Viva ta güela, Mazón
El jueves es 9 de Octubre, Día Nacional del País Valenciano, que este año inevitablemente precede al primer aniversario de la tragedia de la DANA, que se cumplirá el día 29. Con la excusa de la celebración, y con el propósito evidente de distraer la atención, el gobierno presidido por Carlos Mazón ha lanzado una campaña con un lema. "Viva". De hecho los carteles lo repiten tres veces, "Viva, viva, viva".
"Viva" es la traslación escrita de cómo algunas personas pronuncian en Valencia la palabra viva, que se canta en el himno regional: "Viva Valencia", etc. Evidentemente, también es una falta de ortografía. Publicar un cartel institucional con una falta de ortografía, y hacerlo a propósito, es una falta de respeto a la lengua de los valencianos y un acto de burrería pagado, sin vergüenza ni decoro, con el dinero de los contribuyentes. Según Mazón y compañía, es una reivindicación o no sé qué del habla "tradicional" de los valencianos, un habla que ellos desconocen por completo porque sólo hablan en español. Catalán (o valenciano, como quieran decirlo) simplemente no saben. Ni de lo tradicional, ni de lo actual, ni del futurista. Sólo saben que quieren romperlo, ensuciar, residualizar, ridiculizar, arrinconar y, finalmente, eliminar.
En ese empeño, el PP valenciano parece haberle cogido gusto a las faltas de ortografía, porque deben creer que esto les ayuda a separar el "valenciano" del "catalán", como promulga el secesionismo lingüístico de buena parte de la derecha españolista valenciana. Primero aprobaron la alucinante denominación "Valencia", con esta e acentuada aguda que tiene el mérito de ser incorrecta en dos idiomas a la vez. Y ahora han salido con esto del "Viva, viva, viva". Menos mal que el ingenio popular no falla (y el de los valencianos aún menos) y la campaña mazonesca ya tiene réplicas en las redes. Por ejemplo, el mismo cartel pero con el lema Ventorro, Ventorro, Ventorro, mucho más adecuado, no al 9 de Octubre pero sí a la talla política, intelectual y humana del desgraciadamente presidente de la Generalitat Valenciana.
Mientras tanto no debemos cansarnos de decirlo y repetirlo: odiar al catalán (odiar cualquier lengua) y gobernar para satisfacer este odio es una demostración de estupidez completa e insuperable, y sobre todo es un atentado contra la democracia y contra un derecho fundamental de los ciudadanos, que es el de vivir plenamente en su lengua. Mazón ataca al valenciano por dos motivos: uno, porque es un cínico que intenta escabullirse de sus responsabilidades en los hechos de la DANA (responsabilidades que son políticas y también muy probablemente criminales), y baraja las aguas sucias de la guerra lingüística para continuar su fuga hacia adelante. Y dos, porque sinceramente cree que esto es lo que hay que hacer. Lo creen él; su consejero de Educación, José Antonio Rovira; el exvicepresidente torero Vicente Barrera, y, en general, todo Vox y gran parte del PP. Creen que esto es lo que hay que hacer para ofrenar nuevas glorias a España. Pues que se vayan a echar la mano.