Gordon Gekko vs. Airbnb

Algo que no debemos cansar de decir es que el festival Atlántida Mallorca Film Fest, que el domingo cerró su decimocuarta y más exitosa edición, es una maravilla. Un festival de cine impulsado por la gente de la plataforma Filmin, que en un principio era un festival sólo online (o en streaming), pero que con los años ha ido desarrollando una parte presencial cada vez más importante, tanto por la afluencia público, como por la cantidad de películas importantes que se estrenan, así como por la presencia de artistas y estrellas, y la repercusión internacional de todo ello. Una referencia que ya se ha situado entre los más importantes de España y que ocupa un lugar singular y de prestigio dentro de la escena europea: la enhorabuena a Jaume Ripoll Vaquer ya su equipo por el trabajo excelente, sostenida a lo largo de los años.

Michael Douglas fue el protagonista de la clausura del festival, en la que participó como galardonado: la Atlántida Mallorca Film Fest le concedió el premio Masters of Cinema, bien merecido por su filmografía. Douglas hijo es un actor que ha destacado, como a sí mismo le gusta remarcar, interpretando personajes complejos, ambivalentes, a la raya entre el bien y el mal. Por otro lado, lleva muchos años vecino de Mallorca a tiempo parcial. El domingo no esquivó el debate sobre la masificación, y declaró que ha vivido en primera persona los cambios que ha sufrido Mallorca en los últimos treinta años. "Tenemos millones de visitantes y eso afecta a temas como el acceso al agua". Y señaló culpables: "los excesos de los Airbnb y de los coches de alquiler, que se alimentan entre ellos".

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Hay muchos motivos para desesperar de Mallorca y los mallorquines, como ya le decía Gertrude Stein a Robert Graves, pero algo bueno que creo que tenemos es una aversión natural a la solemnidad. Michael Douglas es conocido en Mallorca como en Miquel de s'Estaca, porque éste es el nombre de la finca que compró en Valldemossa, y que cien años atrás fue la residencia del Archiduque Luis Salvador, un Habsburgo descarriado, primo de la famosa Sissí, que dejó una fuerte huella en el imaginario colectivo mallorquín, con escándalos sexuales y una obra etnográfica de referencia, Die Balearen, incluidos. Ahora todo el mundo aplaude a Douglas porque celebró su octavo aniversario merendando con la tercera edad valldemossina, pero su plena integración en los usos y costumbres de Mallorca ya se produjo en 1995, cuando se hizo construir una casa anexa a s'Estaca sin licencia de obra ni nada que se le pareciera. Para hacérselo perdonar un poco compró otra finca e hizo Costa Nord, que él sostenía que era un centro cultural, pero sobre todo fue un lugar al que fue a cantar Van Morrison, y Jack Nicholson acudió para escucharle. Jaume Matas le compró Costa Nord por un dineral, a cambio de poder hacerlo embajador de Mallorca, algo que Douglas ya hacía sin cobrar. En fin, historias. No sale en la peli de este título, pero Michael sin duda es uno de los nuestros.