El 'demonio' Puigdemont que codician PP y PSOE
BarcelonaUno de los grandes resbalones de Alberto Núñez Feijóo desde que es líder del PP llegó durante las elecciones gallegas del año pasado: en su tierra, relajado, en un encuentro informal con periodistas verbalizó las condiciones para indultar a Carles Puigdemont. Pocos días después se desdijo: "No acepto los indultos ni los aceptaré".
De Puigdemont, Feijóo ha reclamado su detención, pero también le ha felicitado por resoluciones judiciales favorables; le ha pedido ayuda para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa, hasta llegar a admitir "contactos indirectos" con los junteros, al tiempo que ha criticado que el PSOE negocie con ellos, y ha aprovechado para sumar los votos del PP a los de Junts cuando ha sido necesario derrotar al gobierno español.
Movimientos aparentemente contradictorios, pero que tienen sentido desde el momento en que los votos de Junts se convirtieron en imprescindibles para formar mayorías en el Estado. Sin Puigdemont, por ahora el PP no puede articular nada. Tampoco el PSOE, del que, repasando la hemeroteca, se puede encontrar una retahíla de florecillas e improperios similares dedicados al expresidente de la Generalitat.
Con estos ingredientes, de vez en cuando llegan episodios tan curiosos como el de esta semana, cuando tanto PP como PSOE no sólo han negociado con Junts sino que le han aprobado en el Congreso una iniciativa para endurecer las penas a los delincuentes multirreincidentes, norma que deberá ser validada próximamente.
Los motivos del PSOE para codiciar a Puigdemont son evidentes. Los junteros han anunciado que rompen con el gobierno español y sin ellos no saldrán adelante ni los presupuestos ni ninguna otra ley relevante. Sin Podemos, tampoco. Hace días que el presidente español en persona se dedica a anunciar concesiones a los junteros ya darles la razón en sus quejas. Una estrategia más de Sánchez para intentar que la legislatura no acabe de descarrilar, estrategia de la que Junts no acaba de fiarse.
Los movimientos del PP
¿Pero qué interés puede tener el PP en aproximarse a Junts? A corto plazo, una moción de censura parece descartada, pero desgastar a la Moncloa puede necesitar el concurso de los de Puigdemont. Tener un canal abierto es un movimiento estratégico, también pensando en unas futuras elecciones en las que el PP no quiera ligarse exclusivamente a Vox.
El problema para entender el movimiento de esta semana es que el PP sumó sus votos a los del PSOE. De hecho, sin los populares la iniciativa no habría salido adelante y podría haberse interpretado como una nueva derrota socialista. El PP niega que haya ninguna negociación estructurada con Puigdemont, uno demonio para sus votantes, pero populares y socialistas flirtean tan a menudo que sitúan a Junts en una centralidad de la que, de momento, los junteros no han sacado mucho rendimiento.
Los detalles de la semana
Francisco Camps quiere volver a ser presidente de la Generalitat Valenciana. Aprovechando la crisis de liderazgo que ha provocado la incompetencia del ya dimitido Carlos Mazón, el exjefe del Consell se ve con fuerza para imponerse en la pugna interna que, lamentablemente para él, decantará a la dirección de Madrid. Sus simpatizantes son optimistas y ya le han montado un himno de campaña realizado con IA: "Un militante, un voto".
El viaje oficial del presidente Salvador Isla a México le ha traído consigo críticas de la oposición. El jefe del ejecutivo participó en las reuniones de seguimiento de la peste porcina africana telemáticamente desde allí. Sin embargo, no se conectó a la reunión del consejo ejecutivo, que presidió excepcionalmente el conseller Albert Dalmau, porque no estaba prevista la fórmula telemática.