Patrimonio de agua dulce

La solidaridad auténtica no es dar lo que me sobra sino compartir lo que necesito

Los aljibes de piedra seca de Torrebesses

25/08/2025

Donde veraneo, un pueblecito de la Alta Anoia que había sido abandonado y en invierno viven menos de diez familias, hay desde hace años un edificio a medias. Las obras se detuvieron no se sabe por qué. Menos mal que sacaron la grúa, porque era un peligro.

Prácticamente no existe ningún pueblo de Cataluña que no tenga edificios a medias. En Torrebesses, en el siglo XIX, la iglesia "de toda la vida" había quedado pequeña y decidieron hacer una nueva. Pero se quedó por terminar, sin techo. "La iglesia que mató al frío", le dicen. Sí: una intensísima helada, en 1870, mató los olivos y arruinó a los vecinos. En el paro sine die del proyecto "ayudó" la revolución La Gloriosa y la Primera República: era una época convulsa. ¿Ahora la "nueva" iglesia sería demasiado grande? Quizás sí. Eran otros tiempos.

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"La iglesia que mató al frío" es uno de los elementos de interés del patrimonio cultural de Torrebesses. Hay muchos más: un castillo –que dependía de la Cartuja de Escaladei; ahora es casa rural–, una iglesia románica –con un retablo gótico– y algunos casales renacentistas y barrocos que constituyen la Vileta, casco antiguo del pueblo, más elevado. Y, por supuesto, los aljibes (depósitos de agua excavados en la roca, con una cúpula de piedra seca).

He quedado con el alcalde del pueblo, Mario Urrea, para visitar los aljibes. ¡Hay una cincuentena en Torrebesses! Con su Nissan todoterreno "se tambaleamos" por caminos rurales mientras me cuenta cosas de este municipio del Segrià que él gobierna desde hace años. Es esencialmente agrícola y ha ido perdiendo población, aunque ahora la curva está más o menos estabilizada. "Había llegado a tener 1.000 habitantes, y ahora tiene 280 mal contados", me dice Mario. El pueblo tiene una escuela, con una veintena de niños. ¡Ay, que peligra!

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El paisaje está bien seco y roto. Se combinan terrenos de cultivo y otros eriales. Vemos terrazas llenas de vegetación que nos dicen que antes el cultivo era más extendido.

"Durante gran parte del siglo XX Torrebesses era independiente hídricamente. Un campesino, cuando salía de casa a cultivar los campos, no tenía necesidad de llevar agua, ni para él ni para los animales; en su finca o muy cerca tenía una balsa o un aljibe donde poder hidratarse", me cuenta Mario Urrea, un auténtico. Ha logrado que Torrebesses tenga un Centro de Interpretación de la Piedra Seca.

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Llegamos a uno de los aljibes preferidos de Mario, el de Ribot. Meto la cabeza a través de una portezuela para confirmar que tiene agua. Pues sí, veo que el agua se encuentra bastante arriba. Veo una polea, para extraer. "No hay ningún cubo, ¿verdad?", le digo a Mario. "No, por el vandalismo no se deja ninguna galleta" (sí, aquí lo llaman galleta).

"El agua de los aljibes es agua de la lluvia. Era sólo para beber a personas y animales. No para regar", dice Mario. "¿Se utilizan ahora, los aljibes?", le pregunto. "Solo para abrevar a los perros", me responde.

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"A veces caían animales, en el agua. Para rescatarles había un palo", añade.

Estamos en una zona con bastante vista, llena de pinos ("¡especie invasora!", remarca Mario). En una cota inferior vemos una cabaña de bóveda, uno de los elementos de arquitectura popular que más me fascinan. Hechas de piedra seca, están medio enterradas (sólo tienen fachada y paredes laterales; la bóveda del techo está cubierta por el suelo). Su función es cobijar a personas y animales. Hay un montón, esparcidas por Torrebesses.

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El aljibe del Ribot tiene al lado una cachorra (un socavón en la roca que tiene agua de la lluvia, y eso que hace días que no llueve). Cogulla, lo llaman en otros lugares. Como los animales van a beber, las cachorras son trampas para poder cazarlos. Basta con estar escondido detrás de unas ramas... ¡y esperar a cazarlo! Uno de los sistemas para atrapar a un animal que va a beber a una cachorra es colocando una piedra –una loseta– sobre un entramado de palillos. Cuando el animal les toca, la piedra se le cae encima.

Seguidamente vamos hasta otro aljibe, más cerca del pueblo. Le llaman el aljibe del maño. Se encuentra en peor estado de lo que hemos visto antes, pero tiene un nuevo elemento: una piedra arriba, colocada verticalmente. Caramull, se llama. Indicaba que quien quería podía tomar agua.

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Los aljibes eran privados y, por tanto, para el consumo del propietario. De todas formas, parece que si se colocaba un caracol en la parte central de la cúpula, esto indicaba a los pasantes que podían tomar agua. He aquí una buena lección de solidaridad: no dar lo que me sobra sino lo que necesito.

Depósitos de agua centenarios

Construir reservas de agua a base de vaciar la roca ya se ha realizado en otros tiempos y en otros lugares, en Cataluña, por ejemplo en el yacimiento de Olèrdola.

Aunque el nombre de aljibe (pozo o cisterna) es árabe, los aljibes de Torrebesses no son de la época de la invasión de los árabes, no, como su nombre podría hacer pensar. El más antiguo es de 1927. Se realizaron sobre todo durante la Segunda República. Son centenarios.

El aljibe y cachorro del Ribot es probablemente uno de los BCINS (Bien Cultural de Interés Nacional) menos visitados del país. Puede revertir esta estadística, porque vale mucho la pena conocerlo!

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