La maldición de José Montilla

BarcelonaJosé Montilla comentaba antes de las elecciones catalanas, cuando le preguntaban por la buena relación entre Pedro Sánchez y Salvador Illa, que las cosas tal vez serían distintas si el segundo llegaba a la Generalitat, tal y como le ocurrió a él con Zapatero. Pues bien, parece que el momento ha llegado e Isla ha comprobado que los intereses del PSC y del PSOE a menudo son opuestos. La cuestión de la ordinalidad resulta paradigmática de la relación Cataluña-España. Lo que en Catalunya suscita un consenso transversal, en España provoca el mismo consenso... pero en contra. Lo que aquí se ve como algo de sentido común, allí se considera un privilegio inaceptable. Y ni siquiera el PSOE más dependiente de Catalunya es capaz de romper con ese relato hegemónico.

Y es en este nuevo contexto en el que Isla deberá recalcular su estrategia y, tal vez, readaptar el discurso. Como ya tuvo que hacer, por cierto, el propio Montilla.