¿Cómo piensan generar suelo para hacer pisos los ayuntamientos?

¿Por qué un alcalde que sabe que sólo tiene un mandato de cuatro años debería envolverse a dibujar la transformación de su ciudad? ¿Por qué arriesgarse a proponer un nuevo barrio en el límite de la ciudad o el trazado de un nuevo autobús rápido? ¿Por qué imaginar a la gente que un viejo parking o un recinto fabril podrían convertirse en casas y nuevas tiendas?

Yo no he sido consciente del impacto que pueden tener los dibujos de ciudades en la vida colectiva hasta que me han dicho desde fuera de la profesión. Por lo general, la gente que dibuja bien, comunica mejor. Me parecen una maravilla los dibujos de Fernando León de Aranoa al ilustrar sus guiones, tan sensibles como su mirada. Pero una cosa es dibujar ficciones y otra es trazar líneas que acabarán teniendo todo tipo de impactos. Los dibujos concretan decisiones que seguirán futuras generaciones: qué anchura tendrán las calles, qué sol llegará a las ventanas, qué calle será más importante que los demás y tendrá autobús, lo grande que debe ser un parque y cómo conecta la ciudad existente con la nueva. Y esto perdura a lo largo de los siglos.

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Hay unos dibujos fantásticos de la Villa Olímpica de Barcelona, ​​de los años noventa, a vuelo de pájaro, que persuadieron a un equipo muy diverso de políticos y técnicos, así como de promotores y futuros propietarios, que todo aquello merecía la pena. Es un dibujo en blanco y negro desde un punto de vista que nunca tendremos (habría que subirse a un globo) pero que recorre las cuatro primeras calles desde el mar, las playas, el Port Vell y Montjuïc. A medida que se aleja la perspectiva, se diluyen algunas líneas y sólo se intuyen los edificios altos, los campanarios de las iglesias y las chimeneas y construcciones industriales. Hoy, caminar por la avenida Icaria es adentrarse en ese dibujo de Martorell Bohigas Mackay, que ha terminado construyéndose de forma bastante fiel.

Es importante dibujarlo todo porque con los proyectos se pueden rectificar cosas, definirlas mejor. Y también es importante ubicar los dibujos en su contexto. Por ejemplo, no se descarbonizará Cataluña hasta que se dibujen las grandes estaciones intermodales que deben permitir hacer circular las mercancías por el tren, en lugar de por las autopistas: de momento hay estudios para terminales en Vilamalla (Empordà), el Penedès , las Terres de l'Ebre y Lleida. Son dibujos de futuro importantes, porque hasta que no los interiorice todo el mundo será difícil hacer creer a las empresas que tan buen sitio será Tàrrega como Martorell para localizar una actividad industrial.

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Un dibujo especialmente útil para un programa municipal es aquel que territorializa las inversiones: un plano con las actuaciones que se pagarán con dinero público a lo largo del mandato (las inversiones). Esto permite a la ciudadanía entender cuáles son las prioridades más allá de lo que ocurra ante la propia acera. Desde 2008, los ayuntamientos han tendido a priorizar la reforma de calles en lugar de hacer nuevas; en ocasiones, dejando de invertir en nuevos barrios para reformar viejas calles. Lo hizo Xavier Trias cuando reformó la Diagonal, el paseo de Gràcia o el de Sant Joan, y lo hizo Ada Colau cuando rehizo la calle Consell de Cent. Mientras, en los alrededores de la Sagrera, el 22@ o la Marina del Prat Vermell hay grandes trozos de ciudad que no avanzan al ritmo que tocaría por falta de inversiones, o por la incapacidad de algunos propietarios de hacer frente a los costes de las transformaciones. Hay mecanismos para desbloquear estas situaciones haciendo que la administración avance el dinero a cambio de obtener los pisos resultantes al final del proceso.

Es contraintuitivo, y es complejo de explicar a los electores, pero urbanizar (construir calles) en ámbitos de transformación en los que hay suelo público tiene un impacto directo sobre las políticas de vivienda. Y si ahora hay que hacer frente a la emergencia habitacional, éste es otro dibujo que valdría la pena hacer: ¿dónde están las parcelas que tendrán que acoger las nuevas viviendas y qué obras se deben hacer antes de que se puedan edificar?

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Ha pasado un año y medio desde las últimas elecciones municipales, lo que indica que pronto estaremos a medio mandato. Sería un buen momento para pedir a los ayuntamientos que dibujen cómo proponen rehabilitar las villas viejas, reconvertir fábricas abandonadas o generar suelo.