El coste de repetir elecciones: ¿otra factura de 35 millones de euros?

El covid hace más caros los comicios, pero la situación es ahora mejor que el 14-F

QUIM BERTOMEU
y QUIM BERTOMEU

BarcelonaEl impacto político de repetir las elecciones es ahora mismo impredecible -en Catalunya no ha pasado nunca- y solo se podrá calcular el alcance el mismo día de la votación. Pero hay otro impacto que llegaría antes y que es más fácil de medir: el económico. Si se vuelve a las urnas habrá que pagar unas nuevas elecciones solo cinco meses después de abonar la factura de las anteriores. Y organizar unos comicios en pandemia, como quedó demostrado el 14-F, es una tarea más compleja y más costosa que en condiciones normales. Según tiene contabilizado la Generalitat y ha podido saber el ARA, las elecciones al Parlament de febrero le costaron al Govern 35,8 millones de euros, casi el doble de los 19 millones que costaron las del 2017.

¿Qué engrosó la factura del 14-F? Varios conceptos. Por ejemplo, la Generalitat envió por primera vez las papeletas de todos los partidos a todos los hogares catalanes para que los ciudadanos pudieran llevar el voto preparado de casa y evitar estar más tiempo del imprescindible en los colegios electorales -para así reducir el riesgo de contagios-. Costó tres millones y medio. También subió el gasto de la campaña de publicidad institucional de la Generalitat -hasta los 3,7 millones-, puesto que se intentó hacer llegar a todo el mundo las novedades de una jornada de votaciones con pandemia, como por ejemplo que era recomendable ir a votar por franjas horarias.

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No fueron estas los únicos gastos extraordinarios. En una votación así, los ayuntamientos son claves y reciben un anticipo del Govern para pagar la jornada electoral. Esta vez el gasto creció de los 3,8 millones del 2017 a los 8 millones del 2021, puesto que fueron los consistorios los que se encargaron de comprar la mayor parte de todo el material sanitario de protección que hubo en los colegios. Finalmente, una de las últimas partidas que aumentaron considerablemente fue la de los costes en seguridad, porque hizo falta destinar más de dos millones a reforzar el dispositivo habitual.

Y la pregunta del millón es: ¿volverían a costar 35 millones de euros unas nuevas elecciones? Teniendo en cuenta que la pandemia seguirá, aunque menguada, volverán a hacer falta medidas excepcionales y, por lo tanto, será imposible volver a los baremos económicos del 2017. Aún así, hay algunos elementos que permiten pensar que se podría producir un cierto ahorro. Por ejemplo, la Generalitat podría prescindir de enviar las papeletas a casa teniendo en cuenta que, con la evolución actual, prácticamente el 100% de la población de riesgo estará vacunada y la que no lo es podría bordear el 50%. También se podrá revisar a la baja el dispositivo de seguridad.

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Una reforma para ahorrar

Finalmente, una reforma legal reciente garantiza que se produzca un ahorro seguro para las arcas públicas. La ley orgánica de régimen electoral general (Loreg), la que es vigente en Catalunya porque el Parlament no ha aprobado nunca ninguna propia, dice que si los partidos son incapaces de ponerse de acuerdo para desbloquear la investidura en los siguientes comicios tendrán derecho a una subvención pública un 30% inferior. El invierno pasado, cuando la Generalitat hizo una primera previsión al alza de los costes que tendría votar en pandemia, nadie lo cuestionó. Partidos y ciudadanía convinieron que votar en tiempo de covid tenía un precio más elevado. La duda razonable ahora es si los ciudadanos volverán a aceptar una factura de este tipo. No por su importe, sino porque, en teoría, tocaría pagarla cada cuatro años y, en esta ocasión, solo habrán pasado cinco meses.