Yoga o 'running' entre reuniones de trabajo, las ventajas de trabajar para una empresa saludable
Algunas empresas empiezan a seguir el modelo de otros países y ofrecen actividad física así como propuestas de alimentación saludable a sus trabajadores
BarcelonaTener una vida activa, rompiendo el sedentarismo al que nos aboca el ritmo diario y la mayoría de los puestos de trabajo actuales; habituarse a una alimentación saludable; conseguir un descanso, y una conciliación familiar adecuados son los grandes pilares de los hábitos saludables de los que tanto oímos hablar y que impactan directamente en la salud de las personas y, de paso, en su rendimiento, en su estado de ánimo, en su relación con el entorno; en definitiva, en su bienestar.
Si nos ponemos a pensar en cómo se reparten las 24 horas del día, no hay que ser un lince para darnos cuenta de que una parte muy importante la pasamos en el entorno laboral. En general, entornos sedentarios, con una dosis importante de estrés y presión, a los que hay que añadir las obligaciones familiares. Todo esto da como resultado poco tiempo para cuidar de nosotros mismos con cosas que pueden parecer tan simples como prepararnos un táper saludable, poder mantener un mínimo de horas de descanso o tener unos minutos al día para movernos.
Este hecho nos lleva a pensar en la necesidad de que desde las empresas haya una política de implantación de estos hábitos para los trabajadores. “Que la empresa ofrezca opciones de actividad física dentro del entorno laboral facilita mucho las cosas, puesto que ahorra desplazamientos hasta otros puntos donde practicarlo y se pueden aprovechar momentos del día que quedan muertos dentro del horario laboral”, explica Marc Pujol, cofundador de Amtté, una consultoría especializada en el cuidado del trabajador.
Clases de yoga en el trabajo
Poco a poco, algunas empresas del Estado empiezan a seguir, a pesar de que todavía de lejos, la estela de otros países muy avanzados en este tema y ofrecen propuestas saludables a los trabajadores. “Antes de la pandemia, teníamos clases de yoga que nos aportaban bienestar físico y mental, relajación, desconexión y claras mejoras físicas”, explica Núria Ferrer, trabajadora de la empresa La Farga Yourcoppersolutions. “Lo hacíamos fuera del horario de trabajo, pero era en los mediodías y si comíamos algo más rápido era muy aprovechable”, sigue Núria, que lamenta que con el covid estas actividades se hayan acabado, pero por otro lado destaca que “la empresa sigue apostando por temas de bienestar para el trabajador: nos ofrece menús saludables y ha incorporado la semana de la seguridad y la salud que celebra cada año para sensibilizar y dar herramientas para mejorar los hábitos de salud”.
Según Pujol, “las empresas pueden ofrecer opciones a los trabajadores en diferentes dimensiones: la física, con actividades de todo tipo como sesiones de yoga, estiramientos, clubes de running, actividades dirigidas o poner a disposición de los trabajadores a un fisioterapeuta. En la alimentación se pueden proponer talleres que fomenten la alimentación saludable y mejoren el conocimiento sobre el tema a los trabajadores, que lo podrán trasladar a toda la familia, crear cantinas o caterings con menús saludables a precios atractivos, máquinas de vending con productos saludables. Y en el aspecto emocional, plantear talleres de mindfulness o de relajación, jornadas de teambuilding que son de gran ayuda, y ofrecer flexibilidad, dentro de las posibilidades de cada puesto de trabajo, contribuye enormemente a hacer que el trabajador disfrute de una salud adecuada”.
Las empresas que son sensibles a estos aspectos son conscientes de que invertir en la salud de los trabajadores es equivalente a invertir en la mejora de su rendimiento. Olga Curià, responsable de riesgos laborales de la empresa Girbau, explica que “tener una empresa saludable repercute directamente en el absentismo laboral, con menos accidentes, con trabajadores más comprometidos y más motivados”. Y Pujol añade: “Un trabajador saludable está más tonificado y descansado y tiene menos posibilidades de sufrir lesiones musculoesqueléticas, que son el porcentaje más elevado de las bajas laborales del país”.
Invertir en la salud de los trabajadores no repercute solo en la parte física, sino que también lo hace de forma clara en su salud emocional. Disfrutar de una salud emocional adecuada acerca a las personas a ser más estables y a tener más capacidad de autocontrol, por lo tanto, con mejores aptitudes pers relacionarse, cooperar y trabajar en equipo.
¿Hablamos de teoría o la práctica lo pone de relieve?
Olga Curià especifica: “Hemos notado un impacto positivo en nuestra comunidad, sobre todo en el trabajo en equipo, que fluye más fácilmente. También un impacto positivo en la gestión de temas psicosociales que se minimizan y se pueden gestionar de manera más fácil”.
Las actividades relacionadas con los hábitos saludables tienen un poder importante de cohesión y de generación de confianza entre las personas. “Hacer actividades con los compañeros de trabajo es muy positivo, en primer lugar, porque te permite conocer a gente de otros departamentos con algunos de los cuales no tenías interacción y, por lo tanto, contribuye a la integración, sobre todo de personal nuevo”, afirma Curià, y continúa: “En segundo lugar, porque mejora y ayuda a la relación con los compañeros de trabajo con los que se pueden generar tensiones por temas laborales. Verlos y tratarlos en un entorno diferente del del ámbito estrictamente laboral ha sido muy positivo”.
A todo esto hay que sumar un cambio de prioridades por parte de los trabajadores en los últimos años. La gran motivación para trabajar de generaciones pasadas era el salario y, actualmente, aparte de esto que, evidentemente, es muy importante, hay otras que tienen mucho peso y que pueden hacer decantar la balanza para mantener un puesto de trabajo o para escoger otro. “En Girbau tenemos muy claro que invertir en la salud global del trabajador es un factor importante para mejorar su nivel de bienestar y también cultural en la prevención y como herramienta de retención de talento”, expone Curià. “Existe una retención de talento visible cuando el trabajador detecta que la empresa apuesta por él y por la comunidad”, concluye.
Desgraciadamente, todavía falta concienciación. “Es desesperante ver cómo empresas que desarrollan programas muy interesantes para cuidar la salud y el bienestar de los trabajadores tienen una respuesta exigua por parte suya”, explica Pujol, que desde Amtté han ayudado a implantar programas de este estilo en diferentes empresas. Normalmente, los trabajadores que sacan provecho de estas herramientas son personas ya sensibilizadas con el tema.
El ejemplo de Suecia
Es muy positivo que se empiecen a implantar programas de estas características en las empresas del país aunque, de momento, el impacto sea pequeño. Sería ideal acercarnos a las políticas de salud que tienen muy integradas países como Suecia. “Dentro del horario laboral, en mi empresa tenemos integrados 60 minutos de actividad física a la semana que podemos distribuirnos como queramos. Yo, por ejemplo, añado 20 minutos a la hora de la comida tres días a la semana y esto me permite hacer una hora, cada uno de estos tres días, de actividad física dentro de mi horario laboral retribuido”, explica Enric Pujol, un catalán que hace años que vive y trabaja en Suecia.
“Prácticamente todas las empresas ofrecen facilidades a los trabajadores para que practiquen actividad física, ya sea dándoles tiempo para hacerlo dentro del horario laboral o financiando abonos para el gimnasio. También acostumbran a contribuir en nuestra alimentación y muchas empresas tienen bandejas de fruta que tenemos a nuestra libre disposición durante toda la jornada”, finaliza Enric, que asegura haber notado una gran diferencia en este aspecto.