas otras actividades y cuesta que se centren en una". Asimismo, declara que "cada vez hay más exigencia y no todo el mundo está con la disponibilidad de coger el cargo".