Y Trump y Netanyahu hicieron acto de presencia en el Parlament

BarcelonaUna de las paradojas del post-Proceso y la pax autonomista impuesta por Salvador Illa es que en el Parlament se habla más de política internacional que nunca. Sea de forma querida o por accidente. De forma completamente consciente ha hablado Sílvia Orriols, que ha comparecido con un corazón con la bandera israelí en la chaqueta y ha defendido sin complejos la respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu a los atentados de Hamás de hace dos años. Ni siquiera Ignacio Garriga, de Vox, se ha atrevido a tanto. Y en cuanto a Junts, este miércoles han votado a favor del embargo de armas a Israel y el martes se levantaron para aplaudir a la diputada de la CUP y participante de la Flotilla Pilar Castillejo, pero ni su portavoz, Albert Batet, ni Carles Puigdemont hacen uso de la palabra genocidio. Son los equilibrios de una formación que vive entre dos aguas.

Batet sí ha considerado que era una buena idea sacarse del bolsillo el nombre de Donald Trump para definir la forma de gobernar de Salvador Illa. El presidente de la Generalitat se lo ha tomado casi en broma pese a admitir que le había "dolido un poco". Poco después, Batet ha acusado a Isla de ser rehén de Comuns y de querer pactar incluso con la CUP, algo que el Donald Trump real nunca haría. "Usted ha llegado a bastantes acuerdos con la CUP", le respondió Illa recordando algunos pactos municipales entre junteros y cuperos como el de Girona.

Cargando
No hay anuncios

Visita al Papa

El presidente también ha querido salir al paso de las acusaciones de querer "provincializar" a Catalunya sacando pecho de su reciente viaje al Vaticano para verse con el Papa, es decir, con un jefe de estado. "Soy el primer dirigente español que le visita", ha proclamado. Al decir "español" Batet ha visto que su acusación se confirmaba: "Debería haber dicho el primer catalán".

Cargando
No hay anuncios

Otro foco de carácter internacional han sido las referencias a los contactos entre el PSOE y Junts en Ginebra. Los junteros quieren que el PSC se retrate votando el preámbulo del Acuerdo de Bruselas donde se habla de "resolver el conflicto histórico sobre el futuro político de Catalunya". Pero en realidad de este debate sólo aparece una idea clara de lo que quiere hacer Isla: pisos, pisos y más pisos.