Violencia machista

Detenido en Barcelona uno de los proxenetas más buscados de España

El hombre captaba chicas con necesidades económicas y las explotaba sexualmente

ARA
2 min
Un coche patrulla de los Mossos en una imagen de archivo.

BarcelonaLos Mossos d'Esquadra detuvieron este martes a un hombre de 38 años a quien acusan de delitos de agresión sexual y amenazas. El detenido, que ya ha ingresado en prisión por orden del juez, es uno de los proxenetas más buscados de España y estaba reclamado por tres juzgados de todo el Estado por delitos similares. Buscaba chicas que se ofrecían para hacer tareas domésticas u otros trabajos a través de portales de anuncios de internet y que estaban en una situación económica precaria. A partir de aquí, las captaba para ejercer la prostitución y las explotaba sexualmente.

La investigación empezó a principios de enero a partir del caso de una chica que estaba en una situación de vulnerabilidad económica por el covid-19. La joven conoció a un hombre que le ofreció mantener relaciones sexuales a cambio de dinero y proporcionó el teléfono de la chica a una conocida suya que, unos días después, la llamó y le ofreció dedicarse a la prostitución. Ella accedió por necesidad. Al cabo de un tiempo, una compañera de piso de la chica le propuso trabajar de prostituta con un hombre que gestionaba chats online donde se ofrecían estos servicios.

El hombre le pidió acceder a su documento de identidad y que le enviara fotografías sin ropa, por las cuales le hizo unos pagos por el móvil. Después, la citó en un hotel con el supuesto objetivo de hacerle unas fotografías sexuales. Ella accedió, pero una vez en la habitación se dio cuenta que este no era el verdadero objetivo del hombre, que la agredió sexualmente.

El arrestado intentaba protegerse suplantando la identidad de alguna de las chicas que tenía bajo su control y contrataba tarjetas de crédito, líneas telefónicas y cuentas corrientes a su nombre. De este modo, su identidad quedaba oculta. Además, también extorsionaba a clientes que llamaban a los teléfonos de las chicas que él controlaba y les reclamaba dinero bajo la amenaza de difundir a sus contactos que eran usuarios de prostitución si no pagaban. La policía ha descubierto también que pedía créditos con la identidad de las chicas, primero de cantidades poco importantes y, más tarde, más grandes.

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