El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que debe notar en la nuca el aliento sexy y machísimo de su colega Santiago Abascal, ha desenvainado un "visado por puntos" para los inmigrantes, con el que se da preferencia a quienes tengan "más capacidad de integración" y "conozcan mejor la cultura". Según el presidente andaluz, Juanma Moreno, esto significa que el castellano debería ser "requisito" para obtener la residencia. En una entrevista en Onda Cero, sin embargo, ha dicho que no, que no es lo mismo que pide Junts per Catalunya con nuestra lengua. Ha dicho: "Son cosas diferentes. Allí hay dos lenguas. Nosotros tenemos una. Ellos ponen el énfasis en la otra lengua cooficial. Y nosotros lo que decimos es que una lengua universal como el castellano es importante conocerla".
La "capacidad" de integración es difícil de medir. Yo diría que la tengo nula. Me gustan las costumbres de los demás sólo si no tengo que practicarlas. Que en Andalucía el castellano debería ser requisito para la residencia lo veo normal. Pero entonces, ¿por qué no le parece bien al presidente que el catalán lo sea? Repasamos. Dice que "tenemos" dos lenguas. Yo diría que tenemos muchas más, pero ellos también. En cualquier caso, ¿por qué debería ser mejor tener una que dos? ¿Por qué es más fácil? Dice que ponemos "el énfasis" en "la otra" lengua cooficial. ¿Con qué criterio el catalán es "la otra" y el castellano la "una"? Claro que, a menudo, cuando nos referimos a "la otra" queremos decir "la amante" frente a la "legítima". La palabra amante sin duda estimula más que la palabra legítima, sobre todo por lo que tiene de clandestina.
Muy de acuerdo en que una lengua universal como el castellano es importante conocerla. ¿Pero por qué, entonces, no sería importante, también, conocer una lengua milenaria como el catalán? ¿Por qué tiene menos hablantes que el español? Según este criterio habría que conocer, sobre todo, la música de Shakira, extraordinaria, pero no la de Camarón, también extraordinaria.
