Los otros espiados en el mundo: amigos, enemigos y ciudadanos
LondresEl referente absoluto en escándalos de espionaje es el Watergate, el estruendo de la Casa Blanca de los años 70, pero con la tecnología actual parece un juego infantil.
Edward Snowden, ahora exiliado en Moscú, denunció en 2013 el programa masivo de espionaje y vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), para la que trabajaba, y las acciones de otros servicios occidentales. A raíz de sus revelaciones se supo que los norteamericanos habían espiado a la entonces cancillera alemana Angela Merkel y a 34 jefes de estado más. La filtración de Snowden hizo público que Estados Unidos recopilaba los registros telefónicos de decenas de millones de norteamericanos. La NSA y el GCHQ británico utilizaron los servidores de nueve grandes empresas de internet, incluidas Facebook, Google, Microsoft y Yahoo, para hacer un seguimiento de la comunicación en línea en un programa de vigilancia conocido como Prism.
El presidente francés, Emmanuel Macron, es otro de los políticos objetivo de la piratería telefónica mediante el programa Pegasus. Su nombre apareció el año pasado en una lista de unos 50.000 números de teléfono de personas que habrían sido de interés para los clientes de la compañía israelí NSO. La investigación original la hicieron la ONG Forbidden Stories y el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional. NSO negó cualquier implicación.
Cuando en 2013 se descubrió que la NSA presuntamente había pinchado el teléfono de Merkel, la cancillera dijo que “espiar entre amigos no es posible”. Pero en 2017, Der Spiegel informó de que el servicio de inteligencia alemán, el BND, había hecho lo mismo durante ocho años, desde 1998 hasta 2006. Los objetivos incluían teléfonos, faxes y ordenadores en la Casa Blanca, en el departamento de Estado y en el departamento del Tesoro de EE.UU.. Entonces Merkel no era todavía la jefa del gobierno de Berlín.
Lo reveló The Washington Post : en abril de 2018, Hanan Elatr, la mujer del columnista saudí Yamal Jashogyi, fue víctima del programa espía Pegasus, según pudo acreditar una investigación forense del Citizen Lab. Las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos se lo instalaron manualmente mientras estaba detenida, con un paquete de datos infeccioso enviado desde un sitio web creado especialmente para los Emiratos. Hanan Elatr, de 53 años, sin actividad política conocida, trabajaba como azafata de vuelo de la compañía Emirates. Sin la relación con Jashogyi -se casaron en secreto el 2 de junio de 2018, de acuerdo con las tradiciones islámicas, en la sede del Open College, en Alejandría, EE.UU.-, nunca habría sido objeto de espionaje. Se entiende que ella fue un vehículo para vigilar a Jashogyi, que acabó asesinado y descuartizado en el consulado saudí en Estambul.
Julian Assange fue espiado mientras se refugiaba en la embajada de Ecuador en Londres. Lo denunció primero Wikileaks y más tarde el diario El País. La empresa española Undercover Global Ltd llevó a cabo escuchas por encargo de la CIA. La actividad contra el australiano aumentó a partir del año 2017, cinco años después de que Assange se refugiara. En este caso no se usó Pegasus, sino micrófonos ocultos.