Carles Puigdemont, en libertad

El 'expresident' puede moverse libremente por Europa, pero deberá declarar en Sassari el día 4 de octubre

Sassari (Italia)Si no hubiera sido por la bandera italiana que ondeaba en la cárcel de Bancali (Cerdeña) y los carabinieri que rodeaban el centro penitenciario, la imagen de Carles Puigdemont, con camisa y americana, saliendo de la cárcel habría podido ser muy bien la del abril de 2018 en Alemania. Allí el expresident también fue detenido en la frontera y salió al cabo de doce días de Neumünster pendiente de si le entregaban a España. Este viernes el líder de Junts ha repetido la misma secuencia, pero en menos de 24 horas: fue detenido anoche en el aeropuerto de Algher y le han dejado libre esta tarde después de pasar la noche en una prisión sarda. Ahora se abre un proceso de extradición en Italia, pero a diferencia de hace tres años, cuando aún no era eurodiputado, podrá viajar libremente por Europa hasta que se tome una decisión. El 4 de octubre debe comparecer ante la justicia de Cerdeña para conocerla.

Esta mañana, Puigdemont ha sido recibido por varias personas cantando Els Segadors y con gritos de 'president' en el Aplec Adifolk de Alguer, donde está prevista una recepción oficial con el presidente de Cerdeña y el síndico de Alguer en el Ayuntamiento. También está previsto que estén el president Pere Aragonés y el vicepresident Jordi Puigneró.

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El Tribunal de Apelación de Sassari ha decidido decretar la libertad del ex president de la Generalitat sin ninguna medida cautelar. Cuando faltaban pocos minutos para las seis de la tarde, el líder de Junts ha salido de la cárcel flanqueado por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y la consellera de Exteriores, Victòria Alsina, desplazadas a Italia, sin pagar ninguna fianza y con gritos de apoyo de catalanes y sardos que se habían reunido a las puertas de la prisión rodeada de seguridad.

"España no pierde ninguna oportunidad de hacer el ridículo", remachó el eurodiputado de JxCat mientras se acercaba, rodeado de una multitud de periodistas que batallaban por la mejor imagen, a un coche que se lo llevaba hacia Alguer. "Ya sé cómo van estas cosas, ya tengo experiencia", ha seguido en alusión al periplo que ya vivió en Alemania cuando lo detuvieron por orden del Tribunal Supremo, alabando en todo caso el trato de las autoridades policiales, judiciales y penitenciarias de Italia. De hecho, el presidente regional de Cerdeña ha venido a verle al centro penitenciario y ha salido del recinto acompañando a la comitiva catalana.

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Y ahora, ¿qué? El expresident ha sido citado el 4 de octubre ante el mismo tribunal en Cerdeña para decidir sobre el proceso de extradición. La presidenta del tribunal, que firma la providencia a la que ha tenido acceso el ARA, constata el inicio del proceso por si entrega o no a Carles Puigdemont en España por el referéndum del 1 de Octubre de 2017, después de que el juez instructor del caso, Pablo Llarena, haya hecho llegar a las autoridades de Sassari una copia con la euroorden dictada contra el expresident de la Generalitat. Hasta entonces el líder de Junts podrá viajar, si quiere, fuera de Italia, ya que la única orden que le ha dado la magistrada es que comparezca ante ella -o presencial o telemáticamente- dentro de dos lunes -informa Julia Manresa-.

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La magistrada deja constancia de que Puigdemont está protegido como eurodiputado para desplazarse a reuniones vinculadas al Parlamento Europeo -los parlamentarios no pueden ser detenidos si no es que están cometiendo un delito flagrante-, pero también que el Supremo mantiene vigentes las euroórdenes aunque la resolución del Tribunal General de la Unión Europea las indicaba suspendidas. Una situación que no resuelve, pues, por ahora, la cuestión de fondo: si a pesar del proceso abierto en Luxemburgo, el expresident puede ser entregado a España.

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Tras salir de la cárcel, Puigdemont ha cogido un coche con su equipo más cercano -el jefe de la Oficina, Josep Lluís Alay, y el senador Jami Matamala, amigo personal- rumbo a la ciudad. Antes del encarcelamiento, la agenda de Puigdemont pasaba por la participación en el Aplec Internacional de Adifolk, un encuentro en torno a la cultura catalana. Por este motivo se había desplazado a Italia, la primera vez que lo hacía desde que está en el exilio.

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El expresident, ya fuera del centro penitenciario, se ha tomado una hora de descanso por la tarde, mientras que por la noche ha participado en la cena de autoridades del encuentro con la presidenta del Parlament y la consellera de Exteriores. Respecto al fin de semana, la agenda aún es una incógnita: de momento no hay confirmación oficial de que este sábado tenga ningún acto, pero todo apunta a que habrá una comparecencia pública. El president, Pere Aragonès, y el vicepresident, Jordi Puigneró, se han desplazado a Cerdeña para apoyar al ex jefe del ejecutivo catalán y está previsto que se reencuentren en Alguer.

Detención de paisano en el aeropuerto

Puigdemont aterrizó jueves a las nueve de la noche en el aeropuerto alguerés y allí ya le esperaba una comitiva policial para detenerle. Según fuentes cercanas al expresident, los policías que lo cogieron iban de paisano, lo que recordaba a la situación que Puigdemont ya vivió en Alemania en 2018: volviendo de Finlandia le detuvieron en la frontera y lo enviaron a la cárcel. ¿La policía española participó en la detención? El Ministerio del Interior ha negado el vínculo de momento, pero desde el entorno del expresident creen que hay muchas cuestiones por aclarar. Junts ya ha registrado preguntas al gobierno español para que diga qué actuaciones ha llevado a cabo en relación a la "detención ilegal" de Puigdemont.

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La situación en Italia, en todo caso, cogió a contrapié a los letrados del expresident, ya que contaban con que las euroórdenes no se podían ejecutar después de que lo dejara por escrito el Tribunal General de la Unión Europea en una resolución el 30 de julio. Desde esta fecha, Puigdemont, así como los eurodiputados Toni Comín y Clara Ponsatí, se había quedado sin inmunidad parlamentaria para viajar y solo estaba cubierto cuando se trataba de desplazamientos para participar en el plenario de la Eurocámara (con sedes en Bruselas y Estrasburgo). Fuentes de su equipo de abogados reconocen que existía la opción de que en algún momento fuera detenido, porque la alarma de detención internacional continuaba saltando cada vez que atravesaba una frontera, pero no ha sido hasta ahora que la policía ha actuado. De hecho, recientemente, Puigdemont ha estado en la Catalunya Nord (Francia) con varios eventos públicos -también fue para pasar unos días de las vacaciones de verano- y en ningún momento se activó ninguna detención contra él.

Actualmente hay dos vías abiertas en Luxemburgo: la primera, el recurso de Puigdemont y el resto de eurodiputados de Junts contra la decisión de la Eurocámara de retirarles la inmunidad parlamentaria, y la segunda, las cuestiones prejudiciales que elevó el mismo juez Pablo Llarena al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que aclarara los límites que tienen los tribunales nacionales de los estados europeos a la hora de valorar si ejecutan o no una euroorden. Y es que Llarena ha perdido hasta ahora todas las partidas ante Puigdemont y los demás exiliados en Bélgica, Alemania y el Reino Unido. Falta por ver qué pasa en terreno italiano: en el primer juego, de momento, también ha salido perdedor.