La triple victoria de Sánchez en Catalunya

Las incógnitas sobre la formación de Govern en Catalunya permanecen pero es indudable la victoria tanto del PSOE/PSC como de ERC. La del PSOE es triple. La primera, porque es el partido más votado. Aunque le sea difícil formar gobierno –en política institucional nunca hay nada imposible, incluso pactos mediante–. El fantasma del tripartito todavía sobrevuela el Parlament. Lo más importante de esta victoria es que la apuesta por la candidatura del exministro de Sanidad ha sido un test sobre la percepción de los ciudadanos de la gestión de la pandemia, digamos que aprueba con nota. Illa casi duplica los resultados de Iceta. Sánchez respira aliviado.

Pase lo que pase el día después de las votaciones, la segunda victoria del PSOE es que ERC ha ganado el duelo con Junts –aunque sea por poco margen– y por fin puede liderar el bloque independentista. La línea pactista de Junqueras que se aleja de la unilateralidad sale reforzada. ERC tampoco ha sido penalizado por su apoyo al gobierno español, incluso aunque no haya sabido explicar bien qué ha conseguido a cambio de aprobar los presupuestos. Parece, pues, que Sánchez podrá seguir contando con el apoyo de los 13 diputados republicanos en el Congreso, todavía necesarios para acabar la legislatura.

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El tercer triunfo de Sánchez es que la derecha española sigue dividida. Cs pasa de primera fuerza a la irrelevancia, se va diluyendo como un azucarillo –o como se diluyó UPyD– y parece destinado a integrarse en el partido de Casado. A pesar de esa posible fusión, Vox reafirma con estos resultados su independencia de los populares, el partido del que una vez formaron parte. La ultraderecha, por tanto, es un aliado inesperado para Sánchez, porque mientras se consolide, el PP tiene muy pocas posibilidades de volver a gobernar España. (O al menos se lo pondrá difícil haciéndole perder escaños por el camino).

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Por su parte, Pablo Iglesias también debe de estar celebrando. En Comú Podem mantiene el número de escaños. Pero sobre todo, su estrategia de sostener el gobierno con apoyos de los partidos nacionalistas periféricos para taponar la posibilidad, preferida por Sánchez, de un pacto con Cs podrá seguir adelante.

Es poco probable, por tanto, que cambie radicalmente lo que pasa en el Congreso. Fuera de Catalunya no está haciendo mucho caso a estas elecciones. La mirada está puesta en otro sitio: en la pandemia y en la amenaza de la crisis que ya clava sus dientes. En Catalunya, en realidad, y más allá del destino de los presos, tampoco parece haber mucha atención a lo que pase en España. Pero los partidos catalanes con representación en el Congreso deberían estar más pendientes de lo que pasa en Madrid y en concreto de lo que sucede con los fondos de reconstrucción europeos; esos miles de millones de los que todavía no se sabe bien adónde se destinarán y cómo se gestionarán. El PNV y Compromís ya están en eso, los independentistas catalanes parece que se perdieron en el camino a Ítaca.

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