Rafael Santandreu: "¿Te da miedo morirte? Pues te aseguro que pasará"

Directo y sin rodeos, cree que "nos damos demasiada importancia a nosotros mismos", cosa que provoca una gran infelicidad. Propone vivir más al día y ser muy conscientes de que nuestro paso por este planeta es temporal y efímero

Thaïs Gutiérrez
03/10/2016

Este psicólogo dedica muchos esfuerzos, a través de su consulta y sus libros, a intentar que la gente sea más feliz y disfrute plenamente de la vida. Su último libro, Ser feliz en Alaska (Grijalbo), propone hacer una "reprogramación mental" para abandonar las emociones negativas y apreciar el presente, sea cual sea.

¿Cuáles son los principales problemas que llevan a una persona a la consulta de un psicólogo?

Principalmente, los problemas amorosos, de pareja, pero también problemas de ansiedad y de estrés, muchos relacionados con el trabajo. Muchos de estos problemas los provocamos nosotros mismos con un estilo determinado de pensamiento.

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¿Qué quieres decir, que es culpa nuestra sufrir por estas cosas?

Sí. Tenemos una enfermedad que es creer que necesitamos muchas cosas para ser felices. En realidad sólo necesitamos agua y comida, el resto son necesidades creadas. Si entramos en la cabeza de una persona deprimida por un desamor veremos que se pasa todo el día, desde la mañana hasta la noche, repitiéndose, como un mantra, una serie de frases del estilo: "Mi vida es una mierda","No encontraré a nadie más", "Sin pareja estoy desvalido"... Si a la mente humana le repites constantemente unas cosas las acaba interiorizando y hacen sufrir mucho. Hay que romper este círculo y sobre todo ver que la mayoría de estas cosas que nos repetimos son totalmente falsas.

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¿Tú qué propones para conseguirlo?

La psicología cognitiva propone que cada uno tenga el control de su pensamiento. Por eso hay que cuidar el diálogo interno y reeducarse. Uno debe esforzarse para cambiar estas ideas tan arraigadas y que se van repitiendo a lo largo del día, y para ello hay que utilizar argumentos convincentes. Lo que intentamos desde este enfoque de la psicología es dar un compendio de contraargumentos para las neuras de la gente, como el estrés, el miedo a los cambios, el desamor...

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Pero estas neuras hacen sufrir mucho.

Sí, pero en realidad cada necesidad creada es una carga, porque si no la consigues eres un desgraciado. Si yo creo que para ser feliz necesito una pareja y no la tengo, seré infeliz. Tener pareja no es una necesidad, es un objetivo, y eso es diferente. El problema es que nos bombardean con este mensaje cuando la realidad -y las estadísticas lo demuestran- dice que no es cierto.

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Por lo tanto, ¿qué tenemos que hacer para ser felices?

La felicidad sólo depende de dos cosas: tu capacidad de querer la vida y tu capacidad de querer a los demás, en general. El problema es que nos damos demasiada importancia a nosotros mismos.

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Pero las experiencias negativas existen y son una amenaza para la felicidad.

Sí, pero piensa que a lo largo de una vida las personas tenemos, en promedio, unas 20.000 adversidades, desde las más pequeñas y cotidianas hasta las grandes desgracias. Esto quiere decir que son inevitables, que no nos tienen que robar la felicidad, porque las adversidades existen y existirán.

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¿Y cómo se consigue?

Hay que aceptar que las adversidades forman parte de la vida y que no son lo suficientemente importantes como para hacernos perder la felicidad. Nuestra sociedad sufre un exceso de miedo, todo es visto como una posibilidad terrible, y en cambio la gente más feliz y más fuerte no vive así. Un ejemplo es Stephen Hawking. Hace más de 40 años que no puede moverse, ni siquiera hablar, y sin embargo es uno de los mejores científicos de la historia y es una persona feliz. Para él no hay nada terrible, puede ser feliz a pesar de sus circunstancias. Su lección es que si te quedas tetrapléjico puedes ser feliz, y es una lección fundamental.

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El miedo a la enfermedad y también a la muerte los tenemos muy arraigados.

Sí, pero lo cierto es que podemos desterrar el miedo de nuestra vida si aprendemos a pensar correctamente. Decir, pensar y creer que la salud es lo más importante de la vida es una creencia irracional, porque la salud es algo que seguro que perderemos. Hay mucha gente que ha estado gravemente enferma pero que eran felices, como Lance Armstrong. ¿Te da miedo morirte? Pues si tú crees que lo peor que te puede pasar es morirte, te aseguro que va a pasar. Por lo tanto, ¿dónde está el dramatismo?

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¿A ti no te da miedo la muerte?

No. Me he convencido de que la muerte es buena, necesaria y bonita. Si no nos muriéramos, el planeta y los seres humanos tendríamos un gran problema, sería insostenible. Además, la muerte forma parte de todos los fenómenos naturales, los ciclos de la naturaleza que nos sobrepasan, que forman parte de algo más grande. El problema es que nosotros hemos desterrado la muerte de nuestra sociedad, la escondemos, no hablamos de ello, así que nos da mucho miedo. En realidad la muerte es un fenómeno natural que nos afecta a todos, en cambio vivimos en una especie de delirio como si tuviéramos que vivir para siempre. Esto es malo y estresa muchísimo. Yo creo que no hay que estresarse por las pequeñas cosas, hay que vivir más el presente y para conseguirlo tenemos que tener la muerte más presente. Por eso la muerte es positiva, porque nos deja vivir con pasión nuestro presente. La inmortalidad sería insoportable.