Ellen DeGeneres vuelve para despedirse
Netflix acaba de estrenar el monólogo que la presentadora estadounidense Ellen DeGeneres ha utilizado para despedirse de los espectadores y poner punto y final a su trayectoria. For your approval [Para su aprobación] es, en realidad, una especie de in self-defense, uno en defensa propia, que lanza a la audiencia tras una despedida televisiva de un sabor muy agrio. En 2020 fue acusada por un grupo de trabajadores del The Ellen DeGeneres show crear un ambiente de trabajo tóxico. Al año siguiente, la presentadora anunció el fin del programa después de diecinueve temporadas porque sus índices de popularidad se habían hundido.
La especial de Netflix comienza con una secuencia de imágenes de archivo de los grandes momentos de su trayectoria, no siempre fáciles, especialmente cuando anunció que era lesbiana para normalizar la homosexualidad en un contexto de gran homofobia social.
Después, DeGeneres sale al escenario y advierte que será la última vez que lo hace. Y deja vislumbrar que está dispuesta a afrontar sus últimos conflictos mediáticos: “Un día dije que no me importaba lo que la gente pensara de mí. Y ahora me doy cuenta de que lo dije en la cima de mi máxima popularidad”. El guión es una mezcla de justificación, denuncia y reivindicación personal. Y utilizando la perspectiva de la edad –ahora tiene 66 años– para autorizar su mirada. Aun así, la presentadora aprovecha para reírse con condescendencia de sí misma: “Si parezco más vieja que la última vez que me vi es porque soy más vieja que la última vez que me vi. Y, además, he dejado de utilizar bótox e infiltraciones contra las arrugas...” Y a continuación confiesa con sarcasmo: “Me ponía bótox cuando no me importaba lo que la gente pensara de mí...”
DeGeneres esponja al monólogo con situaciones humorísticas intrascendentes y para no convertir el guión en un melodrama, pero va devolviendo a la esencia: “Me echaron del show business. Sí... porque soy mala. No puedes ser mala y ser del mundo de la farándula”. Cuenta el trauma que le supuso leer en los titulares de la prensa que era la persona más odiada de Estados Unidos. Pero aprovecha para recordar la homofobia que ha sufrido a lo largo de su vida para demostrar que no le viene de nuevo. Lo mejor del monólogo es un alegato con perspectiva de género sobre cómo la conducta se percibe de forma diferente en función de si eres hombre o mujer, sobre todo a la hora de dirigir equipos. Alerta del rechazo que todavía existe contra las mujeres que muestran un talante asociado tradicionalmente a la masculinidad. DeGeneres también recurre a una estrategia que es tendencia entre los famosos: contar sus dramas personales y enfermedades para ganarse la compasión del público. Explica que sufre trastorno obsesivo-compulsivo, déficit de atención y osteoporosis severa y que su madre tiene demencia y ya no la reconoce. “Soy malvada, gay y vieja. ¡La triple corona!”, resume para terminar. Es un Y am who Y am por cerrar una larga trayectoria, por proteger su imagen y, aún más importante, por ser ella la que diga la última palabra antes de plegar.