Carme Guinea Comas: "La sociedad debe estar más abierta a escuchar la voluntad de las personas con discapacidad"

La Fundació +Tu celebra este año su 40 aniversario. A través de sus cuatro sedes, ubicadas en Barcelona, ​​Girona, Lleida y Reus, atiende a más de 900 personas con discapacidad intelectual o derivada del envejecimiento, y sus familias.

¿Cómo ha evolucionado a lo largo de los últimos cuarenta años la defensa de los derechos de las personas con discapacidad, tanto intelectual como derivada de un proceso de envejecimiento?

— +Tú es la primera fundación de carácter tutelar que nació en el Estado en 1985. Lo hizo amparada en la ley LISMI (1982). En ese momento, +Tú ya nació con la voluntad de que las personas pudieran ejercer sus derechos independientemente de su situación, y las acompañaba a través de la tutela y la curatela. Después, la ley de la Convención de Naciones Unidas (2006) deja de hablarnos de sustitución de la capacidad: la toma de decisiones pasa a ser de las personas con discapacidad. En el marco de la Convención, hemos evolucionado todos, pero cuesta que la sociedad se adapte y transforme. Ahora, el Código Civil, que ya se encuentra en el Parlament Català, se convertirá en una herramienta excelente para defender, desde un punto de vista holístico, todos estos derechos.

¿Cuáles han sido los principales logros alcanzados en el marco de estas cuatro décadas?

— En primer lugar, dar respuesta a las necesidades de las familias de personas con discapacidad intelectual, ya las propias personas del colectivo que no cuentan con un entorno o red familiar que les garantice un acompañamiento de futuro en su proyecto de vida. Posteriormente, la apertura del servicio a las personas con discapacidad derivada del envejecimiento. Otro hito alcanzado es la atención de proximidad, con la consolidación de cuatro sedes, en cada provincia del territorio. Y en los últimos años, la adaptación del modelo al nuevo marco legislativo. Cuarenta años después contamos con un grupo consolidado de profesionales, comprometidos con el acompañamiento y asesoramiento de calidad, y en formación continua, lo que les permite adaptarse a los cambios sociales y demográficos. Por último, destacaría la innovación tecnológica y la investigación en temas de discapacidad y acompañamiento.

¿Qué importancia tiene el trabajo en red a la hora de construir el proyecto de vida de las personas?

— Cada persona es única e intransferible. No hay dos planes de apoyo iguales, porque cada uno tiene una biografía y una realidad distinta. Los soportes se acuerdan conjuntamente con las personas. Nuestra Fundación actúa de forma independiente, no está concebida como dispensadora de servicios, ni como entidad dependiente. Por eso, para nosotros es esencial el trabajo en red con organizaciones y profesionales del sector. Para conseguir los soportes adecuados a la persona necesitamos la complicidad de las residencias, de los entes sociales, deportivos, talleres, ocupacionales, empresas...

¿Cuáles son los retos a afrontar en los próximos años?

— El gran reto consiste en contribuir a hacer efectivos los derechos de las personas con discapacidad. Queremos ser el motor de la transformación social, a fin de que las personas con necesidades de apoyo puedan participar activamente en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho, con iguales oportunidades y en igualdad de condiciones. Aún estamos muy lejos de lo que sería realmente una sociedad abierta a las personas que necesitan estos servicios. La Fundación, en unos años, debería estar en el corazón y en la cabeza de la sociedad catalana.