La violencia vicaria a juicio: "La madre está muriendo todos los días"

Barcelona3 de abril de 2022. Una madre divorciada deja a su hijo de once años con su padre en Sueca, Comunidad Valenciana. Según él, había bebido y discutieron: el niño no quería quedarse con él. Así le hizo saber a su madre vía WhatsApp. La madre del niño le llamó, pero cuando el menor descolgó el teléfono, el padre le espetó varias puñaladas en el cuello. Así, tal y como describen los escritos de las acusaciones y confesó ayer el propio acusado, José Antonio, mató "a la persona que más amaba" a su exmujer mientras ella estaba al otro lado del teléfono. Esta semana la Audiencia Provincial juzga al agresor, para quien las acusaciones piden la máxima pena prevista en el Código Penal español, la prisión permanente revisable.

Este miércoles familiares de la víctima han relatado el "calvario" que sufrió la madre del niño durante muchos años: "La despreciaba, le decía gorda y cerdaAdemás, también han explicado que un día intentó violarla poniéndole un cuchillo en el cuello. Durante la sesión del martes, el acusado también reconoció que no habría matado al hijo si no se hubieran separado o si la madre hubiera accedido a volver con él.El fiscal del caso no dudó en subrayar la violencia vicaria del caso: "La madre está muriendo cada día", dijo.

Una prima de la expareja que ha atestiguado en contra de el acusado ha asegurado que, aunque ella nunca había vivido en primera persona ninguna escena con insultos o agresiones físicas, sí había visto cómo a él le molestaba que su mujer fuera feliz. una boda.Mientras la madre del niño se reía y se divertía con amigos, él la "forzó" a marcharse: "Vi cómo la sacaba fuera, cómo le molestaba que ella fuera feliz", ha expuesto.

También ha explicado que el acusado le había cogido por el cuello en dos ocasiones y que "muchas otras veces" le había intentado forzar para mantener relaciones sexuales. Otra familiar también se ha expresado en la misma línea. "Este hombre siempre ha sido así: tenía envidia de todo y no podía verla sonreír", ha dicho. Sin embargo, los testigos describieron la relación entre el acusado y el menor como "buena". "Quería mucho a su padre. Era una relación normal entre padre e hijo. A su padre le amaba con locura", ha asegurado la prima.

Fuera del testimonio de los familiares, este martes también han declarado dos agentes de la Guardia Civil que acudieron al domicilio en el que se cometió el asesinato. Estos explicaron que cuando llegaron se encontraron a la madre y la abuela "muy alteradas" en el portal. Llamaron a la puerta y, cuando él se dejó entrever, uno de los agentes detectó que tenía sangre en las gafas. El guardia civil abrió la puerta por completo y entró en la casa, donde se encontraron al niño de once años tumbado en el suelo con un cuchillo clavado.

Destierro

Tanto la acusación particular como el fiscal piden la condena de prisión permanente revisable, así como que el tribunal desterre al acusado de Cullera y le prohíba pisar o acercarse a la localidad donde reside su exmujer, durante los próximos 35 años. También piden que la indemnice con medio millón de euros.

Durante el fin de su matrimonio, según la acusación particular, la mujer habría sufrido varias agresiones desde que en febrero del 2021 le pidió el divorcio. De hecho, aseguran que en una ocasión, incluso, le amenazó con un arma blanca. En marzo la víctima abandonó la vivienda familiar y se mudó a la casa de sus padres en Cullera. El 11 de agosto de ese mismo año, un juzgado de Sueca impuso al acusado una orden de alejamiento de la madre de 200 metros, así como la prohibición de comunicarse con ella.

El acusado niega haber agredido físicamente a la mujer. "Solo le dije que no estaba de acuerdo con la separación, que lo pensara mejor", dijo. Sin embargo, sí reconoció haberle llamado de forma insistente cuando ella se marchó hacia Cullera a vivir con sus padres.